viernes, 20 de noviembre de 2015

San Rafael de San José (José Kalinowski) - San Edmundo de Inglaterra - San Gregorio Decapolita 20112015

San Rafael de San José

image Saber más cosas a propósito de los Santos del día



San Rafael de San José (José Kalinowski)
Se llamó José y nació en Vuna (Polonia) el  1/sept/1835 de noble familia.
Pasó su juventud entregado a la piedad  y al estudio, aunque después enfrió un poco en su  vida de piedad.
En 1853 ingresó en la carrera militar y  muy pronto escaló altos cargos en la misma, que desempeñó  con gran competencia.
Se entregó a las obras de piedad y  de caridad. Alejandro II de Rusia lo elogió grandemente. Se  levantó para defender a su patria y, apresado, llevó una  vida de mucha oración y penitencia.
Fue deportado a los campos  de Siberia, donde pasó en trabajos forzados cuatro años. Iba  madurando en la fe. Después fue confinado a otros campos  más benignos.
Sus compañeros quedaban admirados de su virtud, caridad y  paz. Le consultaban y acudían a él como a un  santo. Fue el preceptor del duque Augusto y le acompañó  a varias naciones de Europa.
A los 42 años dijo adiós  al mundo y pidió al provincial de Austria ser carmelita  teresiano (1877), cambiando su nombre por el de Rafael de  San José. En Polonia se ordenó sacerdote el 15/enero/1882.
Trabajó con  todas las fuerzas de su alma para extender su Orcien  en Polonia. Fue vice-maestro de novicios, prior y vicario provincial  y fundó el convento de Wadowice en 1892, donde desarrolló  un fecundo apostolado.
En esta ciudad nació en 1920 el papa  Juan Pablo II y por el afecto que sentía a  los carmelitas y la veneración de los restos de este  venerable carmelita, intentó Karol Woyti la, por dos veces, ser  religioso carmelita.
Murió santamente el 15/nov/1907.

El papa Juan Pablo II lo  beatificó en su misma patria el 22 de Junio de  1983.  Fue canonizado por el mismo Papa el 17  de noviembre de 1991 en la Basílica Vaticana.



San Edmundo de Inglaterra

image Saber más cosas a propósito de los Santos del día



San Edmundo, mártir
En Inglaterra, san Edmundo, mártir, que, siendo rey de los anglos orientales, cayó prisionero en la batalla contra los invasores normandos y, por profesar la fe cristiana, fue coronado con el martirio.
En el siglo IX, los daneses empezaron a hacer incursiones cada vez más frecuentes en las costas de Inglaterra. A mediados del siglo, «los paganos pasaron el primer invierno en nuestra tierra». El día de Navidad del año 855, los nobles y el clero de Norfolk, reunidos en Attleborough, coronaron por rey a Edmundo, quien tenía entonces catorce años. Al año siguiente, el pueblo de Suffolk reconoció también su soberanía. Se dice que fue un gobernante tan talentoso y hábil como virtuoso. Para emular al rey David y poder participar en los divinos oficios, aprendió todo el salterio de memoria. El benedictino Lidgate escribió en el siglo XV: «Era piadoso y bueno, celestialmente alegre, prudente en sus actos, y la gracia se manifestaba poderosamente en él ...» Por entonces, tuvo lugar la más numerosa de las invasiones que los daneses habían llevado a cabo hasta entonces. La «Crónica Anglo-Sajona» dice: «Un poderoso ejército de daneses desembarcó en el país de los anglos. Allí pasaron el invierno y se les proporcionaron caballos. Los anglos hicieron la paz con ellos». Los invasores cruzaron el Humber y tomaron York. En seguida avanzaron con dirección a Mercia, hasta Nottingham, saqueando, quemando y esclavizando. El año 870, cruzaron Mercia, de vuelta a Anglia del este, y establecieron sus cuarteles de invierno en Thetford. «En aquel invierno, Edmundo les presentó batalla, los daneses triunfaron, mataron al rey, sometieron a toda la tierra y destruyeron todos los monasterios que encontraron».

Este resumen corto y escueto nos dice cuanto sabemos con certeza sobre la muerte de san Edmundo. Alban Butler resume de la manera siguiente las tradiciones que se encuentran en Abbo de Fleury y otros cronistas: Los bárbaros invadieron los dominios de san Edmundo, incendiaron la ciudad de Thetford (que habían tomado por sorpresa) y sembraron la desolación por donde pasaron. El rey reunió apresuradamente un ejército. En las cercanías de Thetford se enfrentó con un destacamento de daneses y estuvo a punto de ganar la batalla. Pero, poco después, llegaron refuerzos al enemigo. Viendo que no podía presentar batalla con un ejército tan reducido como el suyo, san Edmundo se retiró a su castillo de Framlingham de Suffolk. El jefe de los bárbaros, Ingvar, le propuso la paz bajo condiciones que el monarca no podía aceptar, tanto por motivos religiosos como por la lealtad que debía a sus súbditos. No le quedó, pues, otro remedio que huír, pero fue rodeado por el enemigo en Hoxne, a orillas de Waveney. Según otros autores, permitió voluntariamente que le tomasen preso en la iglesia. Nuevamente se le hicieron proposiciones inadmisibles que el santo desechó, declarando que amaba más su religión que su propia vida y que jamás salvaría ésta al precio de aquélla. Entonces, Ingvar mandó que le atasen a un árbol y le azotasen. San Edmundo soportó el tormento con mansedumbre, invocando el nombre de Jesús. En seguida le cosieron a flechazos, pero sin darle muerte, de suerte que su cuerpo «parecía un erizo, cuya piel está cubierta de púas, o un puercoespín». Finalmente, Ingvar desató al santo, le arrancó del árbol al que le habían clavado las flechas y mandó que le decapitasen.

El cuerpo de san Edmundo fue sepultado en Hoxne. Hacia el año 903 sus reliquias fueron trasladadas a Beodricsworth, que se llama actualmente Bury St Edmund's. El año de 1010, durante las invasiones de los daneses, las reliquias fueron depositadas en la iglesia de San Gregorio de Londres, cerca de la catedral de San Pablo y, tres años más tarde, volvieron nuevamente a Bury. Durante el reinado de Canuto, se fundó la gran abadía benedictina de St Edmundsbury, que tuvo por reliquia principal los restos de san Edmundo. Los comentarios de Tomás Carlyle (en «Past and Present») sobre la crónica de Joselino de Brakelond, en la que se describe cómo el abad Sansón trasladó las reliquias de san Edmundo a una nueva iglesia, en 1198, contribuyeron a popularizar mucho los nombres de san Edmundo y su abadía. Antiguamente, se profesaba gran devoción al mártir en Inglaterra, donde se construyeron numerosas iglesias en honor suyo. En el siglo XIII y en los siguientes, la fiesta de san Edmundo era de precepto. Su fiesta se celebra todavía en la diócesis de Westminster y Northampton, así como en las abadías benedictinas de Inglaterra.

Thomas Arnold editó en «Memorials of St Edmund's Abbey» (Rolls Series, vol. I) una pasión escrita por Abbo de Fleury, otra debida a la pluma de Gaufrido de Fontibus, una colección de milagros compuesta por el archidiácono Herman y otra compuesta por el abad Sansón. Arnold hace notar, en la introducción, que Guillermo de Malmesbury y otros cronistas pretenden añadir algunos datos, pero que son de poco valor. Lo mismo hay que decir de La vie de Saint Edmund le Roy (poema francés del siglo XIII, publicado por Arnold en el vol. II) y del poema inglés compuesto por el monje de Bury, Dan Lydgate. Lord Francis Hervey, «Corona Sti. Eadmundi» (1907) y «History of King Edmund» (1929), estudió muy cuidadosamente el tema. Se ha discutido mucho acerca de la supuesta traslación de las reliquias de San Edmundo a la iglesia de Saint Sernin, en Toulouse, así como de la vuelta de una parte de ellas a Inglaterra en 1901. Véase Stanton, Menology, pp. 559-561.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

El último rey de Estanglia, tal vez sucesor de Offa en el 855, una figura que se adornó póstumamente con todos los elogios concebibles («virtuoso, caritativo, humilde desde sus tiernos años», sin olvidar que «su rostro hermoso era de ángel más que de hombre»)   La desdicha idealizó a este monarca que en el 869 tuvo que hacer frente a una invasión de daneses que se instalaron en Thetford, Norfold. Edmundo les atacó con su ejército, fue derrotado y murió posiblemente después de que le hicieran prisionero sus enemigos.    Relatos más tardíos suponen que le azotaron y que luego fue asaeteado hasta que «no hallando ya lugar en el santo cuerpo para nuevas heridas, por una misma herida entraban de nuevo muchas saetas, tantas que causaba horror y compasión mirarlo, porque parecía un erizo, siendo otro nuevo san Sebastián»   Según la leyenda, sus súbditos acabaron encontrando su cuerpo, pero la cabeza del rey no aparecía, hasta que en medio de los campos oyeron una voz que gritaba: «Aquí estoy» Cómo siguieran sin verla y todos preguntasen «¿Donde estás?», la cabeza respondió tres veces: «Here, here, here», o sea, «Aquí, aquí, aquí», hasta orientarles en su búsqueda.   Venerado como mártir, su culto fue muy popular en la Inglaterra medieval, y sus reliquias se conservaron en Bury Saint Edmunds, en West Sufflok, donde en el año 1020 se fundó una gran abadía. Su atributo es una flecha.





  Oremos  

Dios todopoderoso y eterno, que concediste a San Edmundo luchar por la fe hasta derramar su sangre, haz que, ayudados por su intercesión, soportemos por tu amor nuestras dificultades y con valentía caminemos hacia ti que eres la fuente de toda tu vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.




San Edmundo (Rey)

image Saber más cosas a propósito de los Santos del día


Comenzó a gobernar sobre los anglos del Este cuando sólo tenía quince años de edad, en el 855. 
Habiéndolo tomado prisionero los daneses, propusiéronle que abandonase su religión a lo que se negó resueltamente.
En consecuencia, fue azotado y muerto a flechazos, el año 870.

Nombre
Edmundo (Masculino)
Significado
Defensor de la riqueza, de origen Germánico


San Gregorio Decapolita

image Saber más cosas a propósito de los Santos del día



San Gregorio Decapolita, monje
En Constantinopla, san Gregorio Decapolita, monje, que primeramente abrazó la vida monástica y después la de anacoreta. Más tarde, peregrinando, permaneció bastante tiempo en Tesalónica, y finalmente se afincó en Constantinopla, donde, luchando fuertemente en defensa de las imágenes sagradas, entregó su alma al Señor.
Gregorio nació a mediados del siglo VIII (según el car. baronio en el 762) en Irenopoli, una de las ciudades de la Decápolis de Isaura, de ahí su apodo de «Decapolita». A temprana edad abrazó la vida religiosa, pero sin obligarse a la estabilidad en cuanto al lugar: en efecto, pasó catorce meses en un monasterio en su país, se retiró a una cueva, para luego dirigirse hacia el Norte. Pasó algún tiempo en un monasterio cerca de Éfeso, y a continuación pasó a Constantinopla, a Proconeso, y se movió hacia el oeste a través de Tracia y Macedonia. Permaneció durante algún tiempo en Tesalónica, junto a la iglesia de San Menas, y continuó luego su viaje a Corinto, Reggio Calabria, Roma, Siracusa y Otranto, para regresar finalmente a Tesalónica. Allí conoció y trabó amistad con san José el Himnógrafo: juntos hacia el 840 se establecieron en Constantinopla en la iglesia de San Antipas. Gregorio Decapolita falleció finalmente el 20 de noviembre del 842.

Esta vida errante nunca lo dejó, sin embargo, ajeno a la vida de la iglesia de su tiempo y, en particular a la política llevada a cabo por los emperadores iconoclastas. Durante su estancia en Roma le había pedido al Papa León III a tomar medidas contra León V el Armenia, mientras que en el 841 habría enviado junto con sus amigos a José el Himnógrafo a buscar la ayuda de Gregorio IV, pero éste fue hecho prisionero por los piratas y cuando queda libre y regresa a Constantinopla encuentra a su maestro muerto. José se consagró a su culto y compone un canon en su honor. A san Gregorio Decapolita se le ha atribuido arbitrariamente una historia de la conversión de un pirata. La vida del santo fue escrita por Ignacio, diácono y sacristán de la famosa basílica de Santa Sofía de Constantinopla. Las reliquias del santo son veneradas en Rumania, a donde fueron trasladadas.
fuente: Santi e Beati

No hay comentarios:

Publicar un comentario