San Silvano Berry | |
San Silvano, confesor, Berry (Francia).
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Santa Salaberga de Laon | |
Santa Salaberga, abadesa
En Laon, lugar de Neustria, santa Salaberga, abadesa, de quien se dice que san Columbano le curó su ceguera y la encauzó al servicio de Dios.
Cuando san Eustasio de Luxeuil viajaba de regreso a su monasterio desde Baviera, fue hospedado en una casa donde había una niña llamada Salaberga, que estaba ciega. El santo tomó aceite, lo bendijo y ungió con él los párpados de la chiquilla; después se puso en oración y Dios devolvió la vista a la infortunada Salaberga. Con el correr del tiempo, ésta se casó con un joven del lugar, pero el esposo murió dos meses después de la boda, y Salaberga, interpretó aquel suceso como una señal de que Dios la quería para su servicio en algún monasterio. Sin embargo, los padres de la joven pensaban de distinta manera y la casaron de nuevo con un noble caballero llamado Blandino. Con él tuvo cinco hijos, dos de los cuales, Baudino y Anstrudio, llegaron a ser venerados como santos. Salaberga había dotado a un convento de Poulangey y, al cabo de varios años de feliz matrimonio, tanto ella como su marido, de común acuerdo, decidieron retirarse del mundo. Blandino se hizo ermitaño y se le venera como santo en la diócesis de Meaux. Ella se retiró primero al convento de Poulangey y, más tarde, por consejo de san Walberto, abad de Luxeuil, fundó un nuevo monasterio en Laon, alrededor del año 650. Aquella abadía era un establecimiento muy extenso y tenía conventos para monjes y para monjas. Salaberga tenía un hermano casado que se llamaba Bodo, al que convenció para que abandonase el mundo y tomara los hábitos, al tiempo que su esposa se unió a la comunidad de Laon. Bodo llegó a ser el obispo de Toul y fundó tres monasterios, en uno de los cuales fue abadesa su propia hija. La fiesta de san Bodo se celebra el día 11 de este mes. Durante los dos últimos años de su vida, santa Salaberga sufrió continuamente grandes dolores, que soportó con valor y paciencia. Después de su muerte, su hija santa Anstrudis se hizo cargo del gobierno de la comunidad. Santa Salaberga fue sepultada en la abadía y, posteriormente, los restos de san Bodo fueron exhumados de su sepultura en Toul y trasladados junto a los de su hermana.
La biografía impresa originalmente en Acta Sanctorum, sept. vol. VI, fue editada con comentarios críticos por B. Krusch en Monumenta Germaniae Historica, Scriptores Merov., vol. V, pp. 40-66, donde demuestra que el nombre correcto de la santa es Sadalberga; pero lo importante es que la biografía que pretendía haber sido escrita por un contemporáneo es, en realidad, una recopilación que data del siglo IX. Son más dignas de confianza algunas referencias que hace a Salaberga el escritor Jonás, abad de Bobbio, en su Vida de San Columbario. Para los datos sobre Bodo (Leudin), ver el Acta Sanctorum, sept. vol. III.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Santa Basila de Roma | |
Santa Basila, mártir
En Roma, en la vía Salaria Antigua, sepultura de santa Basila, mártir bajo Diocleciano y Maximiano.
La leyenda de la santa dice que Basila era una doncella emparentada con la familia imperial y que fue martirizada en Roma a mediados del siglo III. Desde su niñez, sus padres la prometieron en matrimonio a un patricio llamado Pompeyo; pero después de su conversión al cristianismo, Basila se negó a casarse, porque se había consagrado al Señor desde el momento de su bautismo. Pompeyo la denunció ante el emperador Galieno, quien dio a escoger a Basila entre el matrimonio o la muerte por la espada. La santa escogió esto último y fue decapitada en la Vía Salaria.
Posiblemente, los detalles de esta narración y, en particular la mención de Galieno en el siglo III, sean totalmente erróneos. En 1654, se descubrió en la catacumba de San Ciriaco una tumba en la que había una placa con el nombre de Basila, una hoja de palma y una paloma; como es bien sabido, la palma y la paloma simbolizan el martirio y la virginidad. Los huesos que se hallaron en dicha tumba fueron trasladados con gran pompa al hospital de Bayeux, en Normandía; pero probablemente no se trata de los restos de la santa del siglo III, sino de alguna otra mártir desconocida.
No existen las actas de Santa Basila. Su nombre aparece mencionado de paso en la Pasión de Santa Eugenia, que es un documento sin valor. Sin embargo, está fuera de duda que el martirio de la santa es auténtico. La Depositio Martyrum sitúa el martirio de santa Basila el 22 de septiembre del año 304, que es la fecha en que se la celebra actualmente; la fecha del 20 de mayo provenía de su mención en el Hieronymianum. En las catacumbas se han descubierto varias inscripciones, en las que se invoca a la santa.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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