Ni ascender ni descender,
permanecer
Si mis cuentas no andan
erradas, nos encontramos ahora en el vigesimosexto domingo del año
eclesiástico que se inició con el primer domingo de Adviento el día 27 del mes
de noviembre del año 2022. Justamente estamos en el centro de este año eclesiástico
que consta de cincuenta y dos domingos.
En esta primera mitad del año
sólo hemos tenido catorce domingos en los que se nos leyó en la celebración de
la santa Misa de la Eucaristía un relato del Evangelio según San Mateo, el
Evangelio del Ciclo A. Y debo decir, insistentemente alto y claro, que esas
catorce lecturas de este Evangelio se nos hicieron 'a salto de mata'. Creo que
ningún 'Oyente de la Palabra del Evangelio' será capaz de tener una comprensión
ordenada y completa de este libro del Nuevo Testamento.
La Liturgia de nuestra
Celebración no es una Liturgia que sirva para comprender tal Evangelio. Se
trata de una Liturgia que se sirve del Evangelio. Se trata de una Liturgia
interesada. Y no me gustaría pensar y creer que este interés de la Liturgia sea
desconocer el Evangelio. No me gustaría pensarlo y creerlo, pero así lo dejo
escrito. Liturgia y Evangelio no suelen mirarse a los ojos. Habitualmente se
dan la espalda. Desgraciadamente, me digo.
El ejemplo más contundente de
todo esto que estoy contando lo tenemos en este domingo que se encuentra en la
mitad del camino del año eclesiástico y se nos leerá, precisamente o
inoportunamente, el final del relato que nos dejaron las manos redactoras del
llamado Evangelio de Mateo. ¿Puede concebirse mayor desorden o despropósito?
Los datos de este desorden
están a la vista y año tras año eclesiástico. La interpretación de estos datos,
su justificación o su denuncia, depende siempre de cada persona, creyente,
autoridad, comunidad, sujeto activo o contemplativo con el rigor de su
capacidad de interrogarse y discernir.
No deseo alargarme más ni en
este asunto ni en la presentación de los dos comentarios que comparto contigo
en este domingo llamado 'De la Ascensión del Señor'.
Se comprenderá fácilmente
esta denominación si somos capaces de acercarnos a aquellas lejanas teorías
sobre el Cosmos de aquí y del más allá. Por aquellos tiempos se creía y
enseñaba que este Cosmos estaba compuesto por el ARRIBA de los cielos que era
la morada inaccesible de los dioses, el ABAJO de los abismos que era la morada
de los muertos de todos los lugares y de todos los tiempos y, en tercer lugar,
el AQUÍ que es la morada de los vivientes.
Pero esta cosmología material
y teológica se hizo y se hace incomprensible e inaceptable. En un COSMOS
esférico, inmensamente desconocido aún, la ciencia y la creencia nos empujan a
investigar la EVOLUCION. Por todo esto, 'ascender' o 'descender' son
maneras de hablar sin ciencia ni creencia, vacías de contenido.
Curiosamente, el relato final
del redactor Mateo no habla del 'ascender' de su Jesús de Nazaret, sino del
'permanecer', del habitar dentro de los vivientes. Su mensaje sigue siendo una
revolución no querida en el lenguaje de la teología de la liturgia y ritos del
quehacer eclesiástico.
A continuación se encuentran
los dos comentarios que comparto CONTIGO en este domingo.
Carmelo Bueno Heras
Domingo de la Ascensión
Ciclo A (21.05.2023): Mateo 28,16-20. Así lo comento y comparto CONTIGO:
SABED QUE ESTOY EN VOSOTROS SIEMPRE
Ascensión
del Señor, Pentecostés, Santísima Trinidad y Santísimo Cuerpo y Sangre de
Cristo. Estas son las cuatro festividades con las que se culmina -por lo del
culmen y el centro- en la Iglesia católica, apostólica, romana y vaticana el
tiempo de la Pascua y de la post-Pascua en su plenitud. A partir de este
momento, que será el domingo día 11 de junio, se comenzará el largo descenso
del año eclesiástico llamado ‘Tiempo Ordinario’ hasta llegar al domingo de
Cristo Rey del Universo en los últimos días del mes de noviembre.
Para
estas cuatro próximas celebraciones se nos proponen un relato del Evangelio de
Mateo y otros tres más del Evangelio de Juan. Estos cuatro relatos evangélicos
serán muy breves y sin conexión alguna unos de otros. Y los cuatro,
desafortunadamente, descontextualizados. A la Asamblea de la Liturgia dominical
le será imposible comprender ninguno de ambos libros evangélicos llamados de
Mateo y de Juan. Poco importa en estas celebraciones saber en qué Ciclo
litúrgico nos encontramos ni cuál es tampoco el Evangelio que nos traemos entre
manos.
El
domingo 21 de mayo hacemos memoria de la Ascensión del Señor, Jesús de Nazaret
Resucitado. Y hablamos entre nosotros en el ámbito eclesiástico de Ascensión
del Señor diferenciándolo de la Asunción de la Virgen María, que celebramos de
manera habitual el día 15 de agosto. Este lenguaje nos llega desde tiempos del
pasado donde ‘subir y bajar’ tenían connotaciones distintas a nuestros ‘subir y
bajar’ actuales. Importa mucho la cosmología…
Sea
de todo esto lo que deba ser, ahora mismo me importa peculiarmente el relato
del Evangelio que se nos proclamará en este domingo como alimento para la
comprensión del Evangelio. Escucharé una vez más a Mateo 28,16-20.
Estamos en la conclusión de este Evangelio. Y en ella hay expresiones para
todas las propagandas religiosas. Me quedo, por poder elegir con el final: “Estoy
en vosotros siempre” (Mateo 28,20)
Este
Evangelista y creyente llamado Mateo confiesa que su Jesús de Nazaret se quedó
en las personas que lo vieron, olieron, tocaron, oyeron directamente o a través
de las personas que antes lo habían visto, olido, tocado u oído. Él, vivo y
resucitado y de persona en persona, sigue vivo y resucitado. Siempre. Siglo a
siglo… ¿Veinte siglos así? Siempre. En cada uno, en ti y en mí. Siempre en las
personas. Ellas, las personas vivas y vivientes, son su persona viva y
viviente. Tú y yo somos su persona. Sé que a todo esto se le llama o se le
considera simplemente como un ‘recuerdo’. Tal vez sea así, pero es un recuerdo
tan impresionantemente precioso y valioso… Tú y yo somos el viviente Jesús de
Nazaret. Creo esta realidad. Creo este milagro. La ascensión fue, es y seguirá
siendo la encarnación, el enraizamiento de la humanidad vivida y viva siempre.
Cada vez que mis ojos interiores contemplen estas últimas palabras griegas de
Mateo las leeré, traduciré e interpretaré así: ‘Sabed que estoy en vosotros
siempre’.
Si
esto se comprende así, ¿no soy y somos todos los humanos el propio Jesús de
Nazaret? ¿Necesitamos consagrarlo, cuando ha sido él quien se ha consagrado
así? ¿Necesitamos comerlo cuando ya él nos habita, alienta y alimenta? Estoy
con… Estoy en… Estoy entre… ¿Estoy de juego con las preposiciones? Estoy
diciendo que cada quien, cuando lee este relato final de Mateo consciente o sin
caer en la cuenta, escoge su preposición para celebrar esta increíble fiesta de
‘la Ascensión’. Jesús y cuantas personas vivieron y vivirán nunca se fueron
fuera de donde se vive la vida, sino que se quedaron dentro de cada uno de los
vivientes vivos. ¿Es éste y así el milagro de la VIDA? Esto ya lo escribí
(28.05.2017) y ahora me lo repito. Carmelo Bueno Heras
CINCO MINUTOS de AIRES BÍBLICOS
. Si se
puede decir en un artículo de revista, ¿para qué escribir un libro de 200
páginas?
. Si se
puede decir en una página, ¿para qué escribir un artículo de revista?
. Si se
puede decir en un puñado de versos, ¿para qué escribir una página?
.
Este ‘Cinco minutos de aires bíblicos’ es una semilla que confío a la sabiduría
de tu saber leer, que es despertar; de tu saber interpretar, que es cuidar; de
tu saber compartir, que es saborear. Siempre pretenderé que esta ‘semilla de
los cinco minutos’ tenga la ‘denominación de origen’ de su autor.
Semana 26ª (21.05.2023): Dos Cartas
UNA:
Subrogado
Corren tiempos de poshumanidad. No se trata solo de la
mal llamada ‘inteligencia artificial’, también de nuestra relación con aspectos
sustanciales de lo humano. Ya no se puede decir categóricamente que madre no
hay más que una, desde que es posible disociar la decisión de gestar una nueva
vida y la gestación propiamente dicha, y además esa disociación se convierte en
un expediente rutinario y mediado por el intercambiador por excelencia: el
dinero. Que esta práctica sea corriente y legal en unos lugares y sea ilícita y
se juzgue poco ética en otros nos dice que la moral posmoderna es un territorio
impreciso en el que a la postre, en virtud de la globalización, acaban
prevaleciendo los estándares más bajos. Sea o no legítimo subrogar mediante
precio la maternidad, quien quiera -y pague- lo va a hacer.
La carta de la semana
Por qué la he premiado… porque el verdadero heroísmo,
y conservar la capacidad de reconocerlo, es el mejor argumento para la
esperanza.
Lorenzo
Silva, en El Blog del Cartero, XL Semanal 1852, página 3 y 4.
DOS:
Gracias, héroe.
En estos tiempos que corren, en los que predomina una
sociedad egoísta y poco altruista, usted no dudó en entregar su vida, en un
gran acto de bondad, para salvar la de un pelotón de chavales que practicaban
ciclismo en Asturias, cruzando su moto para impedir el paso de un delincuente.
Afortunadamente para nosotros, la humanidad, todavía quedan agradecimiento
héroes como usted, camuflados mediante un disfraz de persona ‘normal’, y que no
titubean a la hora de hacer lo que les dicta su instinto de superhéroes. Estas palabras
están escritas desde el y admiración por la generosidad de Dámaso Guillén
[guardia civil fallecido el pasado 1 de abril en la carretera AS-236, en Beifar
(concejo de Pravia), al interponerse entre el conductor de un coche robado y un
pelotón ciclista de adolescentes que participaban en una competición amateur].
Juan
Carlos Pereira. Erandio (Vizcaya). XL Semanal 1852, página 4.
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