domingo, 12 de febrero de 2023

Domingo 6º del Tiempo Ordinario C (12.02.2023): Mateo 5,17-37 (TÚ Y YO SOMOS LA LEY Y LOS PROFETAS) y Semana 12ª (12.02.2023): JESÚS EN LA ASAMBLEA DE OBISPOS

 

Tercera entrega y más

La organización oficial de la liturgia dominical católica propone la lectura de 'Las bienaventuranzas' por entregas, como si se tratara de una serie de las de última generación. Y lo que realmente sucede es que ningún año se acaba por conocer todo el desarrollo de la narración que el Evangelista MATEO nos ha dejado como una luminosa buena noticia.

Lo voy a decir muy breve y clarito: El discurso de las llamadas 'Bienaventuranzas de Jesús', según nos lo cuenta Mateo, comienza en el capítulo quinto de su Evangelio y acaba en el capítulo séptimo. Mateo 5,1 a 7,29.


Esta luminosa exposición de la propuesta de Jesús, según Mateo, jamás se nos ha leído al pueblo en la tradición dominical de la santa misa o eucaristía de forma ordenada y completa. Este acontecimiento lo constato en los numerosos encuentros con personas que se reúnen con alguna frecuencia con la Biblia entre las manos. El primer discurso, de una serie de cinco, que el narrador Mateo pone en boca de su Jesús de Nazaret nunca nos lo anuncia la liturgia católica. No lo ha hecho desde sus orígenes hasta el Concilio de Trento y su reforma. Nunca lo hizo desde este Concilio hasta el Concilio Vaticano II, el que se empeñó en poner la llamada 'Palabra de Dios' en el centro de su misión evangelizadora. Y desde este Concilio (1963 - 1965) hasta nuestros días tampoco. Tengo que afirmar, en consecuencia,que a esta Iglesia que se llama de Jesús no le interesa lo más mínimo que el pueblo de los seguidores de Jesús conozca la Buena Noticia de Mateo en su totalidad y de manera ordenada. Hace unas semanas celebrábamos el Bautismo de Jesús como punto final del tiempo de la Infancia de Jesús, Dentro de poco, el 26 de febrero, estaremos en el primer domingo de Cuaresma para preparar el camino de la etapa última de Jesús en la historia de su pueblo. En este tiempo no hemos escuchado de labios de los eclesiásticos la narración de este discurso completo y ordenado según Mateo. Solo se nos ha entregado y hemos escuchado los tres primeros apartados, el capítulo quinto del Evangelio de Mateo. Esta liturgia sagrada no baila al compás del Evangelio, se sirve de él para sus pretensiones doctrinales o dogmáticas. Siento con pena que no se nos acompañe en esta tarea de leer para comprender el Evangelio. 

Para mis adentros, me propongo realizar la lectura de Mateo 5,1 a 7,29 las veces que sean necesarias para dejarme empapar de la libertad liberadora que ofrece este Jesús, el judío y laico de la Galilea del siglo primero. Este hombre entre su gente proclamaba que la única religión de los humanos consiste en 'hacer a los demás aquello que deseo que me hagan a mí'. No hay otra Ley, no hay otra Profecía, no hay mayor Sabiduría, no hay otro Dogma, es el centro y el culmen de la fe. ¿Esto es ser persona?

Probablemente sí. 

A continuación se encuentran los dos comentarios para este domingo día 12 de febrero.

Carmelo Bueno Heras.

Domingo 6º del Tiempo Ordinario C (12.02.2023): Mateo 5,17-37.

Así lo comento y comparto CONTIGO:

 

TÚ Y YO SOMOS LA LEY Y LOS PROFETAS

Por tercera semana consecutiva el Dicasterio vaticano de la liturgia católica nos propone la lectura de un nuevo apartado del discurso que el Evangelista Mateo coloca en boca de su Jesús de Nazaret: Mateo 5,17-37. Literariamente hubiera sido más coherente la lectura completa de esta nueva unidad del discurso: Mateo 5,17-48.

 

En el relato de Mateo 5,17-48 podemos constatar dos apartados bien definidos, sobre todo, por la literatura y luego por la teología. El primer apartado lo forman los versículos 5,17-19: “No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas”. El segundo apartado lo forman los versículos 5,20-48: “Habéis oído que se dijo a los antepasados… En cambio, yo os digo”.

 

Sobre este segundo apartado de las palabras de Jesús a la multitud escribiré la próxima semana. Para este comentario me fijaré únicamente en el primer apartado en el que este Jesús del Evangelista Mateo habla explícitamente de la Ley y de los Profetas. Es decir, de la Torá de Moisés y de los mensajes de los Profetas, y de otro asunto. Ley y Profetas eran las dos lecturas que oficialmente se leían cada sábado en la liturgia del Templo de Jerusalén y en las Sinagogas.

 

En muchos momentos me pregunto si nuestras autoridades de la liturgia católica también se inspiraron en esta práctica para asignar en cada santa misa o eucaristía la primera lectura de la llamada Palabra de Dios tomada de un libro del antiguo testamento y una segunda lectura tomada de uno de los cuatro Evangelios. Creo que esta duda me acompañará siempre. Cada vez voy viendo con más claridad que esta metodología litúrgica no permite conocer el mensaje de cada uno de los libros ya sean del antiguo o del nuevo testamento. Nunca se nos leen éstos ni seguidos ni completos.

 

Una vez más propongo una lectura sinóptica (en paralelo) del texto de Mateo 5,17-19 con Mateo 7,12. Ambos mensajes pertenecen al mismo discurso que el Evangelista sitúa en boca de su Jesús al que nos está presentando como un nuevo Moisés. Ambos mensajes no deben entenderse como contrapuestos, por la sencilla razón de que el Evangelista no querrá decir, en ningún momento, lo uno y lo contrario. Para este Jesús de Mateo, ¿qué es la Ley y quiénes son los Profetas? Me lo voy a preguntar una vez más: Para aquel Jesús de Nazaret, esta Ley y Profetas de la Religión del Yavé-Dios de Israel, ¿se encuentran fuera o dentro de cada persona que los lee o escucha? La insistencia en ese ‘habéis oído que se dijo a los antepasados y en cambio yo os digo’ indica una clave insoslayable de la respuesta.

 

No se trata de una obediencia al pie de la letra a lo ya escrito, sino de una decisión nacida, aquí y ahora, en la interioridad de cada persona. Esta decisión se culmina y alcanza su plenitud cuando se hace experiencia humana el mensaje de la palabra puesta en boca de aquel Jesús de Nazaret de Mateo en el tejido de su 7,12: “Haz a los demás todo cuanto deseas que ellos hagan contigo”. Esta es la opción de Jesús, según Mateo. Este es su camino humano y humanizador. Desde este judío y laico de Galilea, se abre una alternativa a la Religión de Moisés. Carmelo Bueno Heras

CINCO MINUTOS de AIRES BÍBLICOS

. Si se puede decir en un artículo de revista, ¿para qué escribir un libro de 200 páginas?

. Si se puede decir en una página, ¿para qué escribir un artículo de revista?

. Si se puede decir en un puñado de versos, ¿para qué escribir una página?

. Este ‘Cinco minutos de aires bíblicos’ es una semilla que confío a la sabiduría de tu saber leer, que es despertar; de tu saber interpretar, que es cuidar; de tu saber compartir, que es saborear. Siempre pretenderé que esta ‘semilla de los cinco minutos’ tenga la ‘denominación de origen’ de su autor. 

Semana 12ª (12.02.2023): JESÚS EN LA ASAMBLEA DE OBISPOS

Por primera vez en este invierno, Arantzazu está cubierto de una ligera capa de nieve. La flor reciente y blanca del espino blanco se funde con el blanco del paisaje. El sol, a ratos, sonríe en la nieve, y en el jardín que antes fue huerta los primeros jacintos azules y amarillos inclinan sus flores, como sorprendidas y asustadas. El herrerillo no se sorprende ni se asusta, ni deja de cantar. Las golondrinas roqueras que ya revoloteaban en torno al santuario han vuelto a cobijarse en las grietas de sus rocas. Pero pronto volverán. Pasarán los fríos, y para todos los peligros pronto será pascua.

¡Cuánto necesitamos el ánimo de la pascua en este mundo que duele! El ánimo de la pascua es nuestra promesa y misión. La promesa y la misión de las que nos ungió y a las que nos llamó el crucificado resucitado con sus manos llagadas. Para eso somos Iglesia. Pero también la Iglesia es doliente, y a menudo duele, y a veces hiere más que cura, cuando su frágil memoria olvida a Jesús. Esa Iglesia somos, ¡y cuánto necesitamos volver a recibir el consuelo y volver a ofrecerlo, ser paráclitos! Ese don y esa misión, no los podemos dejar en manos de una institución obsoleta. No nos lo permite la memoria de Jesús, ni la belleza y el dolor del mundo, ni nuestro deseo más profundo, ni el sueño creador de Dios.

¿Qué haría Jesús en esta Iglesia de hoy que somos con nuestras estructuras anticuadas? Imaginar es libre. Imagino, por ejemplo, que Jesús se hace presente en la Sala de la Conferencia Episcopal Española -antes o después de la elección de su presidente, poco importa para el caso-, ante los 66 obispos reunidos. A Jesús le explican que ellos son los dirigentes de la Iglesia por él fundada hace 2.000 años. Jesús se queda mudo de sorpresa, se pregunta cómo eso es posible, y qué es lo que ha pasado para llegar a esto. Jesús se pregunta por qué no hay mujeres en la sala, y por qué se visten tan de negro (¿será tal vez porque no hay mujeres?), y qué significa “obispo” y a qué llaman “presidente”, y quién los elige… Y mientras se lo van explicando, su sorpresa va en aumento, y al final pide su turno de palabra y dice con ojos encendidos y con ojos de bondad: “Hermanos míos, ¿dónde están las hermanas? ¿Os han dejado? ¿Las habéis dejado? Hermanos, yo creé -sin haberlo ni siquiera pretendido- un movimiento itinerante de campesin@s y pescadores de Galilea, rebeldes y soñadores, llen@s de compasión y de confianza… Y me acuerdo de que envié a mujeres y hombres de Galilea a curar y anunciar el pronto consuelo de Dios para aquella tierra tan castigada. Yo no quería otra cosa. Yo no pensaba en nada más. Hermanos, no entiendo cómo las cosas han cambiado tanto. Y no comprendo por qué el Reino liberador de Dios no ha llegado aún. Hermanos, no tengo que deciros nada más que esto: lo único importante y urgente es que llegue el Reino de Dios que libera, que cura y nos hace hermanos. ¡Que la paz esté con vosotros!”  E imagino que ahí terminaría la breve intervención de Jesús, y no sé qué haría luego. Tal vez se iría de allí para “desfondar” la iglesia. O reinventarla, si encontrara con quién. ¡Paz y bien! (José Arregi. 06.03.2008)

 

  

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