San Segismundo Gorazdowski, presbítero y fundador
fecha: 1 de enero
n.: 1845 - †: 1920 - país: Ucrania
canonización: B: Juan Pablo II 26 jun 2001 - C: Benedicto XVI 23 oct 2005
hagiografía: Vaticano
n.: 1845 - †: 1920 - país: Ucrania
canonización: B: Juan Pablo II 26 jun 2001 - C: Benedicto XVI 23 oct 2005
hagiografía: Vaticano
Elogio: En Lvov, ciudad de Ucrania, san
Segismundo Gorazdowski, presbítero, originario de Polonia, que se distinguió
por su amor al prójimo, por ser precursor en el empeño de proteger la vida y
por fundar el Instituto de Hermanas de San José, dedicado a la atención de los
pobres y abandonados.
Nació en Sanok (Polonia) el 1 de noviembre
de 1845, en una familia noble que vivía con fervor su fe católica. Desde su más
tierna infancia se esforzó por ayudar a los que sufrían. Terminada la escuela
secundaria, estudió derecho en la universidad de Lvov. Interrumpió los estudios
en el segundo año de la carrera, al sentirse llamado al sacerdocio, y entró en
el seminario mayor de Lvov. Allí tuvo que superar una gran prueba: su estado de
salud se agravó cada vez más, hasta el punto de correr peligro de muerte, por
ello sus superiores no quisieron admitirlo a la ordenación sacerdotal. Sus
compañeros, que vivieron de cerca su drama existencial, escribieron en sus
memorias: "El hecho de no haber sido admitido al sacerdocio fue para
Segismundo un golpe muy doloroso; sufría moral y físicamente, pero no perdió su
confianza en Dios". Dos años después, cuando su estado de salud mejoró
notablemente, recibió la ordenación sacerdotal en la catedral de Lvov, el 25 de
julio de 1871.
Desde el inicio de su ministerio pastoral
unió su actividad sacerdotal con la caritativa. Al ver las diversas
dificultades vinculadas al anuncio del mensaje evangélico, elaboró un
Catecismo, que logró gran difusión. Para los muchachos y muchachas publicó el
libro: "Consejos y recomendaciones".
Promovió con empeño entre los fieles los
sacramentos, sobre todo la Eucaristía. A imitación de Cristo, no excluía a
nadie de su acción pastoral, ejercida con amor total; dedicaba una predilección
especial a las personas marginadas de la sociedad. Durante una epidemia de
cólera, olvidándose de sí mismo, socorría a los enfermos llevándoles el
consuelo de su ministerio sacerdotal y ayuda concreta.
Dedicaba mucho tiempo a la catequesis en
varias escuelas; escribía y publicaba artículos y libros para padres y
educadores. Creó la asociación "Bonus Pastor", para apoyar la labor
de los sacerdotes. Fundó numerosas obras de beneficencia: la "Casa del
trabajo voluntario" para pobres que no tenían dónde vivir; la "Cocina
popular", que daba comidas a un precio muy bajo, para ayudar a personas
pobres; el "Centro para enfermos terminales y convalecientes", a fin
de acoger a los enfermos que no tenían la posibilidad de ser atendidos en los
hospitales; el "Hospicio de San Josafat", para estudiantes pobres; el
"Centro del Niño Jesús", para madres solteras y niños abandonados.
También fue uno de los fundadores de la "Liga de las asociaciones y los
centros de beneficencia", que coordinaba las actividades de las obras de
misericordia cristiana.
Para salvar a los niños católicos de la
indiferencia religiosa, e incluso del ateísmo, fundó la escuela católica
polaco-alemana, que encomendó a los Hermanos de las Escuelas Cristianas. La
iniciativa de la escuela, y la del periódico católico que fundó y dirigió
—"La Gaceta diaria"—, le originaron grandes sufrimientos e
incomprensiones, que perduraron casi hasta su muerte.
Con el fin de gestionar la mayor parte de
sus obras de beneficencia pidió colaboración a un grupo de terciarias
franciscanas, cuidando de su adecuada formación. Así, el 17 de febrero de 1884,
vio la luz una nueva congregación: las Religiosas de San José. A medida que se
desarrollaba la Obra, su fundador implicaba a las religiosas en el servicio a
los enfermos en los hospitales, orfanatos, asilos, así como en las casas
privadas.
Él mismo fue para sus religiosas un modelo
de oración y de servicio heroico a los necesitados. El "sacerdote de los
desheredados", el "padre de los pobres", el "apóstol de la
misericordia de Dios", como fue llamado, murió el 1 de enero de 1920, en
Lvov. Fue proclamado beato por el Papa Juan Pablo II, en Lvov, el 26 de junio
de 2001 y canonizado por SS Benedicto XVI en Roma el 23 de octubre de 2005.
fuente: Vaticano
accedida 641 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_17
San Odilón de Cluny, abad
fecha: 1 de enero
n.: c. 962 - †: 1049 - país: Francia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: c. 962 - †: 1049 - país: Francia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Souvigny, de Burgundia, muerte de san Odilón, abad de Cluny, que
fue severo consigo mismo, pero dulce y misericordioso con los demás. Estableció
treguas entre quienes estaban en lucha, y en tiempo de hambre ayudó a los
necesitados con todas sus fuerzas. Fue el primero en establecer en sus
monasterios la Conmemoración de todos los fieles difuntos, fijándola para el
día siguiente a la solemnidad de Todos los Santos.
refieren a este santo: San Alferio de
La Cava, San Gregorio VII, San Hugo de Cluny, San Mayolo de
Cluny, San Teobaldo de
Vienne, Beato Urbano II
Odilón era todavía muy joven cuando
recibió en Cluny el hábito monacal de manos de san Mayolo,
quien hizo de él su coadjutor en 991, a pesar de que no tenía sino veintinueve
años. A la muerte de san Mayolo, en 994, Odilón tomó las riendas de la gran
abadía. Aunque muy austero consigo mismo, Odilón era excepcionalmente amable
con cuantos le rodeaban. Acostumbraba decir que prefería pecar por exceso de
bondad, que por exceso de severidad. Muchos tacharon de extravagancia su gran
liberalidad con los pobres durante la época de hambre del 1006, porque, para
venir en su socorro, no tuvo reparo en mandar fundir los vasos y adornos
sagrados, ni en vender la corona de oro que san Enrique había regalado a la
abadía. Odilón hizo cuatro viajes a Roma. En su visita a Montecasino, su
devoción a san Benito le llevó hasta pedir permiso de besar los pies a todos
los monjes del monasterio, concesión que obtuvo no sin dificultad.
Bajo el gobierno de san Odilón, aumentó el
número de abadías que se sometieron a las costumbres y a la supervisión
cluniacense y se perfeccionó la organización y la dependencia de los
monasterios subordinados. Las normas variaban de acuerdo con los estatutos
particulares de cada monasterio y la distancia de la casa matriz, pero muchos
prioratos dependían de Cluny en el estricto sentido de la palabra, de suerte
que Cluny nombraba a los superiores. En éste y otros aspectos, se llevó a cabo
una modificación de la regla de san Benito; de ahí procede la distinción
histórica entre los monjes cluniacenses y los benedictinos.
Las matanzas y devastaciones eran tan
comunes en la época, debido a los derechos que reclamaba cada señor feudal de
vengar por mano propia las ofensas, que hubo necesidad de crear la llamada
«tregua de Dios». En ella se estipulaba, entre otras cosas, que las iglesias
podían servir de refugio a todos los hombres, excepto a quienes hubiesen
violado la tregua, y que, desde el jueves hasta el domingo por la mañana,
ninguno atacaría a sus enemigos. El pacto encontró gran oposición de parte de
la casa de Neustria; pero, gracias a los buenos oficios y exhortaciones de san
Odilón y de Ricardo, abad de Saint-Vanne, que se encargaron de las
negociaciones, la mayoría de las provincias de Francia acabaron por aceptar la
«tregua de Dios». El príncipe Casimiro, hijo de Miceslao, rey de Polonia, se retiró
a Cluny, donde tomó el hábito y fue ordenado subdiácono. Más tarde, una
diputación de nobles le rogó que aceptara la corona. San Odilón presentó el
asunto al papa Benedicto IX, quien dispensó a Casimiro de sus votos. Así, pudo
éste aceptar el trono en 1041, casarse, tener varios hijos y reinar hasta su
muerte, acontecida en 1058.
San Odilón instituyó la conmemoración de
todos los fieles difuntos, el 2 de noviembre, como una práctica obligatoria en
su comunidad, que debía ofrecer limosnas, oraciones y sacrificios por todas las
almas del purgatorio. Igualmente difundió esta práctica de caridad entre los
fieles que le rodeaban. Profesaba una gran devoción a la Santísima Virgen y
especialmente al misterio de la Encarnación. En una ocasión, cuando sus monjes cantaban
el versículo: «Para venir a redimirnos no te rehusaste a tomar carne en el seno
de la Virgen», Odilón entró en éxtasis. La mayoría de sus sermones y poemas
versan sobre los misterios de nuestra Redención o sobre la Virgen María.
Habiendo sufrido con gran paciencia múltiples enfermedades en los últimos cinco
años de su vida, Odilón murió en Souvigny, priorato del borbonado, en el
desempeño de su cargo de visitador de los monasterios del lugar. Su muerte
aconteció el 1 de enero de 1049, cuando contaba ochenta y siete años y había
ejercido el cargo de abad durante cincuenta y seis. La víspera, Odilón había
conseguido con sus ruegos que le llevaran al oficio divino. Habiendo recibido
el viático y la extremaunción, quiso morir sobre un saco cubierto de ceniza.
Ver la vida escrita por su discípulo
Jostaldo, editada por los bolandistas y Mabillon. Una parte del texto que falta
en dicha edición se encuentra en Neues Archiv (1890), vol. XV, pp. 117 ss. Cf.
también E. Sackur, Die Cluniacenser; P. Jardet, Saint Odilon, (1898). Ceillier
demuestra contra Basnage que la «Vida de santa Alicia Emperatriz» es obra de
san Odilón, así como la «Vida de san Mayolo». Han llegado hasta nosotros
algunos poemas y sermones del santo, coleccionados en Migne PL., CXLII. Ver también
Neues Archiv (1899), vol. xxiv, pp. 628-735.
Cuadro: Odilón de Cluny, por Francesco Andreani, entre 1730 y 1751, Pinacoteca Comunal de Cesena.
Cuadro: Odilón de Cluny, por Francesco Andreani, entre 1730 y 1751, Pinacoteca Comunal de Cesena.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
accedida 1629 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_10
No hay comentarios:
Publicar un comentario