San Saturnino de Cartago, mártir
fecha: 29 de noviembre
†: s. III - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
†: s. III - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: En Roma, en el cementerio de Trasón, en la vía Salaria Nueva, san
Saturnino de Cartago, mártir, quien, según refiere el papa san Dámaso, bajo el
emperador Decio, por confesar a Cristo, primero fue atormentado en el potro en
su misma patria, y después, extraditado a Roma, tras superar otros atroces
tormentos, convirtió a la fe al tirano Graciano, y finalmente alcanzó la corona
del martirio al ser decapitado.
refieren a este santo: Santos Papías y
Mauro
Las actas en las que se basaba la leyenda
tradicional («Pasión del papa Marcelo»), que unía a la figura de Saturnino la
de un compañero de Martirio, Sisinio, son por completo falsas, por lo que en la
revisión del Martirologio se ha retirado tanto la conmemoración de Sisinio
(sólo atestiguada en esas actas) como la descripción del martirio que traía el
Martirologio Romano anterior.
Sin embargo, el culto a san Saturnino de
Cartago es genuinamente antiguo, y no aparece sólo referido por esas actas; hay
tres elementos que lo señalan: por un lado, en la Vía Salaria Nueva hubo una
basílica dedicada al santo, que se incendió en tiempos de san Félix III (es
decir IV), hacia el 528, y fue reconstruida y restaurada por los papas Adriano
y Gregorio IV, en los siglos VIII y IX respectivamente. Por otra parte el papa
san Dámaso, que pontificó entre 366-384 (apenas un siglo más tarde que la
persecución de Decio), nos dejó entre sus muchas y valiosas composiciones
poéticas el testimonio de la historia de san Saturnino tal como le había
llegado a él, que es la versión que rememora el elogio del Martirologio Romano
actual. También aparece mencionado para el 29 de noviembre en la «Depositio
Martyrum», importantísimo documento de hacia el 354 que mencionaba la lista de
los mártires venerados en Roma en ese momento, y su localización en los
distintos cementerios.
Datos tomados del
Biographisch-Bibliographisches Kircherlexikon, VIII (1994) cols. 1409-1410, por
Adolf Lumpe; que a su vez remite a las siguientes fuentes: Antonio Ferrua,
Epigrammata Damasiana, Vaticano 1942, 188-190; Delehaye, Comentario al
Martirologio Jeronimiano p. 626; Biblioteca Hagiográfica latina Nº 7493; H.
Delehaye, Etude sur le légendier romain, Brüssel 1936, 49; Antonio Ferrua, San
Saturnino martire cartaginese-romano, in: CivCatt 90, 1939, II, 436-445; -
Roberto Valentini - Giuseppe Zucchetti, Codice topografico della città di Roma
II, Roma 1942 (nueva ed. Turin 1982), 28. 38. 60.
Abel Della Costa
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4347
San Saturnino de Toulouse, obispo y mártir
fecha: 29 de noviembre
†: c. 250 - país: Francia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
†: c. 250 - país: Francia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
Elogio: En Toulouse, de la Galia Narbonense, conmemoración de san Saturnino,
obispo y mártir, que, según la tradición, en tiempo del mismo Decio fue
detenido por los paganos en el Capitolio de esta ciudad, y arrastrado por las
escaleras desde lo alto del edificio, hasta que, destrozados la cabeza y el
cuerpo, entregó su alma a Cristo.
Patronazgos: patrono de Navarra, en España, y de varias otras ciudades, tanto en
Francia como en Italia; protector contra dolores de cabeza, vértigo, la
viruela, la peste, el miedo a la muerte y la plaga de las hormigas, se lo
invoca también para pedir la gracia de una buena muerte.
refieren a este santo: San Marcial de
Limoges, San Pablo de
Narbona, San Silvio de
Toulouse
Saturnino, obispo de Toulouse, es uno de
los santos más populares en Francia y España (en la región de Navarra), donde
se le considera protector de las corridas de toros. La «Passio Saturnini» es
además un documento muy importante para el conocimiento de la antigua iglesia
de la Galia. Según el autor de la Passio, que escribió entre 430 y 450,
Saturnino estableció su sede en Toulouse en el 250, bajo el consulado de Decio
y Grato. En ese momento, nos informa, en Galia había muchas comunidades
cristianas, compuestas por un pequeño número de fieles, mientras que los
templos paganos se llenaban de multitudes que sacrificaban a los dioses.
Saturnino, recién llegado a Toulouse, probablemente de Africa (el nombre es en
realidad africano) o del Oriente -como se indica en el Missale Gothicum- ya
había cosechado los primeros frutos de su predicación, ganando para la fe en
Cristo un buen número de ciudadanos. El santo obispo, para llegar a un pequeño
oratorio de su propiedad, pasaba todas las mañanas frente al Capitolio, que era
el principal templo pagano dedicado a Júpiter, donde los sacerdotes paganos
ofrecían en sacrificio al dios pagano un toro para obtener las respuestas
solicitadas por los fieles.
Al parecer, los dioses estaban mudo en
esos días, y los sacerdotes culpaban por ello al obispo cristiano, cuya
irreverencia habría herido la sensibilidad de los dioses paganos. Un día, la
multitud rodeó amenazadora a Saturnino y le ordenó que sacrificara un toro
sobre el altar de Júpiter. Ante la negativa del obispo de sacrificar el animal
-que poco después habrá sido el instrumento inconsciente de su martirio- y más
aún en vista de lo que los paganos creían que era una afrenta provocadora
contra la deidad, Saturnino dijo que no tenía miedo de los rayos de Júpiter,
puesto que no existe; los transeúntes entonces lo agarraron enfurecidos y lo
ataron al cuello del toro, y a continuación azuzaron al animal, que huyó
furioso por las escaleras del Capitolio arrastrando al obispo. Saturnino, con
los miembros mutilados, murió poco después, y su cuerpo fue abandonado en medio
de la calle, donde lo recogieron dos piadosas mujeres, dándoles sepultura «en
un hoyo muy profundo». Sobre esta tumba un siglo después san Hilario construyó
una capilla de madera, que pronto fue destruida y se perdió durante algún
tiempo la memoria de la misma, hasta que en el siglo VI el duque Leunebaldo
desenterró los restos de mártir, e hizo edificar sobre el lugar la iglesia
dedicada a San Saturnino, en francés Saint-Sernin-du-Taur, que en el siglo XIV
asumió el actual nombre de Notre-Dame du Taur.
Traducido para ETF, con escasos cambios,
de un artículo de Piero Bargellini. Ver también la nota bibliográfica en
Butler-Guinea, tomo IV pág. 442.
fuente: Santi e Beati
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El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
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