El pez tenía sed
Tienes dos maneras
de ver, de observar. Una manera intelectual, teórica, sin profundizar. La
otra manera de ver es existencial, mirando desde tu propia vida, desde tu ser.
San Pablo dice: "Veo lo que debo hacer, y hago lo que no quiero." Al
decir esto se refiere al ver intelectual, que a nada compromete porque no es un
ver revelador. Cuando lo ves desde lo existencial, lo ves desde la libertad que
te da la verdad y entonces lo ves tal cual es, y esa revelación hace que
despiertes a la realidad.
Había una vez un
árabe que viajaba en la noche, y sus esclavos, a la hora del descanso, se
encontraron que no tenían más que 19 estacas para atar a sus 20 camellos.
Cuando lo consultaron al amo, éste les dijo:
-Simulad que
claváis una estaca cuando lleguéis al camello número 20, pues como el camello
es un animal tan estúpido, se creerá que está atado.
Efectivamente, así
lo hicieron, y a la mañana siguiente todos los camellos estaban en su sitio, y
el número 20 al lado de lo que se imaginaba una estaca, sin moverse de allí. Al
desatarlos para marcharse, todos se pusieron en movimiento menos el número
20 que seguía quieto, sin moverse. Entonces el amo dijo:
-Haced el gesto de
desatar la estaca de la cuerda, pues el tonto aún se cree atado.
Así lo hicieron y
el camello entonces se levantó y se puso a caminar con los demás.
Ésta es una buena
imagen que puede ilustrar nuestra estupidez humana cuando estamos programados
e incapaces de ver por nosotros mismos ni decidir por nosotros mismos, sino
por hábitos, por unos gestos determinados, por la costumbre y por nuestra
programación. Lo del pez que tenía miedo a ahogarse sería la mejor definición
del hombre frente a su realidad. Cuando estamos dormidos no tenemos miedo de
los sueños, pero sí tenemos miedo de despertar a la realidad, porque supone un
cambio. Supongo que preferir el sueño a la realidad es de idiotas, pero así
es.
Kabir decía:
"Me reí mucho al ver que el pez en el agua tenía sed." Ésta es
nuestra propia realidad de dormidos. Sólo se despiertan los que desean
despertarse. Tratar de convencer a los que no lo entienden es como irritar al
cerdo.
Despertarse
es despertar a la realidad de que no eres el que crees ser.
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