De nuevo, Jesús se
identifica con una mujer
El próximo domingo día 17 de
julio se completará la semana vigésimo octava de nuestro año 2022.
De nuevo los celebrantes de
la liturgia católica vaticana nos leerán a las gentes de la asamblea el
relato super sabido del encuentro de Jesús con aquellas dos mujeres llamadas
María y Marta. El dato es que tal encuentro sucede en casa de estas dos hermanas,
a quienes se las ha identificado, para bien o para mal, como las hermanas de
'la contemplación' y de 'la acción'. Según el relato del Evangelista Lucas en
tal casa no hay nadie más. Y el verbo 'entrar' aparece en singular. Entró en
aquel pueblo y en aquella casa Jesús solo. No se nos olvide a los asiduos
lectores que Jesús con los DIOCE y los SETENTA y DOS y más seguidores y
seguidoras van de CAMINO. ¿En Sinodalidad? Van de camino hacia Jerusalén.Y
entra en el poblado y en la casa solamente Jesús. ¿Para institucionalizar en el
futuro y hasta el final del mundo la vida religiosa activa, por un lado, y la
contemplativa, por otro? Cuánta intencionalidad ideológica se esconde en
algunas interpretaciones.
Y puestos a interpretar
también me he permitido expresar mi propia postura, opción, comprensión o como
se le quiera designar. Estoy seguro que habrá más de una tesis doctoral,
sesudamente documentada, para sostener más de una trinidad de interpretaciones.
Mi postura queda expresada en
el comentario del relato de Lucas 10,38-42 y al que he titulado: Dogma y
Evangelio.
En la sugerencia de los
'CINCO MINUTOS' dejo constancia de una publicación que desde septiembre
del año 2007 ha ocupado puestos de cabeza en las parrillas de las ediciones de
los libros 'religiosos'. Algún buen mérito tendrá tal publicación. Antes de la
Navidad de ese año 2007, el autor del libro ya había sido catalogado, a modo de
sambenitos, como racionalista, materialista, hereje, blasfemo, arriano y otras
'lindezas'. Creo que la naturalidad de su autor es haberse atrevido a responder
una pregunta elemental que hasta el primer evangelista se atrevió a formular:
¿Quién dices tú que es Jesús de Nazaret?
Toda persona que decida poner
negro sobre blanco, letras impresas, aquello que piensa sobre aquel judío laico
de la Galilea del siglo primero pronto o más tarde encontrará personas que le
aplaudan y personas que le denuncien. Habrá siempre argumentos para todo y de
todos. El primer texto que publicó José Antonio Pagola Elorza de su 'Jesús.
Aproximación histórica' atrajo las alegrías y las iras de las aguas
eclesiásticas en general y episcopales en particular. Si alguien desea volver
sobre esas páginas que vaya a la fuente, es decir, que se cerciore de estar
leyendo un ejemplar de ese libro que pertenezca a alguna de las ocho ediciones
primeras. De ahí en adelante surgieron 'las enmiendas' o 'los remiendos'. Este
asunto siempre 'da qué pensar'... Y evoca tiempos inquisitoriales
deshumanizadores...
A continuación se encuentran
los comentarios del domingo 17 de julio.
. Me lo digo
y escribo CONTIGO,
“Yendo ellos [Jesús con los Doce y los setenta y
dos y otros más] de camino entró en un pueblo, y una mujer llamada Marta…
Tenía ella una hermana llamada María…” (Lucas 10,38-39). Así comienza el
último relato que el Evangelista nos coloca en el final del capítulo décimo de
su Evangelio. Leído este escrito tiene toda la apariencia de ser un relato que
pudo suceder tal cual. Sin embargo, es muy probable que se trate de una
narración semejante a la parábola, como la anterior de ‘El buen samaritano’.
Como no
se sabe nada de la vida y andanzas de este Jesús de Nazaret del Evangelista
desde sus doce años hasta los treinta de su bautismo en el Jordán con Juan y
los inicios de su actividad en Galilea ignoramos, como lectores, si esta casa
de Marta y de María era real o sólo el ‘lugar apropiado’ que el Evangelista,
hacia los años ochenta del siglo primero, imagina para sus declaradas
intenciones evangelizadoras. Y otro dato más…
En el
comentario anterior aventuré que el Evangelista Juan se había leído el relato
de Lucas sobre ‘el buen samaritano’ y se atrevió a parafrasear a su manera el
mensaje en su relato sobre ‘la buena samaritana’ (Juan 4). De igual manera,
Juan quedó prendado del relato de los hechos en casa de Marta y María y los
adaptó a sus pretensiones narrativas y teológico-evangélicas en Juan 11 y 12.
Este narrador sublime añadió a las hermanas la presencia de un nuevo hermano,
Lázaro. Lucas, probablemente, no leyó al Evangelista Juan y los hechos que
sucedieron en aquella casa de Betania donde compartían mesa, mantel, comida y
hasta humanas experiencias religiosas Marta, María y Lázaro. Estoy seguro de
que Lucas se hubiera alegrado muchísimo por lo que Juan el Evangelista añadió a
la experiencia de sus dos mujeres.
¿Quiénes
son Marta y María en el Evangelio de Lucas 10,38-42? Marta es la Ley judía
centrada en la persona de Moisés, en la presencia del Templo de Jerusalén y en
toda la tradición sacerdotal con sus innumerables liturgias sacrificiales para
purificación de los pecados del pueblo. Esta es Marta: Te preocupas y que
agitas por tantas cosas, le dice este Jesús de Nazaret del Evangelista
Lucas. ¡Cuántas religiones de siempre y de ahora están obsesionadas por la
práctica de leyes, normas, tradiciones, obediencias y cumplimientos! Dentro de
la llamada Religión Católica y dentro de tantísimas Instituciones de religiosos
y religiosas se mantiene esta manera de vivir el imaginado proyecto de Jesús.
Esto es ser Marta.
El
Evangelio de Jesús de Nazaret, como indica Lucas de manera reiterada y
explícitamente en 17,21, es María. La persona que escucha a Jesús y se atreve a
ser como él: persona, ser humano entrañable, sin otra normativa que esa
experiencia de ser humano entrañable, ser humana entrañable y nada más. El
Evangelista Juan, al que antes recordábamos, dirá tan lisa y llanamente que ‘en
esto se reconocerá que se es seguidor de Jesús: si nos amamos unos a otros’
(Juan 3,35). Tan claro y nítido como la luz del amanecer o el agua del
manantial de montaña.
Marta es
la religión del Dogma, la Moral y el Culto. María, en cambio, es el Evangelio
de la Buena Noticia. En la religión del Dogma se obedece porque se manda y se
teme. En el ámbito del Evangelio se siente el sentirse a gusto, el sentarse
cerca, el estar en corro, el comer y beber en la mesa compartida sin otra
normativa que querer y sentirse querido.
Marta y
María es la parábola evangélica semejante a la de ‘el buen samaritano’, a la de
‘la buena samaritana’, a las tres parábolas de Lucas quince y a las de Mateo
7,12-27 y a las del Evangelista Marcos 7. ¡¡Dos caminos!!: Dogma y Evangelio:
Marta y María. Carmelo Bueno Heras
CINCO MINUTOS con la
otra Biblioteca de la BIBLIA entre las manos
Tú
y yo, entre otras muchas actividades, solemos también leer. En ocasiones,
quedamos sorprendidos por lo que leemos. Es más, y nos ocurre a veces, llegamos a pensar que lo que leemos nos
hubiera gustado haberlo escrito nosotros mismos. Por esta sola razón, me he
decidido a compartir CONTIGO, semana a semana, durante este año eclesiástico,
52 libros. Creo que, en la inmensa BIBLIA de todos los textos, como en el
cuerpo de toda persona, ¡todo está relacionado!
Ahora, Semana 34ª: 17.07.2022: Cita de José Antonio
Pagola Elorza. Jesús. Aproximación histórica, PPC, Madrid, 2007; 543 páginas.
PRESENTACIÓN
¿Quién fue Jesús? ¿Qué secreto se encierra en este galileo
fascinante, nacido hace dos mil años en una aldea insignificante del Imperio
romano y ejecutado como un malhechor cerca de una vieja cantera en las afueras
de Jerusalén cuando rondaba los treinta años? ¿Quién fue este hombre que ha
marcado decisivamente la religión, la cultura y el arte de Occidente hasta
imponer incluso su calendario? Probablemente nadie ha tenido un poder tan
grande sobre los corazones; nadie ha expresado como él las inquietudes e
interrogantes del ser humano; nadie ha despertado tantas esperanzas. ¿Por qué
su nombre no ha caído en el olvido? ¿Por qué todavía hoy, cuando las ideologías
y religiones experimentan una crisis profunda, su persona y su mensaje siguen
alimentando la fe de tantos millones de hombres y mujeres?
Para mí no es una pregunta más. Tampoco un simple
deseo de satisfacer mi curiosidad histórica o intelectual. Quiero saber quién
está en el origen de mi fe cristiana. No me interesa […] Deseo aproximarme con
el mayor rigor posible a su persona: ¿quién fue? ¿Cómo entendió su vida? ¿Qué
defendió? ¿Dónde está la fuerza de su persona y la originalidad de su mensaje?
¿Por qué lo mataron? ¿En qué terminó la aventura de su vida?...
Texto completo, en páginas 5 y siguientes.
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