Diálogo con Jesús
Señor mío, quiero
reconocerme hoy ante Ti, como débil y pecador pero no por eso dejo de pedirte
que me asistas para que te reveles con poder en mi vida y no sentirme jamás
derrotado. Tú me ayudas a superar toda dificultad y en Ti se renuevan todas mis
fuerzas y se restaura mi esperanza oscurecida y marchita por los sinsabores de
la vida. Sé que me llevas de la mano y me haces sentir valioso. Me has dado la
capacidad de decidir sobre mi felicidad, para librar mis batallas y salir
victorioso. Ven Señor a mi vida en este momento y dame la suficiente alegría
que necesito para luchar con ánimo y sin perder el control. Mi esperanza la
pongo en Ti. Te entrego mis fuerzas para que las repongas y mis habilidades
para que las magnifiques y así pueda hacer frente a cada situación con la plena
certeza de que todo lo puedo en Ti. Amén
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