De santos Reyes (I). San Carlomagno
Hace un tiempo comencé una serie de santos reyes que, como me
suele pasar, duró menos que un merenge en la
puerta de un colegio. Hoy quiero
retomarla, con un artículo antiguo,
y así ir intercalando los antiguos con los nuevos. Espero que esta vez salga
adelante.
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San Carlomagno
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San Carlomagno, emperador. 28 de enero y 29 de diciembre (traslación de las
reliquias).
Nació en el 742, y fue hijo del Pipino IIII el Breve y Santa Berta o Bertrada (2 de julio), la famosa “Berta la del pie grande”. Sucedió a su padre como gobernante de una parte del reino franco, ya que este había dividido su reino entre sus hijos, Carlomán y el propio Carlomagno. A la muerte de su hermano Carlomán se convirtió en el único rey de los francos. Derrotó a los lombardos en el 774 y, a cambio de una donación al Papa Adriano I, este le proclamó rey de los lombardos. En el 777 comenzó la “evangelización” (léase conquista y sometimiento) de los sajones, a los que derrotó e hizo bautizar en 785 en Padeborn.
Comprometió a su hija Rotrudis con Constantino VI, en un intento de unificar los imperios occidental y oriental separados por San Teodosio el Grande (17 de enero). Carlomagno llevó a cabo una reforma de la Iglesia y las leyes francas, convocó concilios, edificó iglesias y colegios, dio propiedades a la Iglesia a cambio de protección y una casi-divinización, al viejo estilo romano. Fue amante del arte y de la cultura, conocedor de San Agustín, cuya obra “De Civitate Dei” le acompañaba en sus viajes y campañas. Luchó a favor del papa y en el norte de España expulsó a los moros, que significaban un peligro para la fe y cultura cristianas. Todo este afán tuvo su premio con su coronación y proclamación como emperador del Sacro Imperio de Occidente el día de Navidad de 800, por manos de San León III (12 de junio). Hay que recordar que León III había sido emboscado, herido y depuesto, y Carlomagno lo devolvió al solio pontificio.
Como emperador, Carlomagno construyó la catedral de Aquisgrán y junto ella un hermoso palacio, desde el que podía seguir la misa por medio de una capilla que comunicaba ambos. Una leyenda dice que Carlomagno quería que en la consagración de esta catedral hubiese 365 obispos, uno por cada día del año. Llegado el momento de la consagración, solo había 363, y entonces, los santos obispos de Maastricht, San Gondulfo y San Monulfo (16 de julio), se levantaron de sus tumbas y se presentaron para la celebración.
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Dalmática de San
Carlomagno
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Estos hechos de Carlomagno habrían estado bien si su vida
privada no hubiera sido tan poco santa y ejemplar: dos divorcios, varias
concubinas y más de un crimen o castigo exagerado. Pero por otro lado, era
observante de la disciplina y el orden, amante de la suntuosidad del culto y la
belleza de los templos, preocupado por la formación
de los nobles. Carlomagno murió en Aquisgrán el 28 de enero de 814, y se
convirtió en bandera de afanes político-religiosos, y es que con el tiempo, su
coronación fue vista por la Iglesia, según San
Gregorio VII, (25 de mayo) como la recompensa a los servicios
prestados a la fe, pero el poder político (sobre todo los emperadores Otón
I, II y III) la vio como el patrocinio del emperador a la Iglesia y por
ende, con derechos sobre esta.
La “vida” de Carlomagno la escribieron varios, y siempre en términos laudatorios, incluso milagrosos, comparándolo con héroes y reyes del Antiguo Testamento, casi un descendiente espiritual del rey San David (29 de diciembre). Einhard o San Rábano Mauro (4 de febrero), el primero que lo incluye en un martirologio, llenan los espacios vacíos con viajes y afanes misioneros. Entre ellos un viaje, realizado a partir de una visión de Dios, que supuestamente hizo a Tierra Santa, que sirvió a los cruzados de ejemplo para sus fines.
Fue Federico Barbarroja quien impulsó la canonización de Carlomagno, aludiendo a los ejemplos de San Enrique (13 de julio), San Eduardo el Confesor (13 de octubre) y San Canuto de Dinamarca (19 de enero). La concedió el antipapa Pascual III, que lo canonizó en 1165. Su culto se consolidó entre los siglos XII y XV, con la bendición política, no tanto con la religiosa, ya que la Iglesia se quería desligar de tanto cesaropapismo.
Pinceladas de ese culto.
La “vida” de Carlomagno la escribieron varios, y siempre en términos laudatorios, incluso milagrosos, comparándolo con héroes y reyes del Antiguo Testamento, casi un descendiente espiritual del rey San David (29 de diciembre). Einhard o San Rábano Mauro (4 de febrero), el primero que lo incluye en un martirologio, llenan los espacios vacíos con viajes y afanes misioneros. Entre ellos un viaje, realizado a partir de una visión de Dios, que supuestamente hizo a Tierra Santa, que sirvió a los cruzados de ejemplo para sus fines.
Fue Federico Barbarroja quien impulsó la canonización de Carlomagno, aludiendo a los ejemplos de San Enrique (13 de julio), San Eduardo el Confesor (13 de octubre) y San Canuto de Dinamarca (19 de enero). La concedió el antipapa Pascual III, que lo canonizó en 1165. Su culto se consolidó entre los siglos XII y XV, con la bendición política, no tanto con la religiosa, ya que la Iglesia se quería desligar de tanto cesaropapismo.
Pinceladas de ese culto.
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Relicario de San
Carlomagno
en Aquisgrán |
1. En Strasburgo, Osnabruck y Aquisgrán tuvo altar y oficio propio
antes del siglo XIII.
2. Se instituyeron dos fiestas: el 28 de enero, con octava, y el 29 de diciembre, la traslación de las reliquias. A esta última respondió Roma estableciendo, con toda intención, la fiesta de Santo Tomás Becket, precisamente víctima del poder real.
3. En Aachen tuvo su altar propio, con reliquia, con la inscripción “en honor del Santo Apóstol Carlos”. Allí se conserva su trono.
4. En Ratisbona se estableció la devoción, en contra del obispo, en el monasterio de San Pedro.
5. En 1354, Carlos IV constuyó una capilla en honor del Salvador y los Santos Wenceslao y Carlomagno.
6. Carlos V lo convirtió en protector de la casa real junto a San Luis (25 de agosto) e inscribió "Sanctus Karolus Magnus" en su cetro imperial.
7. En el siglo XV, Luis XI de Francia extendió la fiesta de San Carlomagno a todos los territorios franceses.
8. En 1478 fue nombrado patrón de los estudiantes por su interés en la educación de sus súbditos.
9. Hasta el siglo XVIII Navarra celebró su festividad el 28 de enero.
Actualmente el culto de San Carlomagno, polémico donde los haya, se celebra en Aquisgrán como Solemnidad el 28 de enero. En Zurich, de donde es patrón, se celebra el primer domingo después del 26 de julio, por un permiso especial de la Iglesia, por ser un culto “inmemorial”. También es patrón de Hildesheim, Münster, Osnabrück, Paderborn, París, y otros lugares.
2. Se instituyeron dos fiestas: el 28 de enero, con octava, y el 29 de diciembre, la traslación de las reliquias. A esta última respondió Roma estableciendo, con toda intención, la fiesta de Santo Tomás Becket, precisamente víctima del poder real.
3. En Aachen tuvo su altar propio, con reliquia, con la inscripción “en honor del Santo Apóstol Carlos”. Allí se conserva su trono.
4. En Ratisbona se estableció la devoción, en contra del obispo, en el monasterio de San Pedro.
5. En 1354, Carlos IV constuyó una capilla en honor del Salvador y los Santos Wenceslao y Carlomagno.
6. Carlos V lo convirtió en protector de la casa real junto a San Luis (25 de agosto) e inscribió "Sanctus Karolus Magnus" en su cetro imperial.
7. En el siglo XV, Luis XI de Francia extendió la fiesta de San Carlomagno a todos los territorios franceses.
8. En 1478 fue nombrado patrón de los estudiantes por su interés en la educación de sus súbditos.
9. Hasta el siglo XVIII Navarra celebró su festividad el 28 de enero.
Actualmente el culto de San Carlomagno, polémico donde los haya, se celebra en Aquisgrán como Solemnidad el 28 de enero. En Zurich, de donde es patrón, se celebra el primer domingo después del 26 de julio, por un permiso especial de la Iglesia, por ser un culto “inmemorial”. También es patrón de Hildesheim, Münster, Osnabrück, Paderborn, París, y otros lugares.
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