Memoria de santo Domingo, presbítero, que, siendo canónigo de Osma, se hizo humilde ministro de la predicación en los países agitados por la herejía albigense y vivió en voluntaria pobreza, hablando siempre con Dios o acerca de Dios. Deseoso de una nueva forma de propagar la fe, fundó la Orden de Predicadores, para renovar en la Iglesia la manera apostólica de vida, y mandó a sus hermanos que se entregaran al servicio del prójimo con la oración, el estudio y el ministerio de la Palabra. Su muerte tuvo lugar en Bolonia, el día seis de agosto. († 1221)
En Albano, en la vía Apia, a quince miliarios de Roma, santos Segundo, Carpóforo, Victorino y Severiano, mártires. († s. III/IV)
En Roma, en la vía Ostiense, en el séptimo miliario de la ciudad, santos Ciríaco, Largo, Crescenciano, Memia, Juliana y Esmaragdo, mártires. († s. IV)
En Tarso, de Cilicia, martirio de san Marino, anciano de Anazarbe, que en tiempo del emperador Diocleciano y el prefecto Lysia fue decapitado, y su cuerpo, por orden de dicho prefecto, arrojado a las fieras para que lo devoraran. († c. 303-311)
En Milán, en la Liguria, san Eusebio, obispo, que trabajó intensamente por la fe verdadera y reconstruyó la iglesia catedral destruida por los hunos. († c. 462)
En Vienne, en la Galia Lugdunense, san Severo, presbítero. († c. s. V)
En Burdeos, de Aquitania, san Mummolo, abad del monasterio de Fleury. († 678)
En Cízico, en el Helesponto, san Emiliano, obispo, que, por defender el culto a las sagradas imágenes, soportó grandes sufrimientos por parte del emperador León y, finalmente, terminó su vida en el destierro. († s. IX)
En el monasterio de Göttweig, en Austria, san Altmano, obispo de Passau, que fundó numerosas casas de clérigos bajo la Regla de san Agustín, renovó la disciplina del clero y murió en el exilio, expulsado de su sede por haber defendido la libertad de la Iglesia contra el emperador Enrique IV. († 1091)
En Galese, cerca de Viterbo, en la Toscana, san Famiano, eremita, que, nacido en Colonia, después de haber distribuido sus bienes entre los pobres y haber realizado piadosas peregrinaciones, murió en este lugar, revestido con el hábito Cisterciense. († c. 1150)
En Londres, en Inglaterra, beato Juan Felton, mártir, que expuso públicamente la bula de excomunión emitida por el papa san Pío V contra la reina Isabel I y, por este motivo, fue despedazado cruelmente junto a la iglesia de San Pablo, mientras invocaba el nombre del Salvador, consumando así gloriosamente su martirio. († 1570)
En York, también en Inglaterra, beato Juan Fingley, presbítero y mártir, el cual, también durante el reinado de Isabel I, fue condenado a muerte por ser sacerdote y pereció ahorcado. Con él se conmemora al beato Roberto Bickendike, que en aquel mismo período, sin que se conozca el día y el año, sufrió los mismos tormentos por haberse reconciliado con la Iglesia católica. († 1586)
En la aldea de Xixiaodun, cerca de Xinhexian, en la provincia de Hebei, en China, san Pablo Ke Tingzhu, mártir, que, siendo el responsable de los cristianos de la aldea, durante la persecución desencadenada por los seguidores del movimiento Yihetuan, ofreció a los demás, al ser despedazado, un luminoso ejemplo de firmeza cristiana. († 1900)
En la ciudad de Zamora, en España, santa Bonifacia Rodríguez Castro, virgen, que fundó la Congregación de las Siervas de San José, para promover cristiana y socialmente a la mujer mediante la oración y el trabajo, según el ejemplo de la Sagrada Familia. († 1905)
En Sydney, en Australia, santa María de la Cruz (María Elena) MacKillop, virgen, que fundó la Congregación de Hermanas de San José y del Sagrado Corazón de Jesús, y la dirigió entre múltiples dificultades y fatigas. († 1909)
En Poggio a Caiano, en la región italiana de Toscana, beata Margarita María (María Ana Rosa) Caiani, virgen, que fundó el Instituto de Hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús, para la formación de la juventud y la asistencia a los enfermos. († 1921)
En el lugar llamado El Saler, cerca de Valencia, en España, beato Antonio Silvestre Moya, presbítero y mártir, que, en el furor de la persecución contra la fe, llegó victorioso al reino celestial por su firme testimonio de Cristo. († 1936)
En Valencia, también en España, beatas María del Niño Jesús Baldillou y Bullit y sus compañeras, vírgenes del Instituto de Hijas de María Religiosas de las Escuelas Pías y mártires, que en la misma persecución salieron gloriosamente al encuentro de Cristo, su Esposo, martirizadas por la violencia de los enemigos de la Iglesia. Son sus nombres: Presentación de la Sagrada Familia (Pascalina) Gallén y Martí, María Luisa de Jesús Girón y Romera, Carmela de San Felipe Neri (Nazaria) Gómez y Lezaun, y Clementia de San Juan Bautista (Antonia) Riba y Mestres. († 1936)
Beatos Paulino Reoyo García, Santiago Aparicio López y Ricardo Manuel López López, religiosos mártires
En Manzanares, Ciudad Real, España, beatos Paulino Reoyo García, Santiago Aparicio López y Ricardo Manuel López López, religiosos de la Orden de Predicadores y mártires, víctimas de la cruel persecusión religiosa que acompañó a la Guerra Civil Española. († 1936)
En el lugar de Gusen, en Alemania, beato Vladimiro Laskowski, presbítero y mártir, que, en tiempo de guerra, encarcelado en un campo de concentración y cruelmente torturado, alcanzó la gloria del martirio. († 1940)
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