sábado, 8 de julio de 2023

Servido-Servidor - Domingo 14º del TO Ciclo A (09.07.2023): Mateo 11,25-30 (EL SEÑOR DEL VIERNES, DEL SÁBADO, DEL DOMINGO…) y CINCO MINUTOS de AIRES BÍBLICOS (Semana 33ª (09.07.2023): El color de la mañana. La palabra)

 

Servido-Servidor

 

Hace unos meses y hablando en familia con algunas de las personas con quienes convivo, alguien hizo referencia a la importancia de la ‘r’ en este binomio de la lengua de Cervantes: Servidor-Servido. Y señalaba que el orden de los factores no alteraba su suma, resta, multiplicación o división. Era como las dos caras de una misma moneda. Una moneda que somos tú y yo. Juntos o de uno en uno. Somos como el binomio cervantino de Quijote y Sancho: Servido y Servidor. Y si a uno se le alarga la mano en esto de las interpretaciones, este mismo binomio puede constatarse entre el contratador y el contratado, el jefe y el obrero, el que manda y el que obedece… Así está constituida la realidad más permanente de los seres humanos.

Y, me pregunto, ¿no habrá alternativa? En mis neuronas y en las de muchos de quienes leen ahora, esa alternativa se llama: Todos somos ‘servido-s’; o, todos somos ¡servidor-es’. En nuestros adentros nos lo creemos, pero en la práctica del vivir cotidiano esto no es así, más bien es imposible. Nos lo sabemos muy bien. Nacido para servir, ¿yo? Nacido para ser servidor, ¿yo?

Servido-Servidor.

Me quedo con el dato de la profunda diferencia de la desigualdad de unos en relación con los otros. Será muy sabio saberse lo uno o lo otro, servidor o servido. Pero la vida real es tan variopinta que nos creeremos una cosa y, seguramente, seremos la otra. Y esto nos lo sabemos tan bien, tan bien, porque nos lo han dicho y lo hemos oído hasta dejarlo de sobra.

¿Cómo olvidar palabras tan agradecidas como las emitidas por los proclamados o investidos de autoridad?: Me habéis escogido para ser vuestro servidor, confiáis en mí para estar a vuestro servicio en todo cuanto necesitéis. Siempre me tendréis a vuestro lado... Los ‘servido-s’, ¿llegan a creerse los mensajes de sus proclamas de servicialidad? Pregunte esto quien desee acercarse a la realidad de los políticos, empresarios, patronos o administradores apostólicos (desde el proclamado papa hasta el nombrado párroco).

Servido-Servidor

Algo más que un mero binomio de palabras o un ejercicio curioso de la lengua en la que nos entendemos tú y yo.

Y en este domingo, este asunto del ‘servidor-servido’ se encuentra en el meollo, centro, culmen, raíz y fruto del mensaje de Jesús de Nazaret que leeremos en serena meditación según nos lo cuenta Mateo en el undécimo capítulo de su Evangelio.

No me alargo más en los motivos de esta presentación. En las opciones de cada quien está ser lo uno o lo otro. Sana y asumida elección. Solo, pues, retener el binomio: SERVIDO-SERVIDOR.

A continuación se encuentran los comentarios del Evangelio del domingo 9 de julio

Carmelo Bueno Heras

 

Domingo 14º del TO Ciclo A (09.07.2023): Mateo 11,25-30

Así lo comento y comparto CONTIGO:

EL SEÑOR DEL VIERNES, DEL SÁBADO, DEL DOMINGO…

Transitamos ya por el mes de julio. Pleno verano en este hemisferio del norte en donde se suele instalar la presencia del calor y color del sol. Hasta donde sepamos y podamos tendremos que imaginarnos domingo a domingo a Jesús de Nazaret por sus tierras de Galilea, tan calurosas o más que las de estos lares desde donde escribo. Las decisiones programadas de la autoridad litúrgica nos proponen la lectura de Mateo 11,25-30.  Este puñado de versículos serán los únicos que se nos leerán del capítulo undécimo de este Evangelio. Sólo pretendo ser consciente de tantos olvidos interesados por quienes así lo deciden.

El judío laico de Galilea llamado Jesús de Nazaret se encuentra a estas alturas del Evangelio de Mateo como peculiar profeta de una buena noticia nueva. Y, parece ser, que sólo los más pequeños, los sin prejuicios, los limpios de mente, los siempre despiertos, los escuchadores… se atreven a pararse y contemplar lo que está llegando, lo que están oyendo y lo que están viendo: “Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados y os daré descanso” (Mateo 11,28).

Resuenan aún en los oídos de mis adentros el comentario que este Evangelista Mateo hace a propósito de su protagonista Jesús de Nazaret cuando hace su primer balance de la tarea evangelizadora en estas tierras de la Galilea: “Al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas sin pastor” (Mateo 9,35-38).

Es ya hora de aceptar que tanta fatiga, sobrecarga, vejación o abatimiento, como se denuncia en este mensaje del Jesús de Nazaret de Mateo, se debe a la Ley del Moisés del monte Sinaí y del Salomón del monte de su Templo con el Sacerdocio, su Liturgia sacrificial y sus tradiciones de fiestas, comidas y relaciones entre familiares, amigos, y enemigos. En síntesis, aquella RELIGIÓN judía, que tan bien conoce el galileo Jesús, es la causa de tanta parálisis que despersonaliza y deshumaniza.

Los sabios e inteligentes, que el texto evangélico desenmascara y denuncia, son las autoridades del sistema de la Ley y del Templo. Para esta autoridad de la Religión judía todo buen judío debe ser puro de sexo (varón), puro de raza (haber nacido de una mujer judía), puro cuerpo (sin enfermedad alguna) y puro de ley (fiel cumplidor de los mandatos y prohibiciones prescritos). En cambio, quienes no pueden acreditar su pureza de sexo, raza, cuerpo o ley serán siempre los ‘pequeños’ de los que nos habla el texto que tenemos entre manos (Mateo 11,25-26).

De esta realidad tan discriminadora de la Religión judía nos habla y escribe este Evangelista Mateo en el siguiente capítulo, el duodécimo completo, que no se nos proclamará jamás a la asamblea reunida para alimentarse de la palabra de la vida. Quienes se atreven a leer despacio, y con sentido crítico el relato de estas denuncias de Mateo, escucharán como si fuera la ‘voz de un trueno liberador’ aquello de “este hombre es señor del sábado”. Este hombre, el judío laico de Nazaret, es también ‘señor del viernes y del domingo’ (Mateo 12,8).

¿Cuál es ‘el día’ de este ‘señor’? ¿Cuál es ‘el día del señor’ Jesús de Nazaret?, me pregunto en mi diálogo con el Evangelista que así me escribe como la buena noticia de su protagonista. E inmediatamente no puedo dejar de recordar aquello de que todos los días son días del señor Jesús de Nazaret, porque “todo cuanto deseas que los demás hagan contigo, házselo a ellos. Esta es toda la Ley y los Profetas” (Mateo 7,12). Muchas gracias, Mateo. Y muchas más, Jesús de Nazaret. Carmelo Bueno Heras

 

CINCO MINUTOS de AIRES BÍBLICOS

. Si se puede decir en un artículo de revista, ¿para qué escribir un libro de 200 páginas?

. Si se puede decir en una página, ¿para qué escribir un artículo de revista?

. Si se puede decir en un puñado de versos, ¿para qué escribir una página?

. Este ‘Cinco minutos de aires bíblicos’ es una semilla que confío a la sabiduría de tu saber leer, que es despertar; de tu saber interpretar, que es cuidar; de tu saber compartir, que es saborear. Siempre pretenderé que esta ‘semilla de los cinco minutos’ tenga la ‘denominación de origen’ de su autor.

Semana 33ª (09.07.2023): El color de la mañana. La palabra

La herramienta de la literatura y el alma de la política es la palabra, puesto que es el inevitable soporte y el más idóneo vehículo de la idea, pero ni la literatura ni la política son jamás un juego de palabras ni podrían serlo nunca porque, en justo castigo, morirían por asfixia; el pueblo, que suele ser sagaz en la adivinación del lenguaje, llama palabrería a esos volatines de la palabra que usan los escritores y los políticos para disfrazar la oquedad de su discurso cuando no tienen nada que decir.

Hasta bien entrado el siglo XX -y en España quizá hasta la guerra civil- duraron, incluso con lozanía y sin duda alguna con eficacia, dos firmes supuestos previos al hecho literario en cuyo meollo habría que bucear, si se quería arribar a buen puerto, antes de tomar la pluma en la mano; uno era el prolijo debate sobre el fondo y la forma, que es lo más parecido que se conoce a la parábola de la pescadilla frita que se muerde la cola, y el otro era el axioma de que la narración y el teatro -y quizá, para algunos, también la poesía épica- debían admitir con naturalizad el corsé de las tres ballenas del planteamiento, del nudo y del desenlace.

Andando el tiempo se desmoronó este doble tingladillo por dos razones; porque se adivinó que el fondo y la forma eran las dos caras de una y la misma cosa y que se mostraban y expresaban la una en función de la otra, y que la literatura, si quería ser un reflejo de la vida y comportarse como la vida misma, debía volver la espalda al aludido corsé constreñidor, puesto que esa vida que aspiraba a disecar y reflejar ignoraba cualquier otro desenlace que no fuera la muerte, esa postrera y definitiva abdicación.

Ninguna vida se redondea del todo, aunque la órbita de las muy fructíferas pudiera probar a querer demostrárnoslo, y es tan frecuente como cierto el trance del hombre que se muere de viejo con la cabeza rebosante de proyectos para los que jamás se presentará la ocasión propicia.

El escritor y el político se guarecen en la palabra, sí, y se sirven de ella para expresarse y deleitar y gobernar, pero jamás deben jugar ni abusar con ella ni de ella, puesto que puede ser vengativa y tiene mucha memoria.

Camilo José CELA

ABC, viernes 17 de diciembre de 1993.

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