
Religiosos Escalabrinianos © Vatican Media
Scalabrinianos: La Evangelización se hace caminando con los migrantes
Capítulo general de la Congregación de los Misioneros de San Carlos
(ZENIT – 29 octubre 2018).- La evangelización se hace caminando con los migrantes”. El Papa Francisco declaró una vez más a los religiosos scalabrinianos: “Es necesario ante todo, continuó, escuchar a las personas, escuchar la historia de las comunidades, sobre todo las esperanzas decepcionadas, las expectativas de los corazones, las pruebas de la fe… Escuchar, ante todo, y hacerlo en una actitud de compasión, de sincera cercanía”.

“Es fascinante hacer conocer a Jesús a través de las Escrituras a personas de diferentes culturas”, se entusiasmó el Papa, “para contarles su misterio de amor: la encarnación, la pasión, la muerte y la resurrección. ¿Compartid con los migrantes el asombro ante una salvación histórica, localizada y sin embargo, universal, que es para todos!”.
Esta es nuestra traducción del discurso del Papa Francisco, pronunciado en italiano.
HG
Discurso del Santo Padre
Queridos hermanos,
Me alegra encontrarme con vosotros con motivo del Capítulo General y dirigir a cada uno mi saludo cordial, empezando por el nuevo Superior General, a quien agradezco sus palabras y deseo todo el bien en su ministerio.

Frente al fenómeno migratorio de hoy, muy vasto y complejo, vuestra Congregación obtiene los recursos espirituales necesarios del testimonio profético del Fundador, tan actual como siempre, y de la experiencia de tantos hermanos que han trabajado con gran generosidad desde vuestros orígenes, hace 131 años, hasta hoy. Hoy como ayer, vuestra misión tiene lugar en contextos difíciles, a veces caracterizados por actitudes de sospecha y prejuicio, o incluso de rechazo hacia la persona extranjera. Esto os empuja todavía más a un entusiasmo apostólico valiente y perseverante, para llevar el amor de Cristo a aquellos que, lejos de su patria y de su familia, están en peligro de sentirse también lejos de Dios.
La imagen bíblica de los discípulos de Emaús muestra que Jesús explica las Escrituras mientras camina con ellos. La evangelización se hace caminando con las personas. En primer lugar debemos escuchar a las personas, escuchar la historia de las comunidades; sobre todo las esperanzas defraudadas, las expectativas de los corazones, las pruebas de la fe… Antes que nada escuchar, y hacerlo con una actitud de con-pasión, de sincera cercanía. ¡Cuántas historias hay en los corazones de los migrantes! Historias hermosas y feas. El peligro es que sean removidas: las feas, es obvio; pero también las hermosas, porque el recuerdo les hace sufrir. Y, por lo tanto, el riesgo es que el migrante se convierta en una persona desarraigada, sin rostro, sin identidad. Pero esta es una pérdida muy grave, que se puede evitar escuchando, caminando junto a las personas y las comunidades de migrantes. Poder hacerlo es una gracia, y también es un recurso para la Iglesia y para el mundo.

Cristo resucitado os envía también hoy, en la Iglesia, a caminar junto con tantos hermanos y hermanas que recorren, como migrantes, el camino desde Jerusalén a Emaús. Misión antigua y siempre nueva; cansina, y a veces dolorosa, pero también capaz de hacer llorar de alegría. Os aliento a llevarla adelante con vuestro propio estilo, madurado en el fructífero encuentro entre el carisma del beato Scalabrini y las circunstancias históricas. De este estilo forma parte la atención que prestáis a la dignidad de la persona humana, especialmente donde está más herida y amenazada. De ella son parte el compromiso educativo con las nuevas generaciones, la catequesis y el cuidado pastoral familiar.

Y necesitamos una saludable vida comunitaria, simple pero no trivial, no mediocre. Me gustó cuando el Superior General dijo que el Espíritu os llama a vivir entre vosotros la comunión en la diversidad. Sí, como testimonio, pero ante todo como alegría para vosotros, como una riqueza humana y cristiana, eclesial. También os animo a continuar el camino de compartición con los laicos, enfrentando juntos los desafíos de hoy; así como a cuidar de los itinerarios de formación permanente.
Hermanos, os doy las gracias por este encuentro. ¡Rezo por vuestro Capítulo, que dé muy buenos frutos! Lo pedimos por intercesión de María, nuestra Madre, de San Carlos Borromeo y del beato Giovanni Battista Scalabrini. Os bendigo de todo corazón, así como a todos los Misioneros Scalabrini.
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