Fieles polacos e italianos celebran en Roma misas de agradecimiento por las canonizaciones
(RV).- “Los santos no piden que se les aplauda, pero si que se les imite”. Esta exhortación de Juan Pablo II fue recordada la mañana de este lunes en la Plaza de San Pedro por el cardenal Angelo Comastri en la misa de agradecimiento por la canonización de Karol Wojtyla. Estuvieron presentes en la celebración miles de peregrinos polacos acompañados por el cardenal y arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, quien agradeció a todos los que ayudaron al desarrollo de la canonización de los dos Papas. “No se puede leer lo que dicen los corazones de aquellos que se encuentran en la Plaza de San Pedro, pero sin duda "gratitud " es el sentimiento compartido por muchos de los peregrinos.
El actual arzobispo de la diócesis de Cracovia, el cardenal Stanislaw Dziwisz, agradeció a Italia y a todos sus habitantes por haber recibido tan bien, en su momento, a Karol Wojtyla, cuando llegó a Roma 'desde un país lejano', especificó. “Italia se convirtió en un segundo hogar para él”.
Durante la celebración, donde estuvo presente el coro de Cracovia , el cardenal Comastri - vicario del Papa para la Ciudad del Vaticano - subrayó el extraordinario testimonio de San Juan Pablo II, "una roca de la fe" , “valiente defensor de la familia”, "plan de Dios y la vida humana en contra de la cultura del derroche y del egoísmo”. Papa que dio voz a los excluidos, que recordó con su vida la belleza del sacerdocio, que fue guiado por María en el camino de la fe y que sabía cómo hablar a los corazones de los jóvenes como un "verdadero padre" y "educador leal”. El cardenal Angelo Comastri recordó lo que se pensó en el funeral de Karol Wojtyla, el 8 de abril de 2005: “Todo el mundo en ese momento nos preguntábamos: “¿Quién fue Juan Pablo II? ¿Por qué le amamos tanto?” La respuesta está en el Evangelio: “La vida de Juan Pablo II ha sido una continua obediencia al Evangelio de Jesús”.
Por otra parte, pero también esta mañana, se celebró en Roma en la Iglesia de San Carlo al Corso, una misa de agradecimiento por la canonización de San Juan XXIII. La celebración fue presidida por Mons. Beschi, obispo de Bérgamo, quien agradeció en su homilía al Papa por el mensaje que envió a su pueblo saludándoles, horas antes de la canonización. Mons Beschi escribe al Papa: qué grande es la alegría, al igual que la gratitud. Bendigamos al Señor por el don de la santidad del Papa Juan XXIII y el Papa Juan Pablo II. El anuncio de este regalo de la Iglesia, continúa el obispo de Bérgamo en su mensaje al Santo Padre, “nos anima a buscar, con pasión y con gran alegría la semilla del Evangelio, y cultivar lo que se ha sembrado en la vida de cada uno de nosotros, en su vocación y misión en la vida concreta todas nuestras comunidades”.
Mons Breschi le agradece a Papa Francisco porque “ha hecho que brille en nuestros ojos el gran ejemplo y el precioso legado del Papa, que nació, creció, vivió en nuestra tierra y en nuestra Iglesia diocesana que tanto amó.
“Querido Papa Francesco”, concluye Mons. Breschi, “nos confía un legado que es para todas las mujeres y hombres del mundo, y que tiene una especial bienvenida para la gente de esta tierra. (MZ-RV)
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