jueves, 26 de noviembre de 2015

Santos Tomás Dinh Viet Du y Domingo Nguyen Van Xuyên - Beata Cayetana Sterni 26112015

San Tomás Dinh Viet Du

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Santos Tomás Dinh Viet Du y Domingo Nguyen Van Xuyên, presbíteros y mártires
En la ciudad de Nam Dinh, en Tonquín, santos Tomás Dinh Viet Du y Domingo Nguyen Van Xuyên, presbíteros de la Orden de Predicadores y mártires, que por decreto del emperador Minh Mang fueron decapitados al mismo tiempo.
El 26 de noviembre de 1839 en Nam-Dinh, en el llamado Campo de las Siete Yugadas, fueron decapitados dos sacerdotes católicos, que eran además religiosos dominicos, y que se habían negado firmemente a apostatar de su fe cristiana. Fueron canonizados el 19 de junio de 1988 por el papa Juan Pablo II.

Tomás Dlnh Viet Du había nacido en Phu-Nhai hacia 1783. Siguió la vocación sacerdotal y se ordenó sacerdote, ingresando a continuación en la Orden de Predicadores, en la que profesó en 1814. Llevó adelante su trabajo apostólico hasta que en 1839 la persecución se hizo más fuerte y en mayo de ese año un espía denunció su presencia. Una madrugada rodearon el pueblo de Sien-Die los soldados, despertaron a la población, y procedieron al registro de la casa. Él se vistió de labrador y se puso a trabajar en el huerto, pero el espía lo reconoció y fue arrestado. Una vez admitido ante el gobernador su sacerdocio, fue brutalmente apaleado. Luego fue llevado a la prisión de Nam-Dinh y aquí se le torturó de todos los modos posibles para lograr su apostasía. Pero perseveró en la fe y animaba a hacer lo mismo a todos los que le visitaban. El 7 de noviembre de aquel año se lanzó contra él la sentencia de muerte, que fue posteriormente confirmada y ejecutada.

Domingo Nguyen Van (Doan) Xuyen nació en Hung-Cap, cerca de Nam-Dinh, hacia 1786. El santo obispo Clemente Ignacio Delgado lo recibió cuando era niño en la Casa de Dios y lo preparó al sacerdocio, que recibió en 1819 cuando tenía 33 años de edad. Poco después, el 20 de abril de 1820, hizo la profesión en la Orden de Predicadores. Celoso e infatigable, recorrió su distrito ejerciendo su ministerio, atendiendo con gran amor a los pobres. Se le encargó la parroquia de Ke-men, donde convirtió a muchos a la fe cristiana. Cuatro años después pasó a Dong-Xuyen, donde trabajó con fruto durante 13 años. Posteriormente fue enviado al seminario de Ninh-Cuong como ayudante de san José Fernández, y año y medio más tarde el citado san Clemente Ignacio Delgado se lo llevó como secretario y lo sustituyó en la parroquia de Kien-lao. Una vez arrestado el vicario apostólico en mayo de 1838, siguió su arresto en Ha-linh. El 18 de agosto de 1839 compareció ante el mandarín de Xuan Truong que lo envió a Nam-Dinh, al gobernador de la provincia. Fue severamente atormentado. Llevado ante una cruz para que la pisoteara, se arrodilló ante ella. Llegó a echar sangre por la boca a causa de las palizas y perdió el conocimiento en medio de las torturas, pero se mostró firme y mantuvo la fe. El 25 de octubre de 1839 fue condenado a muerte y, una vez confirmada la sentencia, fue ejecutado.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003


Beata Cayetana Sterni

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Beata Cayetana Sterni, viuda y fundadora

En Bassano, cerca de Vicenza, en Italia, beata Cayetana Sterni, religiosa, que, habiendo enviudado siendo aún joven, se entregó al servicio de los pobres, y fundó la Congregación de Hermanas de la Divina Voluntad para atender a los menesterosos y enfermos.


Cayetana Sterni, Beata
Cayetana Sterni, Beata

Fundadora, 26 de noviembre


Por: . | Fuente: Vatican.va 



Fundadora de la Congregación de las Hermanas
de la Divina Voluntad

Martirologio Romano: En Passano, cerca de Vicenza, en Italia, beata Cayetana Sterni, religiosa, que, habiendo enviudado siendo aún joven, se entregó al servicio de los pobres, fundando la Congregación de las Hermanas de la Divina Voluntad, para atender a los menesterosos y enfermos (1889).
Cayetana Sterni vivió toda su vida en Bassano del Grappa, antigua y alegre cindad de la provincia de Vincenza (Italia). Alli llegó con su familia, a los 8 años, desde la cercana Cassola, donde nació, el 26 de junio de 1827. Su padre, Giovanni Battista Sterni, administraba las propiedades de campo de la familia Mora, nobles venecianos, en “Ca’Mora de Cassola”, donde vivió holgadamente con su esposa Giovanna Chiuppani y sus 6 hijos. 

En 1835 se trasladó con su familia a Bassano. Al poco tiempo, algunas vicisitudes cambiaron las condiciones de vida de la familia Sterni. A los 18 años murió su hermana mayor, Margarita y después de una penosa enfermedad, murió su padre; mientras su hermano Francisco, en busca de una carrera artistica se alejó de la familia, que por entonces, estaba pasando una critica situación económica. Estos hechos marcaron la vida de Cayetana, que crecía rapídamente, condividiendo con su madre los problemas de cada día.

Es inteligente, se muestra sensible y madura, llena de entusiasmo, “deseosa de amar y de ser amada”.Su educación en la fé es sólida y apoyada por el testimonio de vida y enseñanzas de su madre, de la oración y frecuencia de los sacramentos. En su ambiente familiar adquirió estima y aprecio por su viva personalidad, llena de buen sentido y por su delicada feminilidad. Estas sus cualidades humanas atrajeron la atención de un joven emprendedor, viudo y con 3 hijos que quiso hacerla su esposa.Valorando conscientemente sus sentimientos, la responsabilidad del matrimonio y haciendo caso omiso de su tutor, Cayetana, a los 16 años, aceptó ser la esposa de Liberale Conte. La joven esposa llena el nuevo hogar, de vitalidad, serenidad y alegría. Cuando Cayetana sabe que espera un hijo, la felicidad de los esposos es completa.

Un día estando en oración tuvo el presentimiento del inminente fallecimento de su esposo. Su espíritu se sintió turbado y angustiado porque veía desaparecer la persona màs querida de su vida. Al mismo tiempo, siente en lo más íntimo de su alma, la presencia de una fuerza espiritual que la fortalece para no caer en la desesperación y más bien, abandonarse completamente en Dios. 

El presentimiento de la muerte de su esposo , se hizo realidad, y Liberale Conte muere en la plenitud de su juventud, vigor y salud. La joven esposa vive momentos de terrible angustia no sólo por la muerte de su esposo, sino tambien por el dolor de sus hijos, de nuevo huérfanos y por la muerte prematura de su propio hijo que no conoció a su padre. Estos difíciles momentos de su vida, Cayetana los vive con confianza y completo abandono en el Señor, su única esperanza y fortaleza. El dolor y sufrimiento se renovaron cuando el hijo tanto deseado y esperado murió a los pocos días de su nacimiento.

Inicia para Cayetana la prueba dolorosa de la viudez. La familia de su difunto esposo, no justificando el afecto que la une a los 3 hijos huérfanos, le hacen la vida imposible con sospechas, incomprensiones y calumnias, hasta llegar a separarla de sus hijos y alejarla de su querido hogar. A los 19 años, Cayetana regresa a la casa de su madre. No obstante esta prueba grande y dura, Cayetana olvídándose de sí, ayuda a sus hijos a comprender y a aceptar esta separación.

Amable y segura defiende los derechos de sus hijos, perdona, comprende y logra la plena reconciliación con todos sus familiares. El sufrimiento no la desepera. Su fina y delicada sensibilitad se hace presencia misericordiosa y solidaria.

Jamás había pensado hacerse religiosa. Mirando al futuro y en el silencio de la oración pide a Dios le haga conocer cuàl es el esposo que Dios quiere para ella. Precisamente en la oración comprede con claridad meridiana que es Dios mismo quien quiere “ser el único esposo de su alma”. Grande fué la sorpresa de Cayetana. En diálogo con su confesor, este le asegura, que se trata de una auténtica llamada de Dios. Por tanto, pide ingresar en el convento de las Canosianas de Bassano, siendo aceptada como postulante y donde solamente vive felizmente 5 meses. Estando en oración tiene el presentimiento de la vecina muerte de su madre, y se prepara espiritualmente a esta nueva prueba de su vida. Pocos días después, muere su madre y Cayetana tiene que dejar su querida comunidad y convento para cuidar y velar por sus hermanos menores.

Pasan años afrontando dificultades, enfermedades, sinsabores y estrechezes económicas.No obstante todo esto, logra darse una forma de vida que la sostiene y fortalece espiritualmente. 

Consultando nuevamente a su confesor y en asidua oración para conocer cual el la voluntad de Dios, Cayetana comienza a entrever que Dios la quiere totalmente dedicada al servicio de los pobres y necesitados. Cayetana recuerda y no puede olvidar, que durante su breve permanencia con las Canosianas al mismo tiempo que presentía la ya cercana muerte de su madre, comenzaba a intuír que Dios mismo, la estaba preparando para el hospicio y allí “entregar toda su vida al servicio de los pobres y así cumplir su voluntad”. Por mucho tiempo conserva oculta en su corazón esta llamada de Dios que no se atreve a manifestarla a su confesor, porque le parece una llamada extraña y exigente. Finalmente cuando abre su espiritu a su confesor, este no le da mucha credibilitad. No obstante la actitud del confesor, Cayetana cada vez que ve y encuentra un pobre en el hospicio, siente de nuevo la invitación del Señor: “te quiero entre mis pobrecitos”. A esta invitación, Cayetana se dice a sí misma: “la idea del hospicio siempre me persigue”. En 1853 “sólo por hacer la voluntad de Dios” se da al servicio de los pobres en el hospicio de su ciudad, que por entonces contaba 115 huéspedes, “en su mayoría víctimas de una vida desordenada y del vicio”. Allí permanece 36 años hasta el día de su muerte, entregada cpmpletamente al sevicio de los pobres con infatigable caridad. En las noches de vela junto al lecho de los muribundos, en los servicios más humildes a los ancianos y enfermos, Cayetana era toda, abnegación, dulzura, suavidad y ternura, con la firme convicción de servir a Dios mismo en cada pobre y en cada necesitado.

Con gran confianza en Dios y con un gran deseo de ser toda de El, buscó hacer y cumplir en todo, sólo su voluntad. A los 33 años y con la aprobación de su confesor, Don Simonetti, hizo el voto de donación total de sí misma a Dios, “dispuesta a aceptar lo que Dios quiera disponer para ella”. Con ilimitada confianza se abandona en las manos de Dios, “debil instrumento del cual Dios se sirve para sus designios”. Atribuye sólo alla Divina Providencia el nacimento de su congregación que surge en la simplicidad y en el ocultamento, con la profesión de sus dos primeras compañeras en 1865.

El nombre de “Hijas de la Divina Voluntad”, interiormente inspirado a Cayetana, para ella y para sus seguidoras, indica la característica propria que siempre las debe distinguir: “uniformidad en todo a la Divina Voluntad, mediante un total abandono en Dios y un santo zelo por el bien del prójimo, dispuestas si fuera necesario a sacrificarse totalmente”. Como ella, sus primeras compañeras animadas por el mismo espíritu, se consagraron a la Voluntad de Dios y se dedicaron al servicio de los pobres del Hospicio, al prójimo necesitado, especialmente con la asistencia de los enfermos a domicilio y con otras obras de caridad, según las necesitades particulares del momento.El obispo de Vicenza aprobó las primeras reglas de la congregación en 1875.

Cayetana muere el 26 noviembre de 1889, amorosamente asistida por sus hijas y venerada por sus conciudadanos. Sus restos mortales son venerados en la Casa Madre.Desde sus inicios la Congregación de las Hijas de la Divina Voluntad se ha multiplicado y difundido, siendo presente attualmente en Europa, America y Africa. El camino de santidad de Cayetana Sterni, es esencialmente, un itinerario espiritual que se puede y debe proponer a todo cristiano: cumplir en todo y siempre lo que agrada al Señor, entregándose a El, con ilimitada confianza, para cambiar con la sóla fuerza del amor, el mal en bien, siguiendo el ejemplo de Jesús. 

Fue beatificada el 4 de noviembre de 2001 por S.S. Juan Pablo II.

Reproducido con autorización de Vatican.va

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