Santa Bona, virgen
fecha: 29 de mayo
n.: c. 1156 - †: 1207 - país: Italia
otras formas del nombre: Bona da Pisa
canonización: Conf. Culto: Juan XXIII 2 mar 1962
hagiografía: Abel Della Costa
n.: c. 1156 - †: 1207 - país: Italia
otras formas del nombre: Bona da Pisa
canonización: Conf. Culto: Juan XXIII 2 mar 1962
hagiografía: Abel Della Costa
En Pisa, de la Toscana, santa Bona,
virgen, que peregrinó piadosa y repetidamente a Tierra Santa, Roma y
Compostela.
patronazgo: patrona de la ciudad de Pisa, de
los peregrinos y azafatas.
A diferencia de lo que ocurre con otros
santos de la época, las fechas y pormenores de la vida de la santa se conocen
con bastante fidelidad por dos circunstancias:
-Cuando se hizo el traslado de sus restos,
por reformas en el templo en el que estaba enterrada, el 14 de abril de 1364,
se encontró una placa de plomo con la fecha de su muerte y el elogio de su
vida, que aunque se perdió luego, fue copiado, y decía: «Año MCCVIII de la
Encarnación del Señor, en las IV Kalendas de junio [es decir: 29 de mayo],
descansó Bona, venerable en obras y en nombre, devota de esta iglesia y ministra.»
-Además, un monje de nombre Pablo, muerto
en 1230 (así que apenas habían pasado unos pocos años de la muerte de la santa)
escribió una primera «Vita», muy confiable en su relato.
Bona nació en Pisa hacia el año 1156/7,
hija única de Berta, originaria de Córcega, y Bernardo, marino. Cuando Bona
tenía tres años el padre embarca y ya no vuelve, por lo que la subsistencia de
la pequeña familia de madre e hija se complica. Un sacerdote agustino, el padre
Juan, ayuda a Bona desde muy pequeña (desde los siete años, indica la Vita) a
encaminarse hacia el Señor, y pronto Bona concibe el deseo de consagrarse.
Lo hará en la orden de las Canonesas
Regulares de San Agustín en el mismo templo de San Martín en Pisa, aunque como
los franciscanos adquirieron la iglesia en la que estaba enterrada, y
construyeron una nueva tumba y altar para Bona (en la fecha antedicha del
1364), durante un tiempo se pensó que la santa había pertenecido a esta orden.
Su vida fue de penitencia y de continuo
diálogo con el Señor. De las muchas visiones que tuvo recibió el impulso para
llevar vida de peregrina: viajó a Tierra Santa, a Roma, y también siete veces a
Santiago de Compostela. En estos peligrosos viajes no sólo iba como peregrina a
título personal, sino también como ayuda, compañía y guía de los demás
peregrinos, a quienes servía.
En sus idas y venidas llegó a ser hecha
prisionera de los sarracenos, de quienes fue rescatada por mercaderes pisanos,
que la devolvieron a su iglesia de Pisa en 1175.
Murió en 1207 (parece que el 1208 en el
documento citado arriba es sólo un error de copista), y a la fama de santidad
que tenía ya en vida, se suman los muchos milagros que se verifican en su
tumba, y de los que los manuscritos conservados en la catedral de Pisa dan
cuenta. Reposa en la actualidad en la misma iglesia de San Martín. El 2 de
marzo de 1962 Juan XXIII la declaró oficialmente patrona de las azafatas de
Italia, por lo que puede considerarse confirmado su culto en ese mismo acto.
Ver Acta Sanctorum, mayo VII, págs. 144ss.
El decreto de nombramiento como patrona en AASS 54 (1962) pág 707.
Abel Della Costa
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ingreso o última modificación relevante: 29-5-2014
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?ids=1816
Beatos Guillermo Arnaud y diez compañeros, mártires
fecha: 29 de mayo
†: 1242 - país: Francia
otras formas del nombre: Mártires de Toulouse
canonización: Conf. Culto: Pío IX 1 sep 1886
hagiografía: Santi e Beati
†: 1242 - país: Francia
otras formas del nombre: Mártires de Toulouse
canonización: Conf. Culto: Pío IX 1 sep 1886
hagiografía: Santi e Beati
En Avignonet, cerca de Toulouse, en
Francia, beatos Guillermo Arnaud y sus diez compañeros, los cuales, unidos en
la tarea de contrarrestar el daño causado por los cátaros, mediante engaño
fueron apresados por su fe en Cristo y su obediencia a la Iglesia Romana,
siendo muertos a espada en la noche de la Ascensión del Señor, mientras
entonaban a una voz el Te Deum. Sus nombres son los siguientes: beatos Bernardo
de Roquefort, García d’Aure, Esteban de Saint-Thierry; Raimundo de Cortisan, de
sobrenombre Escribán, canónigo; Bernardo; Pedro d’Arnaud, Fortanerio y Ademaro,
clérigos; y el Prior de Avignonet, cuyo nombre se ignora.
En los albores del XIII siglo en la
Francia meridional, en particular en el condado de Toulouse, la vida de la
Iglesia estaba turbada por la expansión de la herejía albigense. El papa
Gregorio IX decidió intervenir en esta situación que amenazaba degenerar: el 22
de abril de 1234 nombró al dominico Guillermo Arnaud, natural de Montpellier,
primer inquisidor en la diócesis de Toulouse, Albi, Carcassone y Agen. El
religioso no tardó en poner manos a la obra, aunque posiblemente con excesivo
rigor, al punto de hacer exhumar los cadáveres de los herejes para
incinerarlos.
Comenzó entonces a encontrarse con
dificultades, y el Conde de Toulouse, Raimundo VII (simpatizante de la herejía
albigense), pidió al Papa que pusiera freno al indomable inquisidor, mandó a sus
súbditos que evitasen cualquier contacto con el religioso, y puso guardias en
los conventos dominicos. El 25 de noviembre de 1235 todos los hermanos
dominicos fueron echados de la ciudad, y se alejaron procesionalmente, cantando
himnos sacros.
Un año después pudieron retornar a su
claustro, pero el odio en los enfrentamientos crecía por parte de los herejes,
y provocaba una y otra vez tumultos. En 1942, convencido de que podria ponerle
fin a la situación, el señor de Avignonet, Raimundo d'Alfar, invitó a los
hermanos a su castillo cercano a Toulouse, con el pretexto de rehacer con ellos
relaciones de amistad y presentarles propuestas de conciliación. En realidad
era sólo una trampa: los hizo reunir en una gran sala del castillo, y en medio
de la noche ordenó que fuesen asesinados. Los religiosos no se intimidaron y
fueron al encuentro de Cristo, afriontando por su amor el martirio, y cantando
al mismo tiempo el Te Deum. Era el 29 de mayo, en ese año vigilia de la
Ascensión. Los asesinos se cebaron especialmente con Guillermo, a quien
arrancaron la lengua.
Traducido para ETF, con escasos cambios
pero resumido, de un artículo de Fabio Arduino.
fuente: Santi e Beati
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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