PARTE SEGUNDA
CONSEJOS PARA LA VIDA DE DIOS EN NOSOTROS.
Capítulo VII
AMOR A JESÚS SOBRE TODO LO DEMÁS.
1. Feliz quien sabe lo que significa querer a Jesús y darse menos importancia a sí mismo por Jesús. Conviene abandonar lo amado por el Amado porque Jesús desea que lo quieran sobretodo. El amor a otras personas u objetos es engañoso e inestable el amor a Jesús es fiel y permanente. Quien se adhiere a otras personas u objetos, por su debilidad, caerá con ellos quien se abraza con Jesús se asegurará con Él para siempre. Ama a Jesús y retenlo como amigo; aunque todos te abandonen Él no te abandonará ni dejará que te pierdas al final. De todos es necesario separase alguna vez, quieras o no.
2. Retén contigo a Jesús, en la vida o en la muerte, y confíate en su fidelidad porque solo Él te puede ayudar cuando todos te falten. Por ser quien es, Jesús no quiere admitir a nadie más sino quiere tener tu corazón Él solo y, como un rey, acomodarse en su propio trono. Si supieras liberarte bien de todo lo que te retiene Jesús, con gusto, deberá habitar contigo. Descubrirás que vas a perder totalmente lo que pongas en los otros, fuera de Jesús. No te confíes ni te apoyes en cañas huecas porque las cosas creadas son caducas como la flor silvestre. Pronto te decepcionarás, si atiendes solamente a la apariencia de las personas. Si buscas tu tranquilidad y ganancia en los demás con frecuencia saldrás perdiendo. Si en todo buscas a Jesús hallarás a Jesús, por supuesto. Pero si sólo te buscas a ti mismo también te encontrarás, pero para tu mal. Porque más daño ocasiona uno a sí mismo si no busca a Jesús que el daño que el mundo entero y todos sus enemigos le pueden hacer.
Capítulo VIII
JESÚS, AMIGO INTIMO.
1. Cuando está Jesús presente, todo es conforme y nada parece difícil. Pero cuando Jesús no está todo se hace muy duro. Cuando Jesús no nos habla interiormente el consuelo es miserable. Pero si Jesús nos dice tan sólo una palabra sentimos enorme alegría. ¿Acaso María de Betania no se levantó de inmediato del lugar donde estaba llorando cuando su hermana Marta le dijo: "El Maestro está aquí, y te llama"?. ¡Qué momento tan feliz cuando Jesús nos llama de las lágrimas al gozo espiritual!. ¡Qué seco y duro eres sin Jesús!. ¡Qué ignorante y vacío si anhelas algo fuera de Jesús!. Dime ¿Acaso no te hace eso mayor daño que si perdieras todo el mundo?.
2. ¿Qué puede darte el mundo entero sin Jesús?. Estar sin Jesús es un infierno, estar con Jesús es la mayor felicidad. Si estuviera contigo Jesús ningún enemigo podría dañarte. El que encuentra a Jesús, encuentra un gran tesoro, realmente encuentra lo máximo y el que pierde a Jesús pierde muchísimo más que todo el mundo. Pobrísimo es quien vive sin Jesús y muy rico quien está bien con Jesús.
3. Saber conversar con Jesús es todo un arte y saber retener a Jesús es gran discernimiento. Sé sencillo y pacífico y estará contigo Jesús. Sé generoso con Dios y ecuánime y permanecerá contigo Jesús. Pronto puedes hacer huir a Jesús y perder su gracia si te inclinas hacia las cosas externas que te son inconvenientes. Si haces huir a Jesús, y lo pierdes ¿a dónde irás? ¿a quién entonces vas a buscar como amigo?. Sin un amigo no puedes vivir contento y si Jesús no fuera para ti el más íntimo amigo estarás muy triste y desolado. Es mejor elegir que todo el mundo esté en nuestra contra a ofender a Jesús. Entre todos los que quieres debe ser Jesús el predilecto.
4. Debemos amar a todos por Jesús; a Jesús, por sí mismo. Sólo a Jesús debemos amar singularmente ya que sólo Él es bueno y fiel por encima de todos los amigos que puedes encontrar. Por causa de Él, y en Él deben ser queridos para ti tanto los amigos como los enemigos y por todos hay que rezar para que todos conozcan a Jesús, y lo amen. Nunca desees que te reconozcan y te amen exclusivamente porque esto sólo corresponde a Dios que no tiene a nadie similar a Él. Ni anheles que alguien ocupe totalmente su corazón contigo ni te dejes poseer por el amor de alguno sino que Jesús esté en ti y en toda persona buena.
5. Manténte puro y libre interiormente, sin comprometerte íntegramente en nada. Te conviene entregar a Dios el corazón desapegado y puro si quieres consagrarte a Él y constatar qué hermoso es el Señor. Y realmente no lograrás esto si su gracia no te avisa y atrae de manera que dejando y despidiendo a todos sólo te unas con el Solo. Cuando la gracia de Dios viene al individuo entonces se hace poderoso para todo y cuando lo abandona, entonces se vuelve pobre y enfermizo y como abandonado a su tristeza. En estas cosas no debes desanimarte ni desesperarte sino mantenerte sereno en la voluntad de Dios y soportar todo lo que venga en honor a Jesucristo porque después del invierno sigue el verano después de la noche viene el día y pasada la tormenta llega gran serenidad.
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