Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Reina, que engendró al Hijo de Dios, Príncipe de la paz, cuyo reino no tendrá fin, y que es saludada por el pueblo cristiano como Reina del cielo y Madre de misericordia.
En Autun, en la Galia Lugdubense, san Simforiano, mártir, al que, mientras era llevado al suplicio, desde la muralla de la ciudad su madre exhortaba con estas palabras: «Hijo, hijo, Simforiano, pon tu pensamiento en Dios vivo. Hoy no se te quita la vida, sino que se te cambia por una mejor». († s. III/IV)
En Roma, en la vía Ostiense, en el cementerio que lleva su nombre, san Timoteo, mártir. († 303)
En Todi, de la Umbría, san Felipe Benizi, presbítero de Florencia, varón de gran humildad y propagador de la Orden de los Siervos de María, que consideraba a Cristo crucificado como su único libro. († 1285)
En Bevagna, también en la Umbría, beato Jacobo Bianconi, presbítero de la Orden de Predicadores, que fundó en aquel lugar un convento y refutó los errores de los nicolaítas. († 1301)
En Ocre, cerca de Fossa dell’Aquila, en el Abruzo, beato Timoteo de Monticchio, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, insigne por la austeridad de su vida y el fervor de su oración. († 1504)
En York, en Inglaterra, beato Tomás Percy, mártir, conde de Northumberland, que, por su fidelidad a la Iglesia de Roma, durante el reinado de Isabel I consiguió la palma del martirio al ser decapitado. († 1572)
En el mismo lugar y durante el mismo reinado, beatos Guillermo Lacey y Ricardo Kirkman, presbíteros y mártires, que, condenados a muerte por haber entrado en Inglaterra como sacerdotes, fueron ajusticiados en el patíbulo. († 1582)
En Worchester, también en Inglaterra, san Juan Wall, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que tras haber ejercido clandestinamente su ministerio pastoral durante más de veinte años, en tiempo del rey Carlos II, por el hecho de ser sacerdote, fue ahorcado y después descuartizado. († 1679)
En Hereford, de nuevo en Inglaterra, en el mismo día y año, san Juan Kemble, presbítero y mártir, que en tiempo de persecución ejerció el ministerio pastoral durante más de cincuenta años y finalmente, ya octogenario, fue ahorcado por ser sacerdote, consumando así el martirio. († 1679)
En Ofida, en el Piceno, de Italia, beato Bernardo (Domingo) Peroni, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, célebre por su simplicidad de corazón, inocencia de vida y admirable caridad para con los pobres. († 1694)
En el mar frente a Rochefort, en Francia, beato Elías Leymarie de Laroche, presbítero y mártir, que durante la Revolución Francesa, encarcelado en una sórdida nave y cruelmente maltratado, exhaló su espíritu aquejado de enfermedad. († 1794)
En Vicálvaro, Madrid, España, beatas Madre Inés de San José, abadesa, y Sor María del Carmen de la Purísima Concepción, religiosas concepcionistas del monasterio de El Pardo, mártires. († 1936)
En la Carretera de Andalucía, Madrid, beato José María Urruchi Ortiz, presbítero, religioso de la Congregación del Santísimo Redentor, misionero redentorista, y mártir que dio su vida por la fe que profesaba en tiempos de la guerra civil española. († 1936)
En Pradera de San Isidro, Madrid, beato José Joaquín Erviti Insausti, religioso de la Congregación del Santísimo Redentor, misionero redentorista y mártir, que dio su vida por la fe que profesaba en tiempos de la guerra civil española. († 1936)
En la localidad de Starunya, en el territorio de Stanislaviv (hoy Ivanofrankivsk), en Ucrania, beato Simeón Lukac, obispo y mártir, quien, durante un gobierno hostil a la fe, ejerció clandestinamente su ministerio en favor de la grey de católicos de rito bizantino, y con una muerte fiel proclamó la gloria y el honor de Cristo el Señor y de Dios. († 1964)
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