Una Iglesia de puertas abiertas 29032014

Una Iglesia de puertas abiertas

REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

(RV).- (Con audio) Como la casa del padre del hijo pródigo que tiene las puertas abiertas de par en par, así quiere Francisco a la Iglesia. Y esto sucedió en la práctica en la celebración penitencial del viernes 28 de marzo, donde las puertas del Santuario de San Pedro junto a las puertas de muchas otras iglesias de Roma y el mundo se abrieron de par en par, para acoger a los penitentes que llegaron para recibir el sacramento del perdón.

Coherente con su magisterio de gestos y palabras, con los que insistente sobre la caricia de la misericordia de Dios, antes de sentarse en el confesionario asignado para él, el mismo Papa Francisco, dando el ejemplo, se arrodilló para confesarse él primero en el confesionario del frente, para gozar de la caricia del perdón de Dios.

Minutos antes había expresado: “Podemos hablar de la esperanza de Dios: nuestro Padre nos espera siempre. No sólo nos deja la puerta abierta: nos espera”. Por la mañana de ese mismo viernes había dicho a los confesores: “¡La misericordia es el corazón del evangelio! No lo olviden. Es la buena noticia de que Dios nos ama, que siempre ama al hombre pecador y con este amor nos atrae hacia sí y nos invita a la conversión… La confesión no es un tribunal de condena, sino experiencia de perdón y misericordia… El confesor recibe a un penitente con el amor de un padre que ve a su hijo de vuelta y va a su encuentro… El perdón que el sacramento confiere es la vida nueva que nos transmite el Señor resucitado a través de su Espíritu”, invitando a recibir y a dar el perdón de Dios en el sacramento de la Reconciliación.