132. El
anuncio a la cultura implica también un anuncio a las culturas profesionales,
científicas y académicas. Se trata del encuentro entre la fe, la razón y las
ciencias, que procura desarrollar un nuevo discurso de la credibilidad, una
original apologética[109] que
ayude a crear las disposiciones para que el Evangelio sea escuchado por todos.
Cuando algunas categorías de la razón y de las ciencias son acogidas en el
anuncio del mensaje, esas mismas categorías se convierten en instrumentos de
evangelización; es el agua convertida en vino. Es aquello que, asumido, no sólo
es redimido sino que se vuelve instrumento del Espíritu para iluminar y renovar
el mundo.
133. Ya que no
basta la preocupación del evangelizador por llegar a cada persona, y el
Evangelio también se anuncia a las culturas en su conjunto, la teología –no
sólo la teología pastoral– en diálogo con otras ciencias y experiencias
humanas, tiene gran importancia para pensar cómo hacer llegar la propuesta del
Evangelio a la diversidad de contextos culturales y de destinatarios.[110] La
Iglesia, empeñada en la evangelización, aprecia y alienta el carisma de los
teólogos y su esfuerzo por la investigación teológica, que promueve el diálogo
con el mundo de las culturas y de las ciencias. Convoco a los teólogos a
cumplir este servicio como parte de la misión salvífica de la Iglesia. Pero es
necesario que, para tal propósito, lleven en el corazón la finalidad
evangelizadora de la Iglesia y también de la teología, y no se contenten con
una teología de escritorio.
134. Las
Universidades son un ámbito privilegiado para pensar y desarrollar este empeño
evangelizador de un modo interdisciplinario e integrador. Las escuelas
católicas, que intentan siempre conjugar la tarea educativa con el anuncio
explícito del Evangelio, constituyen un aporte muy valioso a la evangelización
de la cultura, aun en los países y ciudades donde una situación adversa nos
estimule a usar nuestra creatividad para encontrar los caminos adecuados.[111]
Reflexión:
10 marzo (RV).- (audio) El anuncio del Evangelio recuerda el Papa implica también un anuncio a las culturas profesionales, científicas y académicas. Se trata del encuentro entre la fe, la razón y las ciencias. Cuando algunas categorías de la razón y de las ciencias son acogidas en el anuncio del mensaje, esas mismas categorías se convierten en instrumentos de evangelización; es el agua convertida en vino. Es aquello que, asumido, no sólo es redimido sino que se vuelve instrumento del Espíritu para iluminar y renovar el mundo.
La teología, en diálogo con otras ciencias y experiencias humanas, tiene gran importancia para pensar cómo hacer llegar la propuesta del Evangelio a la diversidad de contextos culturales y de destinatarios. La Iglesia, empeñada en la evangelización, aprecia y alienta el carisma de los teólogos y su esfuerzo por la investigación teológica, que promueve el diálogo con el mundo de las culturas y de las ciencias. “Convoco –señala Francisco- a los teólogos a cumplir este servicio como parte de la misión salvífica de la Iglesia. Pero es necesario que, para tal propósito, lleven en el corazón la finalidad evangelizadora de la Iglesia y también de la teología, y no se contenten con una teología de escritorio”.
Y las Universidades, escribe el Papa, son un ámbito privilegiado para pensar y desarrollar este empeño evangelizador de un modo interdisciplinario e integrador. Las escuelas católicas, que intentan siempre conjugar la tarea educativa con el anuncio explícito del Evangelio, constituyen un aporte muy valioso a la evangelización de la cultura, aun en los países y ciudades donde una situación adversa nos estimule a usar nuestra creatividad para encontrar los caminos adecuados.
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