San Leandro, obispo, hermano de los santos Isidoro, Fulgencio y Florentina, que con su predicación y solícita caridad convirtió a los visigodos de la herejia arriana a la fe católica, contando con la ayuda de su rey Recaredo. Murió en la ciudad de Sevilla, en Hispania, el 13 de marzo. († c. 600)
En Cesarea de Palestina, pasión de los santos mártires Antonino, Nicéforo, Zebinas y Germán, y Manata, virgen. Esta última, en tiempo del emperador Galerio Máximo, después de ser azotada fue quemada viva, y los primeros fueron decapitados por haber reprochado valientemente a voz en grito la impiedad del prefecto Firmiliano, que ofrecía sacrificios a los dioses. († c. 297)
En Aix-en-Provence, de la Galia Narbonense, san Mitrio, a quien, aunque siervo de condición, la santidad le hizo libre. († s. IV)
En Tours, en la Galia Lugdunense, san Bricio, obispo, discípulo de san Martín, que sucedió a su maestro y durante cuarenta y siete años padeció muchas adversidades. († c. 444)
En África, conmemoración de los santos mártires hispanos Arcadio, Pascasio, Probo y Eutiquiano, que por no querer adherirse de ningún modo a la herejía de Arrio, primeramente fueron proscritos por Genserico, rey de los vándalos, luego exiliados y atormentados con atroces suplicios hasta sufrir la muerte de distintos modos. Fue entonces cuando el niño Paulillo, hermano de Pascasio y Eutiquiano, brilló por su constancia, ya que, al no poder arrancarlo de su fe católica, fue largamente azotado y condenado a la más vil esclavitud. († 473)
En Vienne, en la Galia Lugdunense, san Leoniano, abad, que, llevado a esta ciudad cautivo desde Panonia por gente enemiga, rigió muy santamente a monjes y monjas durante más de cuarenta años, primero en Autún y después en Vienne. († c. 518)
En Auvernia, de Aquitania, san Quinciano, obispo, que primero ocupó la sede de Rodez, y tiempo después, exiliado por los godos, fue nombrado obispo de los arvernios. († c. 527)
En Cittá di Castello, en la Umbría, conmemoración de san Florencio, obispo, de cuya doctrina fiel y vida santa fue testigo el papa san Gregorio Magno, y de san Amancio, su presbítero, rebosante de caridad para con los enfermos y adornado de todas las demás virtudes. († s. VI)
En Rodez, de Aquitania, san Dalmacio, obispo, cuya caridad para con los pobres es alabada por san Gregorio de Tours. († 580)
En el valle de Susingen, entre los helvecios, san Himerio, eremita, que predicó el Evangelio en aquella región. († c. 612)
En Toledo, de Hispania, san Eugenio, obispo, que trabajó en la ordenación de la sagrada liturgia. († 657)
En la región de Cambrai, en la Galia, santa Maxelendis, virgen y mártir, quien, según la tradición, al elegir a Cristo como esposo y rechazar al individuo a quien sus padres la habían prometido, este la mató con su espada. († c. 670)
En la basílica de San Pedro, de Roma, san Nicolás I, papa, que sobresalió por su energía apostólica al reafirmar la autoridad del Romano Pontífice en toda la Iglesia. († 867)
En el monasterio de La Réole, en la Vasconia francesa, tránsito de san Abón, abad de Fleury, que, admirablemente preparado en las Sagradas Escrituras y en las letras humanas, murió asesinado de una lanzada por defender la disciplina monástica y fomentar denodadamente la paz. († 1004)
En Ivrea, del Piamonte, conmemoración del beato Varmundo, obispo, esclarecido por la viveza de su fe, su piedad y su humildad, que defendió la libertad de la Iglesia de las insidias de los poderosos, construyó la catedral, fomentó el monacato y promovió la escuela episcopal. († 1010/1014)
En Cremona, de la Lombardía, san Homobono, comerciante, que se hizo famoso por su caridad hacia los pobres, por acoger y educar a niños abandonados y por poner paz en las familias. († 1197)
En Roma, santa Agustina (Livia) Pietrantoni, virgen de la Congregación de Hermanas de la Caridad, dedicada cristianamente al cuidado de los tuberculosos en el hospital del Santo Espíritu, donde murió apuñalada por un enfermo en un ataque de furor homicida. († 1894)
En el Mar Rojo, entre Egipto y Arabia Saudí, a bordo del buque "Porto Alessandretta", beata Maria Carola Cecchin, en el siglo Fiorina, religiosa profesa de las Hermanas de San José Benito Cottolengo, que manifestó su plena e incondicional adhesión a Dios, fuente de verdad, y su total abandono en él, desde el inicio hasta el fin de su vida. († 1925)
En Simat de Valldigna, en la región de Valencia, en España, beato Juan Gonga Martínez, mártir, que dio su vida por Cristo en la cruel persecución contra la fe. († 1936)
En Portichol de Tavernes, cerca de Carcaixent, en la misma región de España, beata María del Patrocinio de San Juan Giner Gomis, virgen del Instituto de María Inmaculada de las Misioneras Claretianas y mártir, que en la persecución antes aludida alcanzó la vida eterna luchando por la fe. († 1936)
En Halle an der Saale, Alemania, beato Carl Lampert, muerto por quienes odiaban la fe de Cristo. († 1944)
En Sofía, ciudad de Bulgaria, beatos Pedro (Petâr Kamen) Vicev, Pablo (José Pavel) Dzidzov y Josafat (Rober Matej) Mateo Siskov, presbíteros de la Congregación de los Agustininos de la Asunción, que bajo un régimen hostil a Dios, acusados falsamente y encarcelados por ser cristianos, merecieron recibir por su muerte el premio prometido a los discípulos de Cristo. († 1952)
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