Santa Joaquina de Vedruna, viuda y fundadora
fecha: 28 de agosto
n.: 1783 - †: 1854 - país: España
otras formas del nombre: Joaquina de Mas
canonización: B: Pío XII 19 may 1940 - C: Juan XXIII 12 abr 1959
hagiografía: CongregaciónElogio: En Barcelona, en España, santa Joaquina de Vedruna, madre de familia, que educó piadosamente a sus nueve hijos y, una vez viuda, fundó el Instituto de Hermanas Carmelitas de la Caridad. Soportó con ánimo tranquilo toda clase de sufrimientos hasta su muerte, que ocurrió por contagio del cólera. En la Iglesia española se conmemora el 22 de mayo.
n.: 1783 - †: 1854 - país: España
otras formas del nombre: Joaquina de Mas
canonización: B: Pío XII 19 may 1940 - C: Juan XXIII 12 abr 1959
hagiografía: CongregaciónElogio: En Barcelona, en España, santa Joaquina de Vedruna, madre de familia, que educó piadosamente a sus nueve hijos y, una vez viuda, fundó el Instituto de Hermanas Carmelitas de la Caridad. Soportó con ánimo tranquilo toda clase de sufrimientos hasta su muerte, que ocurrió por contagio del cólera. En la Iglesia española se conmemora el 22 de mayo.
refieren a este santo: San Antonio
María Claret, Santa María
Soledad Torres Acosta
Oración: Señor, tú que has hecho surgir en la
Iglesia a santa Joaquina Vedruna para la educación cristiana de la juventud y
el alivio de los enfermos, haz que nosotros sepamos imitar sus ejemplos y
dediquemos nuestra vida a servir con amor a nuestros hermanos. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Natural de Barcelona y educada en un
ambiente familiar muy cristiano, se sintió sienpre atraída por Dios.
Casada con un joven de Vic, Teodoro de
Mas, se amaron profundamente y se entregaron ilusionados a la tarea de educar a
sus nueve hijos. Prematuramente viuda, Joaquina dedicó lo mejor de sí misma a
sus hijos y a los enfermos pobres de la ciudad de Vic, decidida entonces a
acabar sus días como religiosa, en la pobreza y la oración.
Cuando, ya mayores sus hijos, parecía
llegado el momento del retiro a la vida monástica, el Señor le mostró, a través
de providenciales circunstancias, el camino hacia una meta nueva: poner en
marcha una congregación religiosa «para abrazar las necesidades de los pueblos,
ya para cuidar enfermos, ya para la enseñanza de las niñas», como ella misma
decía.
Deseosa únicamente de «emprender lo que el
Señor quiera», «dispuesta para hacer su voluntad», reunió hermanas e inició con
ellas un nuevo modo de vida religiosa al servicio de las clases populares del
país. La infancia y la juventud, los marginados y los enfermos encontraron en
ella acogida y respuesta a sus necesidades. Murió en Barcelona, víctima del
cólera, en el verano de 1854, dejando tras sí numerosas comunidades, que,
herederas de su carisma, son hasta hoy las continuadoras de su obra en la
Iglesia.
«Madre de nueve hijos -dijo de ella Juan
XXIII- se convertirá en madre de innumerables pobres». Él mismo, en 1959,
añadía el nombre de Joaquina de Vedruna a la lista de los testigos ejemplares
del Señor, los santos.
Las Hermanas Carmelitas de la Caridad
Vedruna, fueron fundadas el 26 de febrero de 1826 en la ciudad de Vic,
provincia de Barcelona (España), por Santa Joaquina de Vedruna y de Mas. El
proyecto iniciado ayer por Joaquina y sus primeras compañeras sigue vivo hoy en
nuevas generaciones de mujeres que, «con la luz de Dios en sus pupilas y la
compasión de Jesús en sus entrañas», se encarnan en nuevos lugares del mundo
para irradiar esperanza y amor sin fronteras. Hoy están en América, Europa,
África y Asia.
fuente: Congregación
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso
cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que
el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y
adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio
(El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3085
Santa Celia Guérin de Martin, madre de familia
fecha: 28 de agosto
n.: 1831 - †: 1877 - país: Francia
canonización: B: Benedicto XVI 19 oct 2008 - C: Francisco 18 oct 2015
hagiografía: Vaticano
n.: 1831 - †: 1877 - país: Francia
canonización: B: Benedicto XVI 19 oct 2008 - C: Francisco 18 oct 2015
hagiografía: Vaticano
Elogio: En Burdeos, Francia, santa Celia Guérin, esposa de san Luis Martin y
madre de santa Teresa del Niño Jesús, canonizada conjuntamente con su marido,
cuya memoria se celebra el 29 de julio, como ejemplo de matrimonio cristiano.
refieren a este santo: Santa Teresa del
Niño Jesús
Aunque, conforme a la práctica habitual
del Martirologio, inscribimos a santa Celia y a san Luis en sus respectivas
fechas de fallecimiento, han sido beatificados y canonizados como matrimonio, y
corresponde que tratemos conjuntamente su hagiografía.
Luis Martin nació en Burdeos el 22 de
agosto de 1823. Era el segundo de los cinco hijos del matrimonio
Pierre-François Martin, capitán del ejército francés, y Marie Anne Fanny
Boureau, cristianos de fe viva. La primera formación de Luis estuvo vinculada a
la vida militar y se benefició de las facilidades que tenían los hijos de los
militares. Al jubilarse su padre, la familia se trasladó a Alençon (1831) y
Luis estudió con los Hermanos de las Escuelas Cristianas de la ciudad. Tanto en
la familia como en el colegio recibió una sólida formación religiosa.
Terminados los estudios, no se inclinó hacia la vida militar, sino que quiso
aprender el oficio de relojero, primero en Bretaña, luego en Rennes,
Estrasburgo, en el Gran San Bernardo (Alpes suizos) y por último en París.
A los veintidós años sintió el deseo de
consagrarse a Dios en la vida religiosa. Para ello, se dirigió al monasterio
del Gran San Bernardo, con intención de ingresar en esta Orden, pero no fue
admitido porque no sabía latín. Con gran valor se dedicó a estudiarlo durante
más de un año, con clases particulares; pero, finalmente, renunció a ese
proyecto. No se sabe mucho de este período: sólo que su madre en una carta le
exhortaba a «ser siempre humilde», y que mostró su valentía y sangre fría
salvando de morir ahogado al hijo del amigo de su padre, con el que residía.
En Alençon puso una relojería. Sus padres,
tras la muerte de los otros hijos, vivieron siempre con él, incluso después de
su matrimonio con Celia Guérin. Hábil en su oficio, tenía amigos y conocidos
con los que le gustaba pescar y jugar al billar, y era apreciado por sus
cualidades poco comunes y por su distinción natural, que explica por qué le
presentaron un proyecto de matrimonio con una joven de la alta sociedad, al que
se negó. En 1871 vendió el edificio a un sobrino. El amor al silencio y al
retiro lo llevó a comprar una pequeña propiedad con una torre y un jardín. Allí
instaló una estatua de la Virgen, que le había regalado la señora Beaudouin;
trasladada más tarde a Buissonnets, esta imagen fue conocida en todo el mundo
como la «Virgen de la Sonrisa».
Celia Guérin nació en Gandelain,
departamento de Orne (Normandía), el 23 de diciembre de 1831. Era hija de
Isidoro Guérin, un militar que a los 39 años decidió casarse con Louise-Jeanne
Macè, dieciséis años más joven que él. De esta unión nacieron también Marie
Louise, la primogénita (fue monja visitandina), e Isidore, el más pequeño. Para
los padres de Celia la vida había sido dura, lo que repercutía en su manera de
ser: eran rudos, autoritarios y exigentes, si bien tenían una fe firme. Celia,
inteligente y comunicativa por naturaleza, dice en una de sus cartas que su
infancia y juventud fueron tristes «como un sudario». A pesar de ello, cuando su
padre, viudo y enfermo, manifestó el deseo de ir a habitar con ella, lo acogió
y cuidó con devoción hasta que murió en 1868. Afortunadamente encontró en su
hermana Marie Louise un alma gemela y una segunda madre.
Cuando se jubiló su padre, la familia se estableció
en Alençon en 1844. La señora Guérin abrió un café y una sala de billar, pero
su carácter intransigente no favoreció el desarrollo del negocio. La familia
salía adelante con dificultad, gracias a la pensión y a los trabajos de
carpintería del padre. En pocos años, la situación financiera se hizo muy
precaria y no mejoró hasta que las hijas contribuyeron con su trabajo a cuadrar
el balance familiar. Esta situación económica influyó en los estudios de las
hijas: Celia entró en el internado de las religiosas de la Adoración perpetua;
aprendió los primeros rudimentos del punto de Alençon, un encaje de los más
famosos de la época; luego, para perfeccionarse, se inscribió en la "Ecole
dentellière". Mientras tanto, la hermana mayor se dedicó al bordado, con
su madre. No tenemos documentación de este período, pero Celia conservaba un
excelente recuerdo de este tiempo.
Se dedicó a la confección de dicho encaje.
Deseó formar parte de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, pero no
la admitieron. Pidió luz al Señor para conocer su voluntad y el 8 de diciembre
de 1851, después de una novena a la Inmaculada Concepción, se resolvió
interiormente dedicarse a hacer punto de Alençon. Con la ayuda de su hermana
comenzó esta empresa y ya a partir de 1853 era conocida como fabricante del
punto de Alençon. En 1858 la casa para la que trabajaba recibió una medalla de
plata por la fabricación de este encaje y Celia una mención de alabanza. Poco
después, su hermana entró en el monasterio de la Visitación y tomó el nombre de
María Dositea.
Un día, al cruzarse con un joven de noble
fisonomía, semblante reservado y dignos modales, se sintió fuertemente
impresionada. En poco tiempo los dos jóvenes llegaron a apreciarse y amarse, y
el entendimiento fue tan rápido que contrajeron matrimonio el 13 de julio de
1858, tres meses después de su primer encuentro. Llevaron una vida matrimonial
ejemplar: misa diaria, oración personal y comunitaria, confesión frecuente,
participación en la vida parroquial. De su unión nacieron nueve hijos, cuatro
de los cuales murieron prematuramente. Entre las cinco hijas que sobrevivieron,
Teresa, la futura santa patrona de las misiones, es una fuente preciosa para
comprender la santidad de sus padres: educaban a sus hijas para ser buenas
cristianas y ciudadanas honradas. A los 45 años, Celia recibió la noticia de
que tenía un tumor en el pecho y pidió a su cuñada que, cuando ella muriera,
ayudara a su marido en la educación de los más pequeños: vivió la enfermedad
con firme esperanza cristiana hasta la muerte, el 28 de agosto de 1877.
Luis se encontró solo para sacar adelante
a su familia: La hija mayor tenía 17 años y la más pequeña, Teresa, cuatro y
medio. Se trasladó a Lisieux, donde residía el hermano de Celia; de este modo
la tía Celina pudo cuidar de las hijas. Entre 1882 y 1887 Luis acompañó a tres
de sus hijas al Carmelo. El sacrificio mayor fue separarse de Teresa, que entró
en el Carmelo a los 15 años. Luis tenía una enfermedad que lo fue invalidando
hasta llegar a la pérdida de sus facultades mentales. Fue internado en el
sanatorio de Caen, y murió el 29 de julio de 1894.
El compromiso eclesial de los esposos
Martin recuerda que «la futura evangelización depende, en gran parte, de la
iglesia doméstica» (Familiaris consortio, 52), y tiene el sabor de la ternura.
Los esposos fueron beatificados por papa Benedicto XVI en 2008, en Lisieux
(Francia) y canonizados por papa Francisco en Roma, en 2015.
fuente: Vaticano
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Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso
cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que
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