Beata Salomé Cracovia | |||
Saber más cosas a propósito de los Santos del día | |||
Beata Salomé de Cracovia
Religiosa de la Segunda Orden Franciscana (1211‑1268). Clemente X aprobó su culto el 17 de mayo de 1673.
Salomé, princesa de Polonia, hija de Leszek el Blondo, príncipe de Cracovia, nació en 1211. De sólo 3 años fue prometida como esposa, por Acuerdo con Andrés II rey de Hungría, al hijo de éste, Colomanno, de seis años; en el otoño de 1214 tuvo lugar la coronación, que con la autorización del Papa Inocencio III, fue celebrada por el obispo de Strigonia. El reinado de los dos niños en Halicz duró menos de tres años, porque la ciudad fue ocupada por el príncipe Ruteno Mistislaw, que los hizo prisioneros. En aquellos tiempos (Salomé tenía sólo 9 años y Colomanno 12) ellos hicieron de común acuerdo voto de castidad. Cuando Andrés, hijo del rey de Hungría, vino a ser rey de Halicz, ellos retornaron a la corte húngara. Salomé, en 1227, cumplidos los 16 años, llegó a la mayor edad, pero siempre se mantuvo ligada al voto de castidad y a pesar de su belleza, evitaba la compañía de hombres, vestía modestamente, no tomaba parte en las fiestas y diversiones de la corte, dedicaba el tiempo libre a la oración. Colomanno, mientras vivía todavía su padre, gobernó la Dalmacia y la Eslavonia hasta 1241, cuando murió en una batalla contra los Tártaros, Salomé en este período protegía los conventos de los franciscanos y de los dominicanos. Un año después de la muerte de su marido volvió a Polonia, donde en 1245 vistió en Sandomierz el hábito de las hermanas clarisas. Junto con su hermano Boleslao, en 1245 fundó la iglesia y el convento de los franciscanos en Zawichost, el hospital y el monasterio de las clarisas, donde entró ella misma. Ante la amenaza de los Tártaros, en marzo de 1259 una parte de las clarisas se trasladó a Skala, donde Salomé fundó un nuevo monasterio y lo dotó con los utensilios y ornamentos litúrgicos. Vivió 28 años en el silencio del monasterio, y fue modelo de penitencia, de abnegación, de humildad, de inocencia y de caridad. Por largos años fue abadesa buena, afable, servicial, amante del ideal de la seráfica pobreza. El 17 de noviembre de 1268 fue regalada con una aparición de la Santísima Vrigen María y de su Hijo, reunió a sus cohermanas y las exhortó a la mutua caridad, a la paz, a la pureza del corazón, a la obediencia sin límites y al desprendimiento de las cosas del mundo. Poco después las cohermanas vieron una pequeña estrella que desde la bienaventurada madre se dirigía hacia el cielo. Salomé de Cracovia había entregado su bella alma a Dios a la edad de 57 años. Sus restos más tarde fueron trasladados a la iglesia de los Franciscanos de Cracovia, donde se encuentra hasta hoy. |
Saber más cosas a propósito de los Santos del día | |
San Máximo de Cesarea, mártir
En Cesarea de Capadocia, san Máximo, corepíscopo [ie: auxiliar del obispo] y mártir.
|
San Bárlaam Cesarea | |
Saber más cosas a propósito de los Santos del día | |
San Bárlaam, mártir
En Antioquía de Siria, san Bárlaam, mártir, el cual, aunque rústico e ignorante, pero fortalecido por la sabiduría de Cristo, con una invicta constancia en la fe rechazó el fuego y el incienso que le ponían en las manos para que sacrificara a los ídolos, y por la ferocidad del tirano obtuvo la palma del martirio.
Se conserva un panegírico de san Juan Crisóstomo sobre este mártir. En cambio, las «actas» de su martirio, por lo menos tal como han llegado hasta nosotros, son espurias. Dichas actas cuentan que Barlaam era labrador de un pueblecito de las cercanías de Antioquía. Su profesión de fe en Cristo provocó a los perseguidores, quienes le tuvieron largo tiempo en la cárcel antes de juzgarle. El juez se burló de la apariencia y el lenguaje rústicos de Barlaam, pero no pudo menos de admirar su virtud y su constancia. Aunque fue cruelmente azotado, no se le oyó una sola queja. Después se le descoyuntaron los miembros en el potro. Como tampoco eso diese resultado, el prefecto le amenazó con la muerte y mandó que se le mostraran las espadas y mazos manchados con la sangre de otros mártires. Barlaam las contempló sin pronunciar palabra. El juez, avergonzado al verse vencido, le envió nuevamente a la prisión, en tanto que imaginaba un tormento peor. Finalmente, creyó haber descubierto un método para hacer que Barlaam ofreciese sacrificios, a pesar de su resolución de no hacerlo. El prisionero fue conducido ante un altar sobre el que había un brasero con carbones encendidos. Los guardias le pusieron incienso en la mano y se la sujetaron sobre las brasas, extendida y con la palma hacia arriba; si Barlam hacía el menor movimiento, el incienso caería sobre las brasas, como si ofreciese sacrificio. Aunque, en realidad, tal movimiento instintivo no hubiese sido un acto de idolatría, Barlaam, temiendo el escándalo de sus hermanos, mantuvo firme la mano sobre el fuego hasta que se quemó enteramente y cayó con el incienso sobre las brasas. Cualesquiera que hayan sido las circunstancias y la época del martirio de San Barlaam, lo cierto es que tuvo lugar en Antioquía. Es casi seguro que este Barlaam se identifica con el san Bárulas del que se habló el 18 de noviembre en relación con san Román.
Véase Delehaye, Analecta Bollandiana, vol. XXII, pp. 129-145.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
|
San Crispín Ecija | |
Saber más cosas a propósito de los Santos del día | |
San Crispín, ob. y m., martirizado en Ecija, época desconocida.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario