Leyente,
Acabo de llegar del viaje
por Palestina Israel (once días con otras quince personas). Puedes
comprender que se trata de una experiencia que no es fácil contar con palabras,
pero que no es complicado pensar que se trata de un hecho importante en la
vida de la persona que tiene esa oportunidad. No podría decirte qué fue lo más
importante o lo más impactante o lo más significativo o lo más emocionante...
Pero, por ejemplo, haber estado en la sinagoga de Nazaret y haber hablado allí,
y haber comentado allí y haberlo compartido con otras quince personas llega muy
adentro de uno. Y creo que desde hechos así se le comprende mejor a aquel
Jesús de Nazaret.
El dato que nos ofrece
Lucas me atrapa y clarifica: Subió aquel sábado a la sinagoga como era su
costumbre... Y leyó un relato del profeta Isaías, el tercero de los tres
Isaías. Y comentó que él se encontraba diametralmente en desacuerdo con el
viejo profeta... Un atrevimiento así, me impresiona. El Evangelista Lucas dice
que es lo primero que hizo Jesús en su tarea evangelizadora.
No te quito más tiempo de
tus tareas de agostero de la vida...
Un saludo muy cordial
Carmelo Bueno Heras
Domingo XXI TO Ciclo A
(27.08.2023): Mateo 16,13-20. Así lo comento y comparto CONTIGO:
Es normal
que a un domingo le suceda otro domingo y que, en las celebraciones de la
liturgia católica, a un relato evangélico le suceda otro relato que,
normalmente, sea continuación del relato anterior. Esta normalidad del tiempo
se convierte en anormalidad en la lectura seguida, ordenada y completa del
relato del Evangelio, en este año y Ciclo A, el escrito por Mateo. La autoridad
(in)competente nos ofrece la proclamación de sus relatos sin esas condiciones
de normalidad y por ello, los oyentes solemos desconocer los contextos de los
textos leídos.
Así,
pues, este relato de Mateo 16,13-20 no tiene otro contexto, para quienes
acogemos la palabra del Evangelio que el propio texto ignorando siempre qué nos
escribió Mateo antes y después de la narración que se nos proclama. Además, el
texto propuesto para la meditación es uno de esos mensajes que la iglesia
católica, romana y vaticana tiene subrayado con el color del dogma, porque la
tradición lo ha colocado en uno de los frontispicios referenciales de su fe.
Tanta
centralidad posee este relato que se ha escrito explícitamente en el lugar
consagrado y culmen de la Basílica de san Pedro en Roma en donde debe de quedar
patente una afirmación: ‘Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi
iglesia…’ (Mt 16,18). Sola y únicamente este Evangelista Mateo puso en
boca de su Jesús de Nazaret estas palabras tan nítidas y definitivas. Nada
supieron de este mensaje tan explícito de Jesús los otros tres Evangelistas.
Los investigadores de la vida y mensaje del Jesús de la historia sostienen que
tal mensaje es fruta madura de la posterior tradición eclesial. Nunca antes,
posiblemente.
La voz
autorizada de los investigadores no deja de ser una opinión como también lo es
el comentario que puede hacer cada uno de los lectores con el sentido común que
a todos nos acompaña. Es notoria la inmensidad de la paradoja del encumbramiento
de Pedro por Jesús: “Bienaventurado eres Simón…” (Mt 16,17) y la
desacreditación del mismo Pedro por el propio Jesús: “Quítate de mi
vista, Satanás…” (Mt 16,23). La realidad de esta paradoja sólo se
percibe en toda su dimensión cuando se lee completa la secuencia narrativa del
escritor en Mateo 16,13-23. ¿Por qué la autoridad litúrgica nos ofrece
este relato partido y separado para su proclamación en dos domingos distintos?
En la
lectura del texto que se nos propone en este domingo hay una pregunta que
siempre me atrapa: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Mt 16,15). Y
me atrapa también un mandato explícito de este Jesús del Evangelista Mateo: “Entonces
mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el Cristo” (Mateo
16,20).
La respuesta
a la pregunta la podemos leer y constatar en una inmensidad de personas a lo
largo de los siglos y de los lugares. Sobre este Jesús de Nazaret se ha dicho
de todo. Y se seguirá diciendo. En los mismos relatos del Evangelio encontramos
que a este Jesús se le llama o es pan, camino, agua, luz, profeta, vid, puerta,
cordero, piedra angular, palabra, vida y verdad, por citar una docena de ellas
nada más. Confieso que me gusta constatar esta pluralidad que viene a ser como
ese diamante con sus mil caras pulidas y enriquecedoras.
El
mandato-prohibición de este mismo Jesús que detesta ser proclamado ‘Cristo (en
griego) o Mesías (en hebreo)’ interroga mis adentros de lector crítico. Este
‘Cristo’ es el origen del nombre ‘CRISTIANO’ y de su adjetivo. Así es como se
nos identifica a sus seguidores. Y él, el judío y laico de Galilea, prohibió
que se le llamara así. Comprendo que esta ‘mesianidad’ es otra inmensa
contradicción. Jamás Jesús fue Mesías como David. Creo. Carmelo Bueno Heras
CINCO
MINUTOS de AIRES BÍBLICOS
.
Si se puede decir en un artículo de revista, ¿para qué escribir un libro de 200
páginas?
.
Si se puede decir en una página, ¿para qué escribir un artículo de revista?
.
Si se puede decir en un puñado de versos, ¿para qué escribir una página?
.
Este ‘Cinco minutos de aires bíblicos’ es una semilla que confío a la sabiduría
de tu saber leer, que es despertar; de tu saber interpretar, que es cuidar; de
tu saber compartir, que es saborear. Siempre pretenderé que esta ‘semilla de
los cinco minutos’ tenga la ‘denominación de origen’ de su autor.
Semana 40ª (27.08.2023):
Cuando me amé de verdad
Cuando
me amé de verdad comprendí que, en cualquier circunstancia, yo estaba en el
lugar correcto, en la hora correcta y en el momento exacto y entonces, pude
relajarme. Hoy sé que eso tiene un nombre… ”AUTOESTIMA”.
Cuando me amé de verdad,
pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional no es sino una señal
de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… ”AUTENTICIDAD”.
Cuando me amé de verdad,
dejé de desear que mi vida fuera diferente y comencé a ver todo lo que acontece
y que contribuye a mi crecimiento. Hoy eso se llama… ”MADUREZ”.
Cuando me amé de verdad,
comencé a percibir que es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o
persona, solo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el
momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo. Hoy sé que el nombre
de eso es… ”RESPETO”.
Cuando me amé de verdad,
percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la
coloco al servicio de mi corazón, ella tiene una gran y valiosa aliada. Todo
eso es… ”¡SABER VIVIR!”.
No debemos tener miedo de
confrontarnos… Hasta los planetas chocan. Y del caos nacen las estrellas.
Charles
Chaplin
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