domingo, 17 de septiembre de 2023

Gracias por cuidarme - Domingo XXIV TO Ciclo A (17.09.2023): Mateo 18,21-35 (El cuarto discurso del Jesús de Mateo) y CINCO MINUTOS de AIRES BÍBLICOS Semana 43ª (17.09.2023): A VOSOTROS OS LLAMO AMIGOS

 

Gracias por cuidarme

Agradezco que me permitas escribir una presentación muy breve de los comentarios del domingo 17 de septiembre. La cicatrización de la operación de cataratas de mi ojo izquierdo es tan importante como el mensaje que sé que estás esperando una semana más.

Pero aunque sea leve este texto, no quiero dejar de escribirlo. Soy consciente de lo que voy a escribir. 

Después de leer Mateo 18, como se nos invita en este domingo, llego a la conclusión de que toda persona puede perdonar todo y todos los pecados. No me invento nada, lo he dialogado en multitud de ocasiones con el propio autor del llamado Evangelio de Mateo. Y desde estas conclusiones del mensaje del Evangelio hay que proclamar también que no es cierto cuanto se nos ha escrito por parte de Francisco papa en Querida Amazonía 88.

Nada más, que no es poco. A continuación se pueden leer los comentarios. 

Carmelo Bueno Heras. 

 

Domingo XXIV TO Ciclo A (17.09.2023): Mateo 18,21-35. Así lo comento y comparto CONTIGO:

El cuarto discurso del Jesús de Mateo

Voy a comenzar hablando de talentos y denarios. Hablar de ello es comenzar a comprender el mensaje del relato que se nos leerá hoy en la liturgia de la eucaristía o santa misa. Cuentan los investigadores de las finanzas del tiempo de Jesús de Nazaret que un talento equivalía a seis mil denarios. Por tanto, 10.000 talentos equivalen a 60.000.000 (sesenta millones) de denarios. Y, ¿cuánto es el valor de un denario? El propio narrador Mateo nos lo cuenta en el capítulo 20,1-8. Un denario equivale al sueldo de un día de trabajo. Así pues, esos sesenta millones de días de trabajo equivalen a más de 160.000 años de trabajo. ¿Qué persona puede llegar a deber a otra persona tal cantidad de dinero? Mi imaginación es corta, pero creo que tal persona no existe.

Y si tales personas no existen ni en la imaginación más calenturienta, ¿por qué aparecen citadas en la parábola que el Evangelista coloca en labios de su Jesús de Nazaret? Esta es la pregunta que tanto tú como yo debemos hacernos al leer este texto de Mateo 18,21-35. Y nos debemos hacer esta pregunta en este domingo cuando se nos lea el asunto final del que nos habla aquel Jesús de Nazaret en el cuarto de sus cinco discursos. Importa asimilar correctamente el contenido de tal discurso porque Mateo ha colocado esta narración como parte de la enseñanza evangelizadora que aquel Jesús realiza con sus propios seguidores y, en particular, con Pedro que debe dejar de ser un Satanás para ser un seguidor de Jesús. El asunto no es pequeño, me digo.

Ahora se comprende en toda su dimensión (teológica, pastoral, eclesial) la pregunta de ‘el Piedra’: “¿Cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga un hermano, sea quien sea? ¿Es suficiente con siete? Le dice Jesús: No te digo que hasta siete, sino siempre” (Mt 18,21-22). Y para que se comprenda en toda su enorme dimensión, aquel Jesús de Mateo cuenta la parábola de la deuda de unos deudores. Y cuando acabo de leerla hasta el final me quedo con esta sencilla síntesis que ya adelanté en la semana pasada: Todos podemos perdonarlo todo.

A la luz de este principio (dogma de este Jesús de Mateo), ¿en qué se queda toda la Ley de la Religión del Israel de Moisés y los Profetas? Y lo amplío y actualizo, a la luz de este principio-dogma, ¿en qué se queda la doctrina y la práctica sobre el pecado y el perdón del Concilio de Trento que sigue y seguirá vigente hasta ahora y más allá de nuestros días, si no lo remueve, transfigura y transustancia el Sínodo vaticano romano de la Sinodalidad en el próximo octubre?

La literalidad del dogma tridentino sobre el asunto del perdón de los pecados constituye y perpetra una de las mayores blasfemias contra la letra y el espíritu de este cuarto discurso del Jesús de Nazaret del Evangelista Mateo. Espero que en algún momento se nos lea en público y en la solemnidad de la eucaristía todo completo el texto de Mateo 18,1 hasta 19,1. Por esta razón, cito aquí y ahora ambos versículos:

“En aquel momento se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: ¿quién es el mayor en el reino de los cielos?” (Mateo 18,1). El mayor es el más pequeño. Aprende, pues, a ser pequeño. Y también, aprende que ‘todos pueden perdonarlo todo’.

 “Y sucedió que, cuando acabó Jesús este discurso, partió de Galilea y fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán” (Mateo 19,1).

En Jerusalén y junto a este evangelizador Jesús, según Mateo, llegaremos a comprender el mensaje de su quinto discurso, el llamado ‘Discurso del banquete del Reino’. Otra nueva genialidad, literaria y teológica, de este inolvidable y nuevo Moisés, que lo fue el judío Jesús. A su tiempo llegaremos a este punto del relato. Un poco de paciencia. Carmelo Bueno Heras

 

CINCO MINUTOS de AIRES BÍBLICOS

. Si se puede decir en un artículo de revista, ¿para qué escribir un libro de 200 páginas?

. Si se puede decir en una página, ¿para qué escribir un artículo de revista?

. Si se puede decir en un puñado de versos, ¿para qué escribir una página?

. Este ‘Cinco minutos de aires bíblicos’ es una semilla que confío a la sabiduría de tu saber leer, que es despertar; de tu saber interpretar, que es cuidar; de tu saber compartir, que es saborear. Siempre pretenderé que esta ‘semilla de los cinco minutos’ tenga la ‘denominación de origen’ de su autor.

Semana 43ª (17.09.2023):  A VOSOTROS OS LLAMO AMIGOS

 

A vosotros, que compartís mi proyecto

y lo lleváis a cabo;

a vosotros, que recibís mi Palabra

y la ponéis en práctica;

a vosotros, que os reunís en mi nombre

y evocáis mi presencia,

os llamo amigos.

 

A vosotros, que sois fuertes

en vuestra debilidad;

a vosotros, que os mantenéis firmes

en la opción evangélica;

a vosotros, que progresáis en la fe

puesta en acción,

os llamo amigos.

 

A vosotros, dispuestos a dar la cara,

arrimar el hombro

a echar una mano;

a vosotros, con quienes se puede contar

incondicionalmente

para toda buena causa,

os llamo amigos.                                                                

 

A vosotros, que afrontáis la realidad e intentáis mejorarla;

a vosotros, que no renunciáis a la utopía y camináis hacia ella;

a vosotros, que dais una oportunidad a un futuro mejor,

os llamo amigos.

 

A vosotros, que celebráis lo que creéis y compartís lo que tenéis;

a vosotros, juntos en la fiesta y juntos en la lucha;

a vosotros, que tenéis mis sentimientos y mi Espíritu,

os llamo amigos.

 

Joaquín Suárez Bautista

No hay comentarios:

Publicar un comentario