San Benjamín, diácono
y mártir
fecha: 31 de marzo
n.: c. 400 - †: c. 420 - país: Irak-Irán
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: c. 400 - †: c. 420 - país: Irak-Irán
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En el lugar de Argol,
en Persia, san Benjamín, diácono, que, por predicar insistentemente la palabra
de Dios, consumó su martirio con cañas puntiagudas clavadas bajo las uñas, en
tiempo del rey Vararane V.
El rey
Yezdigerd, hijo de Sapor II, puso fin a la cruel persecución de los cristianos
que había sido llevada al cabo en Persia durante el reinado de su padre, de
modo que la Iglesia había gozado de la paz por doce años, cuando un obispo
llamado Abdas, con un celo mal entendido, incendió el Píreo, o templo del
fuego, principal objeto del culto de los persas. El rey amenazó con destruir
todas las iglesias de los cristianos, a menos que Abdas reconstruyera el
templo. Este se rehusó a hacerlo; el rey lo mandó matar e inició una
persecución general que se intensificó bajo el reinado de su hijo Varanes y que
duró cuarenta años. Teodoreto, que en ese tiempo vivía en las cercanías, hace
un espantoso relato de las crueldades practicadas.
Uno de
los primeros mártires fue un diácono llamado Benjamín. Después de que éste fue
golpeado, estuvo encarcelado durante un año, pero un embajador del emperador en
Constantinopla obtuvo su libertad, prometiendo bajo su responsabilidad que el
santo se abstendría de hablar acerca de su religión. Benjamín, sin embargo,
declaró que él no podía cumplir tal condición y, de hecho, no perdió
oportunidad de predicar el Evangelio. Fue de nuevo aprehendido y llevado ante
el rey. En el juicio, su única respuesta a la acusación fue preguntar al
monarca qué pensaría de un súbdito que faltase a su fidelidad y se levantara en
armas contra él. El tirano ordenó que se le encajaran cañas entre uña y carne y
en las partes sensibles de su cuerpo y que posteriormente se las sacaran.
Después de haber repetido esta tortura varias veces, le atravesaron las
entrañas con una estaca nudosa, con el fin de rasgarlo y despedazarlo. El
mártir expiró en medio de la más terrible agonía.
Además
de Teodoreto (Historia Eclesiástica, vol. I, c. 38), cuya fuente está
reproducida en el Acta Sanctorum, marzo, vol. III, un relato de esos mártires
ha sido conservado tanto entre los sirios como entre los armenios. Ver Peeters
en la Analecta Bollandiana, vol. XXVIII (1909), pp. 399-415, que arroja una
gran luz sobre ciertas incongruencias en la narración y que muestra que
Teodoreto había probablemente usado un original sirio. Cf. también el
Historisches Jahrbuch vol. XXXIV (1913), pp. 94 ss.; y Labourt Le Christianisme
dans l´Empire pérse, pp. 105-112.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última
modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de
santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta
ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y
servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar
esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el
siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?ids=1055
Santa Balbina, virgen
fecha: 31 de marzo
†: a. 595 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: a. 595 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Roma, conmemoración de santa Balbina,
cuyo título erigido en el Aventino muestra la veneración que se tributó a su
nombre.
patronazgo: protectora contra el bocio y el
dolor de cuello.
refieren a este santo: San Quirino de
la Vía Apia
En el Martirologio Romano anterior a la
última reforma se leía: «En Roma, Santa Balbina, virgen, hija de san Quirino,
mártir, que fue bautizada por el papa Alejandro y escogió a Cristo como su
esposo en santa virginidad; después de terminar su curso en este mundo, fue
sepultada en la Vía Apia, cerca de su padre.» Este relato, el tradicional de la
santa, desgraciadamente depende de la inserción completamente gratuita del
martirologista Adón, quien tomó ciertos detalles de las «Actas del papa
Alejandro», que Beda prudentemente pasó por alto, y usó los nombres de Quirino,
Teodora y Balbina para llenar tres nombres dejados en blanco en el mes de
marzo. Las así llamadas «Actas de Balbina» son meramente un tardío plagio de
las actas de Alejandro.
Todo lo que sabemos es que a mitad del
camino entre la Vía Apia y la Vía Ardeatina, hubo un monasterio de Balbina,
probablemente llamado así, porque fue construido en las propiedades de una dama
cristiana, llamada Balbina. Por otra parte, parece que hubo una Balbina,
llamada hija de Quirino, pero no puede haber sido la misma, ya que la primera
vivió en época muy anterior y fue sepultada en la catacumba de Pretéxtato. Balbina
fue honrada en una pequeña iglesia del siglo IV, en el Aventino, que llevó su
nombre, pero es difícil determinar de cuál Balbina se trataba. La fecha que le
asigna el Martirologio (anterior al 595) proviene de que esa pequeña iglesia es
el único dato cierto que tenemos.
La fabulosa historia de Santa Balbina está
publicada en el Acta Sanctorum, marzo, vol. III, pero está sacada de las Actas
de Alejandro, en una versión en la que Balbina es presentada como mártir. Ver
también Dom Quentin, Les martyrologes historiques, especialmente pp. 113 y 490;
Leclercq en Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de Liturgie, vol. II, pp. 137-157; y J. P. Kirsch, Die Römischen Titelkirchen im Altertum,
pp. 94-96..
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
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