Los tres lugares santos
Yerushalayim, 'ciudad de la
paz', para los judíos, Al Quds, 'la santa', para los árabes y Jerusalén, para
los peregrinos europeos es una ciudad que amanece temprano y con un ritmo
especial.
A las cuatro de la mañana, Adib Jawald acude a la puerta del Santo Sepulcro
y lleva en su mano la vieja llave de treinta centímetros que la abre. Adib
pertenece a los Huseini, familia musulmana responsable de custodiar la llave
desde la época de Saladino. Junto a ellos, los Nuseibeh, otra familia musulmana
histórica de la ciudad santa, son los que realizan el acto físico de abrirla y
cerrarla. Una tarea compartida por dos clanes que llevan unidos a sus apellidos
la responsabilidad de velar por el lugar más sagrado para los cristianos. Los
primeros se presentan como custodios de la llave, los segundos, como porteros y
custodios del templo.
Treinta minutos después de la apertura del Santo Sepulcro, suena el
despertador en casa del rabino del Muro de los Lamentos, Samuel
Rabinowitz, y pone rumbo al Kotel bajo la luz de la luna.
Poco antes de que llegue
al Muro, el canto del almuédano de Al
Aqsa, Firas Qazzaz, da la bienvenida al Gran Rabino y llama a los fieles
musulmanes a acudir a la mezquita para efectuar la primera de las cinco
oraciones del día. Es el Fayr, la llamada al rezo más delicada de todas porque
tiene la misión de despertarte para que acudas a la mezquita.
Así despierta la Ciudad
Vieja, al ritmo marcado por las tres religiones cuyos lugares santos están
separados por una distancia insignificante desde el punto de vista físico,
pero eterna desde el espiritual. La fe despierta antes que las calles, porque a
esas horas no hay un alma y las tiendas y restaurantes están cerrados. Es un
momento de recogimiento antes de que empiece el ajetreo diario y la llegada
masiva de fieles. Es un instante en el que la tierra llama al cielo y Jerusalén,
a tu corazón" (Mikel Ayestaran, Jerusalén, santa y cautiva. Desde el
corazón de la Ciudad Vieja a la eternidad, Península, 2021, pp. 175-176).
¿A qué 'hacendado hacendoso'
pertenece esta Ciudad Vieja de Jerusalén? ¿Qué hacendosos
hacendadillos sacerdotales se reparten los privilegios imaginados por los
dones de la espiritualidad del único aire que se respira en este lugar del
mundo y en todos los demás lugares del planeta, del cosmos, y del universo?
La cuestión de 'la Ciudad
Vieja de la Jerusalén amurallada' será una eterna cuestión como el final de
este mundo'. Tan importante como el mensaje del texto del Evangelio de Mateo 25
es el mensaje que se respira, y le empapa a uno hasta los tuétanos, cuando se
visita despacio, en la mañana, en la tarde y en la noche esta ciudad en la que
todo no sólo habla, sino que grita.
¿QUÉ grita? Que las personas
importan menos que las piedras, menos que los colores, menos que las banderas,
menos que los papeles, menos que... No deseo que me crean, sólo espero que más
de uno, mujer-hombre-joven-adulto-mayor...- vaya a ese lugar para ver, oír,
tocar, sentir, lamentar, meditar, blasfemar...
Es suficiente para este
domingo 19 de noviembre y la semana que continúa.
A continuación, se encuentran
los comentarios del Evangelio de este domingo de los católicos.
Carmelo Bueno Heras.
Domingo XXXIII TO Ciclo A
(19.11.2023): Mateo 25,14-30. Así lo comento y comparto CONTIGO:
Haz al
otro todo lo que deseas que el otro te haga
En este penúltimo domingo del año de la Iglesia se nos leerá
en la liturgia de la eucaristía la segunda parábola que el Evangelista Mateo
coloca en labios de su Jesús de Nazaret: “El reino de los cielos es también
como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus servidores y les encomendó su
hacienda…” (Mateo 15,14).
Esta encomienda la realiza aquel hombre teniendo en cuenta
las capacidades de cada uno de sus siervos. Esta encomienda recibe el nombre de
‘talento’ (unidad económico-monetaria que equivalía a seis mil días de
trabajo). Se recordará que este mismo evangelista ya colocó en labios de su
Jesús otra parábola anterior en la que los motivos importantes eran las deudas,
el perdón y los talentos (Mateo 18,23-35).
Recuerdo alguno de los datos de la parábola: 5 talentos y
otros 5 más, 2 talentos y otros 2 más, un talento y sanseacabó. Cuando se
‘negocia’ con los talentos, éstos generan talentos. Cuando se olvida uno de
este ‘negocio’, el talento ni se crea ni se destruye. ¿Cómo no pensar en este
asunto del ‘negocio de los talentos’ en el ánimo de lucro? De cinco se generan
cinco. De dos se generan dos. La hacienda de aquel hacendado (lo siento por la
referencia explícita al tal negocio de la marca ‘HACENDADO’), me pregunto,
¿creció o permaneció tal cual? ¿Llegaron los servidores a considerar en algún
momento que alguno de los talentos era suyo?
Cada vez que me voy enredando con preguntas semejantes a
éstas constato que no me gusta el mensaje que puedo ir deduciendo de ese Jesús
del Evangelista Mateo que me cuenta la parábola. Y lo mismo me sucede con la
parábola de las ‘diez vírgenes’ del domingo pasado y otro tanto me sucederá el
próximo domingo y último cuando me lea y reflexione la parábola del llamado
¡Juicio final y definitivo! Voy cayendo en la cuenta de que estas tres
parábolas del capítulo 25º del Evangelio de Mateo hay que comprenderlas de otra
manera o desde otro punto de mira o con otras claves de interpretación.
Me he acostumbrado a pasearme por los surcos y sembrados de
este campo del Evangelio de Mateo con un instrumento de medición, de
observación, de meditación, de interpretación muy singular. Tan singular es
este ‘instrumento’ que ha sido el propio Evangelista quien me lo ha regalado y
no me ha sido ni fácil y complicado descubrirlo. Me lo puso en mis manos y ante
mis ojos en el primer discurso que colocó en boca de su Jesús de Nazaret cuando
escuché: Haz al otro todo lo que deseas que el otro te haga. Esta es toda LA
LEY Y LOS PROFETAS (Mt 7,12).
El hombre aquel que repartió sus talentos hizo lo que deseaba
que los demás hicieran con él. Y así lo comprendieron dos de sus servidores. El
reino-reinado de este dios de este Jesús de Nazaret crece y se multiplica
cuando se reparte y comparte. En cambio, cuando este reino-reinado se
entierra, se guarda o se atesora para uno, se olvida, desaparece.
No se trata de ‘hacer méritos’ sólo para uno aquí y luego más
allá, no se trata de ‘ganar nada’ sólo para uno aquí y luego más allá. Se trata
de repartir y compartir aquí la buena noticia de cuanto se tiene, se sabe, se
puede, se es, para que todo y todos crezcamos y nos multipliquemos. ¿No hizo
esto el hacendado de la parábola? Carmelo Bueno Heras
CINCO
MINUTOS de AIRES BÍBLICOS
. Si se puede decir en un artículo de revista, ¿para qué
escribir un libro de 200 páginas?
. Si se puede decir en una página, ¿para qué escribir un
artículo de revista?
. Si se puede decir en un puñado de versos, ¿para qué
escribir una página?
. Este ‘Cinco minutos de aires bíblicos’ es una semilla
que confío a la sabiduría de tu saber leer, que es despertar; de tu saber
interpretar, que es cuidar; de tu saber compartir, que es saborear. Siempre
pretenderé que esta ‘semilla de los cinco minutos’ tenga la ‘denominación de origen’
de su autor.
Semana 52ª
(19.11.2023): Virus de la Corona. Vacuna. Orden mundial.
La psicología
moderna lo explica: sin un rostro no existimos como seres independientes y, por
consecuencia, como personas libres. China hizo lo mismo con su pueblo en las últimas
décadas y como en la escuela no nos enseñaron la verdadera historia, estamos
condenados a repetirla.
QUEDATE EN
CASA: Que nosotros te dejaremos sin trabajo para transformarte en dependiente
del estado.
QUEDATE EN
CASA: Que nosotros decidiremos cuándo y cómo podrás salir, aunque no tengas
dinero para hacer compras.
QUEDATE EN
CASA: Aunque le queden pocos años de vida a tus padres, y ellos no vean sus
nietos por la duda de que se contagiarán.
QUEDATE EN
CASA: Aun así, debes continuar pagando tus impuestos, aunque no estés
trabajando.
QUEDATE EN
CASA: Y te distraes con cosas banales y vives confundido con cosas absurdas, y
no veas lo que realmente estamos haciendo con tus derechos.
QUEDATE EN
CASA: Porque si sales fuera de tu casa corres el riesgo de morir de una gripe
con 2% de mortalidad.
QUEDATE EN
CASA: Así podremos estudiar tu comportamiento, para poder controlarte mejor con
nuestros satélites y los dispositivos conectados.
QUEDATE EN
CASA: Que te dejaremos una lista de entretenimiento virtual para que no
cuestiones la nueva normalidad.
QUEDATE EN
CASA: Y cuidado con lo que haces porque tus vecinos también actúan con nuestra
policía.
QUEDATE EN
CASA: No te expongas a la luz solar ni a las bacterias, así destruimos tu
sistema inmunológico.
QUEDATE EN
CASA: Así sacamos el dinero de circulación, creamos una sola moneda y
preparamos el camino para la vacuna de la nueva especie.
QUEDATE EN
CASA: Así podemos continuar con nuestra agenda mundial, haciendo los cambios
que queremos sin que te des cuenta, sin interferencias y sin protestas.
QUEDATE EN
CASA: Te alejas de todo lo que te hace humano, así nuestra acción será más
sutil, lo encontrarás normal y no habrá culpables.
QUEDATE EN
CASA: Como cuando Hitler daba órdenes y las personas cumplían. Solo que él lo
hacía con armas y nosotros con el miedo.
QUEDATE EN
CASA: No luches por tus derechos como ciudadano ni por tu familia, te queremos
dócil, no un rebelde.
QUEDATE EN
CASA: Sin libertad, sin trabajo, sin escuela, sin religión, sin viajes, sin
capacidad de discernir, sin futuro, sin humanidad, pero con Tiktok y Netflix.
QUEDATE EN
CASA: Mientras tanto gestionamos y preparamos una dictadura gracias a tu
ignorancia y tolerancia.
QUEDATE EN
CASA: Hasta que te deshumanices por completo y pierdas la empatía por tu gente,
creando una división o ruptura imposible de remediar
POR EL RESTO
DE TU VIDA, entiéndelo, no te quieren sano, ¡te quieren esclavo! El nuevo orden
mundial es ese, controlado y pérfido.
ACUERDATE,
todo esto tiene solución. SÓLO DEPENDE DE NOSOTROS.
Me lo
envía Carlos Buendía Hervás, en enero de 2021.
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