28 de agosto: Nuestra Señora de Kiev
Alrededor de 862, un grupo de hombres del norte ocuparon los territorios de lo que actualmente es Kiev, siendo núcleo de la futura Rusia. A finales del siglo IX, llegaron misioneros desde Constantinopla y convirtieron al cristianismo a muchos de los habitantes al cristianismo.
Durante los tres siglos siguientes, Kiev se convirtió en el centro intelectual y religioso del país Allí, se construyeron numerosos conventos y monasterios. Adquirieron protagonismo los dominicos de la mano de San Jacinto, conocido como Apóstol del Norte, incansable misionero que recorrió Polonia y Rusia.
En el año 1240, los mongoles invadieron Rusia. Al enterarse, Jacinto corrió hacia el templo para salvaguardar el Santísimo Sacramento de la profanación de los paganos. Cuando corría llevando consigo a Jesús Sacramentado, el santo oyó una voz que le dijo "Jacinto, ¿vas a dejarme aquí a merced de los tartanes?"; esa voz parecía venir de la estatua de la Santísima Virgen en uno de los altares laterales. Jacinto se detuvo y volvió su mirada hacia la imagen la cual era de importantes dimensiones y demasiado pesada para que un solo hombre la cargara. Ahí fue que la Virgen le habló de nuevo: "Llévame contigo, Jacinto, yo pondré la carga ligera". Sin pensarlo mucho, sin dejar de llevar el Santísimo Sacramento, el santo cargó la imagen grande con la otra mano, y, para su sorpresa, la encontró liviana. así, pudo huir de la ciudad.
Ochenta años después de que los mongoles abandonaron los territorios rusos, la imagen fue devuelta a Kiev, convirtiendo a esa ciudad en el centro de una gran devoción a la Santísima Virgen bajo el nombre de Nuestra Señora de Kiev. Posteriormente, la imagen fue llevada hasta un convento dominicano ubicado en Polonia. Durante el Siglo XX, el comunismo combatió la devoción a la Virgen. La Virgen sigue pidiéndonos: "Llévame contigo, haré más liviana tu carga".
Durante los tres siglos siguientes, Kiev se convirtió en el centro intelectual y religioso del país Allí, se construyeron numerosos conventos y monasterios. Adquirieron protagonismo los dominicos de la mano de San Jacinto, conocido como Apóstol del Norte, incansable misionero que recorrió Polonia y Rusia.
En el año 1240, los mongoles invadieron Rusia. Al enterarse, Jacinto corrió hacia el templo para salvaguardar el Santísimo Sacramento de la profanación de los paganos. Cuando corría llevando consigo a Jesús Sacramentado, el santo oyó una voz que le dijo "Jacinto, ¿vas a dejarme aquí a merced de los tartanes?"; esa voz parecía venir de la estatua de la Santísima Virgen en uno de los altares laterales. Jacinto se detuvo y volvió su mirada hacia la imagen la cual era de importantes dimensiones y demasiado pesada para que un solo hombre la cargara. Ahí fue que la Virgen le habló de nuevo: "Llévame contigo, Jacinto, yo pondré la carga ligera". Sin pensarlo mucho, sin dejar de llevar el Santísimo Sacramento, el santo cargó la imagen grande con la otra mano, y, para su sorpresa, la encontró liviana. así, pudo huir de la ciudad.
Ochenta años después de que los mongoles abandonaron los territorios rusos, la imagen fue devuelta a Kiev, convirtiendo a esa ciudad en el centro de una gran devoción a la Santísima Virgen bajo el nombre de Nuestra Señora de Kiev. Posteriormente, la imagen fue llevada hasta un convento dominicano ubicado en Polonia. Durante el Siglo XX, el comunismo combatió la devoción a la Virgen. La Virgen sigue pidiéndonos: "Llévame contigo, haré más liviana tu carga".
traducido por mallinista
((fuente: www.roman-catholic-saints.com)
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