San Ethelwoldo, monje y obispo
fecha: 1 de agosto
n.: c. 910 - †: 984 - país: Reino Unido (UK)
otras formas del nombre: Etelwoldo, Etelvoldo
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: c. 910 - †: 984 - país: Reino Unido (UK)
otras formas del nombre: Etelwoldo, Etelvoldo
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Winchester, en Inglaterra, sepultura
de san Ethelwoldo, obispo, que compuso la famosa Concordia Regular, para la
renovación de la disciplina monástica que había aprendido de san Dunstán.
refieren a este santo: San Dunstán de
Canterbury
Etelwoldo era originario de Winchester.
Sintiéndose llamado al servicio divino en su juventud, recibió la ordenación
sacerdotal de manos de san Alfegio el
Calvo, obispo de su ciudad natal, al mismo tiempo que san Dunstano,
que tenía la misma edad que Etelwoldo. El año 944, san Dunstano fue nombrado
abad de Glastonbury e introdujo en su monasterio la estricta observancia
benedictina; entonces, san Etelwoldo tomó el hábito y llegó a ser uno de los
deanes del monasterio. Era un artesano consumado, particularmente hábil en la
fabricación de campanas, pero ello no le impidió emplear también su celo en el
estudio de las ciencias sagradas. Hacia el año 954 fue nombrado abad dr
Abingdon, en Berkshire. Con la ayuda de los monjes de Glastonbury, consiguió convertir
su monasterio en un modelo de observancia y en un almácigo de monjes virtuosos.
Trajo desde Corbie a un maestro de música sagrada. Igualmente, envió a Osgar al
monasterio de Fleury, que se distinguía entonces por su fama de estricta
observancia, para que estudiase -los métodos de dicho monasterio y los aplicase
luego en Abingdon. Los daneses habían acabado prácticamente con los monjes en
Inglaterra, y los destrozos causados por los bárbaros habían reducido al ínfimo
extremo las posibilidades de educación de la juventud y de la práctica de la
virtud. En vista de esas circunstancias deplorables, san Dunstano, san
Etelwoldo ysan Oswaldo de
York acometieron la empresa de restaurar la vida monástica
y los estudios.
El año 963, san Etelwoldo recibió la
consagración episcopal de manos de san Dunstano. El desorden y la ignorancia
que reinaban en el clero inglés, producían continuos escándalos. Como parecía
imposible reformar a los canónigos de la catedral de Winchester a causa de su
obstinación, san Etelwoldo los expulsó, con la aprobación del rey Edgardo, y
los reemplazó por un grupo de monjes: con ellos solía asistir al coro en
calidad de obispo y abad. Tres de los antiguos canónigos tomaron el hábito
monástico y siguieron al servicio de Dios en la catedral. Al año siguiente, el
santo expulsó a los sacerdotes diocesanos del monasterio de Newminster, en
Winchester y entregó la casa a los benedictinos; en esa forma, los monjes se
extendieron por todo Chertsey. San Etelwoldo reconstruyó en su catedral el
convento femenino dedicado a Nuestra Señora. También compró al rey las tierras
y ruinas del gran convento de Santa Etelreda en la isla de Ely, que los daneses
habían quemado un siglo antes, y fundó ahí una abadía de monjes. Hacia el año
972, hizo lo mismo con las ruinas del convento de Thorney de Cambridgeshire. No
contento con ello, ayudó a Aldulfo a comprar las ruinas de la abadía de
Peterborough que había florecido durante dos siglos hasta que fue quemada por
los daneses el año 870. Aldulfo, quien fue canciller del rey Edgardo, vendió
todas sus posesiones a la muerte de su hijo, tomó el hábito en el nuevo
monasterio y fue elegido como primer abad.
Naturalmente, las actividades reformadoras
de San Etelwoldo, sobre todo lo expulsión de los canónigos, provocaron violenta
oposición. Pero el santo era «terrible como un león» con los descontentos, en
tanto que se mostraba «tan manso como una paloma» con los hombres de buena
voluntad en su diócesis. Aquel «padre de monjes» que trabajó con tanto celo por
la gloria de Dios y la santificación del prójimo, no se mostraba menos solícito
por el bien de su propia alma. Deseoso de agradar a Dios, practicaba la humildad
y la caridad, convencido de que esas virtudes son las que confieren su valor a
las acciones exteriores. Sin ellas, no sirve de nada el renunciar a los bienes
para darlos a los pobres, ni el practicar las mortificaciones más severas. Si
el fervor, la devoción y la compunción no crecen constantemente, se entibian
pronto. Pero en el santo obispo la devoción y las acciones exteriores se
sostenían y nutrían mutuamente. San Etelwoldo descansó en el Señor el 1 de
agosto de 948 y fue sepultado en la catedral de Winchester. A causa de los
numerosos milagros que se obraban en su tumba, los restos del santo fueron
trasladados al altar de San Alfegio, su sucesor inmediato, quien había muerto
mártir cuando era arzobispo de Canterbury. Se atribuyen a san Etelwoldo algunos
escritos, entre los que se cuenta una traducción inglesa de la Regla de San
Benito. Actualmente todos los autores reconocen que san Etelwoldo fue el
verdadero autor de la Regularis Concordia, que se atribuía antiguamente a san
Dunstano.
Existen muchos documentos históricos sobre
San Etehvoldo. La biografía escrita por Aelfrico fue publicada por Stevenson en
Chronicon de Abingdon (Rolls Series). Hay varias ediciones de la biografía que
se atribuye a Wolstano; pero Armitage Robinson ha puesto en duda tal
atribución. Se encontrarán también algunas referencias al santo en Historia
Eliensis, en los escritos de Guillermo de Malmesbury, etc. Véase T. Symons,
Regularis Concordia (1954).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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can.: culto local
país: Francia - †: s. VI
país: Francia - †: s. VI
En la isla Vinduneta
(hoy Besné), cerca de Nantes, en Francia, santos Friardo y Secundino, este
último diácono, ambos eremitas.
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