Una bendición recíproca: Juan Pablo II y el Pueblo Judío
(RV).- “Una bendición recíproca: El Papa Juan Pablo II y el Pueblo Judío”, es el título de la exposición multimedia sobre el diálogo interreligioso y la actitud de apertura de San Juan Pablo II en la relación entre la Iglesia católica y el pueblo Judío, que se inaugura hoy en el Vaticano – Brazo de Carlomagno – y podrá ser visitada hasta el 17 de septiembre.
Un regalo para Juan Pablo II
La muestra internacional, concebida como un regalo a Juan Pablo II para su 85 cumpleaños, se inauguró en la Xavier Universidad de Cincinnati (EE.UU.) el 18 de mayo de 2005, apenas un mes después de la muerte del Pontífice. Después de haber recorrido diversas capitales estadounidenses y a haber sido vista por más de un millón de visitantes, ahora llega a Roma y sus organizadores desean que una de sus etapas europeas fuera Cracovia, la ciudad polaca en la que Karol Wojtyla fue Arzobispo.
El diálogo interreligioso
“Una bendición recíproca”, describe los pasos del Pontífice para mejorar la relación entre la Iglesia Católica y el pueblo judío y refleja la actualidad de la declaración conciliar “Nostra Aetate”, emanada hace cincuenta años en la que se expresa el aprecio de la Iglesia Católica por las otras religiones, y se reafirman los principios de fraternidad universal, de amor y de no discriminación. Financiada por diversas universidades y privados que creen en el diálogo interreligioso como fuente de progreso para la humanidad, la exposición narra en cuatro secciones, a través de fotos, vídeos, grabaciones y otras fuentes interactivas, las relaciones de Juan Pablo II con los que él mismo definió durante su histórica visita a la sinagoga de Roma el 13 de abril de 1986 como “nuestros hermanos mayores”.
La muestra Internacional
La primera sección ilustra los años juveniles de Karol Wojtyla en su Wadowice natal, la amistad, que duró toda la vida, con el joven judío Jerzy Kluger y las relaciones entre católicos y hebreos en Polonia en la década de 1920-1930. La segunda sección está dedicada a los años universitarios y laborales del Pontífice en Cracovia, durante la Segunda Guerra Mundial, no lejano de sus amigos que conocen el terror del holocausto. La tercera describe la vida sacerdotal y episcopal del Papa, el evento del Concilio Vaticano, que marca un cambio de rumbo en la relación entre judíos y cristianos, y la estrecha relación del Cardenal arzobispo de Cracovia con la comunidad judía de su arquidiócesis.
La última sección abarca la figura de Wojtyla como Sucesor de Pedro, su visita a la sinagoga romana y el viaje que efectuó a Israel en el año 2000 cuando dejó en el Muro Occidental de Jerusalén una oración pidiendo el perdón divino por el trato que habían recibido en pasado los judíos y para reafirmar el recorrido fraternal de los católicos junto al Pueblo de la Alianza.
(RM – RV)
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