El ser y la imagen
Si alguien me
preguntase quién soy, para darle datos tendría que referirme a cosas
registradas en la memoria. Tendría que formar una imagen llena de etiquetas, y
yo no soy nada de eso. Yo soy. Un ser imprevisible como la vida misma, que no
cabe en ninguna imagen porque mis formas son cambiantes, y mi verdadero ser
es inaprensible, imposible de referir. Cuando vivimos dormidos, llevamos con
nosotros una imagen propia, un yo ideal que nos hemos fabricado con trozos de
recuerdos y otras cosas soñadas por nuestro idealismo. Cuando alguien dice de
mí algo que no me gusta, es la imagen lo que se ofende, pues nadie puede herir
al que no tiene imagen propia. Yo no soy nunca la imagen que tengo de mí mismo
ni la que tienen los demás de mí. Yo soy, y el ser no cabe en ninguna imagen
porque las trasciende todas.
Es
peligroso vivir de la memoria, del pasado. Sólo el presente está vivo. Es el
ahora lo que importa, porque ahora es la vida, ahora todo es posible, ahora es
la realidad.
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