San Salonio de Ginebra, monje y obispo
fecha: 28 de septiembre
n.: c. 400 - †: d. 450 - país: Suiza
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
n.: c. 400 - †: d. 450 - país: Suiza
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
Elogio: En Ginebra, en la región de Helvecia, san Salonio, obispo, y antes
monje en la isla de Lérins, que, durante su obispado, afirmó la doctrina del
papa san León Magno y explicó en sentido místico las Sagradas Escrituras.
refieren a este santo: San Euquerio de
Lyon, San Verano de
Vence
Salonio nació en torno al año 400. Su
padre, san Euquerio,
arzobispo de Lyon, fue el autor de la célebra «Passio Agaunensium Martyrum». Su
mujer, Gallia, le dio dos hijos, el propio Salonio y Verano. Cuando Euquerio
quedó viudo, se retiró al monasterio fundado por san Honorato en unas de las
islas de Lérins, y llevó consigo a sus dos hijos, se recibieron aquí una óptima
formación. Basta con citar entre aquellos que fueron sus maestros a Hilario de
Arlés y a Salviano y Vicente de Lérins.
En seguida Verano llegó a ser obispo de
Vence, y Salonio obispo de Ginebra, lo más tarde en el 439. Salonio sucedió a
san Isaac, primer obispo de tal sede. Participó activamente de la vida de la
Iglesia, en particular en los concilios de Orange del 441, Vaison, en 442 y
Arlés en el 451. Hombre de gran cultura, escribió una importante obra,
«Expositio mystica in Parabolas Salomonis et in Ecclesiastem», comentario a los
libros bíblicos de los Proverbios y de Qohelet bajo la forma de preguntas y
respuestas. Se conserva también una carta que envvió al papa san León I Magno.
Es interesante constatar que otros autores
le dedicaron obras, e incluso su propio padre le dirigió sus «Libros de
instrucciones», en los que propone respuestas a ciertas preguntas sobre la
Biblia y explica palabras y expresiones del griego y del hebreo. Salviano,
obispo de Marsella, le dedicó su «De gubernatione Dei» (Del gobierno de Dios),
y varias cartas. Salonio murió el 28 de septiembre de un año imprecisado,
probablemente al inicio de la segunda mitad del siglo V.
Traducido para ETF, con escasos cambios,
de un artículo de Fabio Arduino.
fuente: Santi e Beati
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3530
San Fausto de Riez, monje y obispo
fecha: 28 de septiembre
†: d. 485 - país: Francia
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: d. 485 - país: Francia
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Riez, lugar de Provenza, en la Galia, san Fausto, obispo, y antes
abad de Lérins, que contra los arrianos escribió sobre el Verbo Encarnado y el
Espíritu Santo consubstancial al Padre y al Hijo y coeterno con ellos, y fue
exiliado por el rey Eurico.
refieren a este santo: San Félix IV
A menudo se hacen referencias a Fausto de
Riez como al principal exponente y el defensor de lo que ahora se conoce como
el semi-pelagianismo, pero con mayor frecuencia se olvida que fue un hombre
justo y santo, cuyo nombre aparece en varios martirologios y cuya fiesta se
observa en diversas iglesias del sur de Francia. Nació en los primeros años del
siglo quinto, en las Islas Británicas, según afirman sus contemporáneos, san
Avitio y san Sidonio
Apolinar, aunque más probablemente vino al mundo en Bretaña. Se
dice que inició su vida pública como abogado, pero, si así fue, no duró mucho
en el ejercicio de la profesión, puesto que fue monje en Lérins, antes de que san Honorato,
el fundador de aquel monasterio, lo abandonase, en el año de 426. Después de
haber sido ordenado sacerdote, pasó unos ocho años tranquilos y desprovistos de
acontecimientos en el monasterio y entonces fue elegido abad, cuando san Máximo dejó
vacante el puesto para hacerse cargo de la sede episcopal de Riez. San Honorato
y san Sidonio no se quedan cortos cuando se trata de alabar las virtudes y los
méritos de Fausto, y san Sidonio dice que su observancia de las reglas y su
regularidad eran semejantes a las de los padres del desierto y que, además,
tenía el don de la elocuencia y de la improvisación. El mismo santo relata en
una de sus cartas cómo él mismo gritó entusiasmado durante uno de los sermones
de Fausto. En aquellos tiempos, los aplausos y aun las aclamaciones en las
iglesias, eran cosa corriente.
Así como había sucedido a san Máximo en el
cargo de abad del monasterio, le siguió en la sede episcopal de Riez, después
de haber gobernado a los monjes de Lérins durante veinticinco años. En el
panegírico que pronunció durante los funerales de su predecesor, Fausto
exclamó: «¡Lérins ha mandado dos obispos a Riez sucesivamente! Del primero, se enorgullece;
del segundo se avergonzará». Por cierto que Lérins no tuvo de qué avergonzarse.
Fausto fue un obispo tan bueno y eficaz, como antes había sido abad. Se esforzó
por fundar nuevos monasterios en toda la extensión de su diócesis; mantuvo
siempre las prácticas de mortificaciones y penitencias que acostumbraba en el
claustro, sin dejar por ello de cumplir escrupulosamente todos sus deberes
episcopales y sin cesar en su lucha por conservar la pureza de la fe, por lo
que siempre se opuso vigorosamente al arrianismo y a los errores de Pelagio, a
quien llamaba «el pestilente maestro».
Cierto sacerdote llamado Lúcido predicaba
la doctrina herética que negaba a Dios la voluntad de salvar a todos los
hombres y afirmaba que la salvación o la condenación dependen exclusivamente
del juicio de Dios, sin que cuenten para nada las acciones del libre albedrío
del hombre y sus méritos o perjuicios consecuentes. Para tratar de las herejías
del sacerdote Lúcido, el obispo convocó en 475 dos sínodos en Arles, y en el curso
de los mismos el propio san Fausto convenció a Lúcido para que se retractase de
sus errores y le indujo a que escribiese un tratado contra sus enseñanzas para
demostrar que eran «erróneas, blasfemas, heréticas, fatalistas y conducentes a
la inmoralidad». El obispo Fausto colaboró por su parte con dos tratados sobre
el libre albedrío y la gracia para refutar tanto al pelagianismo como al
predestinacionismo. Al escribir estas obras, tuvo que abordar algunos puntos de
vista de san Agustín y, al hacerlo, se plegó al error semi-pelagiano de que, si
bien la gracia es necesaria para el cumplimiento de las buenas obras, no lo es
para emprenderlas. San Fausto erró de buena fe y lo propio hizo san Juan Casiano,
pero, si bien fue violentamente atacado en cuanto aparecieron sus libros, no se
le condenó definitivamente sino hasta la celebración del Concilio de Orange, en
529. Pero sus actividades teológicas le crearon un enemigo más brutal en otro
terreno. Eurico, el rey de los visigodos arrianos, quien tal vez recibió cierto
respaldo político por parte de Fausto, dominaba una buena parte del sur de las
Galias. Ese monarca se sintió ofendido por los ataques de Fausto contra el
arrianismo y, en consecuencia, el obispo fue expulsado de su sede, alrededor
del año 478, y tuvo que vivir por fuerza en el exilio hasta la muerte de
Eurico, pocos años más tarde. Entonces regresó para continuar en el gobierno de
su grey hasta el día de su muerte, que ocurrió cuando ya había cumplido los
noventa años. Su memoria fue muy venerada por parte del pueblo, y entre los
fieles de su grey costearon la construcción de una basílica en su honor. San
Fausto figura de manera prominente entre el grupo de escritores que dio fama a
Lérins, y algunos de sus escritos, cartas y discursos, existen y se leen
todavía.
La vida y actividades de Fausto de Riez
ocupan sesenta páginas del Acta Sanctorum, sept. vol. VII. También hay una
monografía de A. Koch, Der hl. Faustas von Riez (1895). Una introducción más
detallada a las obras de Fausto, con amplias referencias bibliográficas, se
encuentra en la Patrología de Quasten-Di Berardino, tomo IV, págs. 317-323,
BAC, 2000. En los días que rodean la Epifanía se utiliza en el Oficio de
Lecturas un sermón del santo sobre las nupcias de
Cristo y la Iglesia.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
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