San Wenceslao, mártir
fecha: 28 de septiembre
n.: c. 907 - †: 929/935 - país: República Checa
otras formas del nombre: Venceslao, Wenzeslaus, Wenzel, Václav
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: c. 907 - †: 929/935 - país: República Checa
otras formas del nombre: Venceslao, Wenzeslaus, Wenzel, Václav
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: San Wenceslao, mártir, duque de Bohemia, que,
educado por su abuela santa Ludmila en sabiduría divina y humana, fue severo
consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los
pobres, pues redimió, para ser bautizados, a esclavos paganos que estaban en
Praga para ser vendidos. Después de sufrir muchas dificultades en el gobierno
de sus súbditos, así como en formarlos en la fe, traicionado por su hermano
Boleslao, fue asesinado por sicarios en la iglesia de Stara Boleslav, en Bohemia.
Oración: Señor, Dios nuestro, que inspiraste a tu mártir
san Wenceslao preferir el reino de los cielos al reino de este mundo,
concédenos, por sus ruegos, llegar a negarnos a nosotros mismos para seguirte a
ti de todo corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén (oración litúrgica).
No se puede decir que el
bautismo de Borivoy, rey de Bohemia, y el de su esposa, santa Ludimila,
tuviese como consecuencia la conversión de un gran número de sus súbditos
puesto que, por el contrario, la mayoría de las más poderosas familias checas
se oponían enérgicamente a la nueva religión. A partir del año de 915,
Ratislav, el hijo de Borivoy, gobernó todo el reino. El joven príncipe se había
casado con Drahomira, una doncella que se decía cristiana, hija del jefe de los
eslavos del norte, los veletianos. De aquel matrimonio nacieron dos hijos: Wenceslao,
que vino al mundo el año de 907, cerca de Praga, y Boleslao. Santa Ludimila, la
abuela, arregló las cosas de tal manera, que la crianza y educación del mayor
de sus nietos le fuera confiada enteramente, y así pudo alimentar el corazón de
Wenceslao en el amor de Dios. En esta tarea Ludimila se valió de la ayuda del
sacerdote Pablo, su capellán, quien había sido discípulo de san Metodio y
había bautizado a Wenceslao. Bajo el tutorazgo de aquellos dos personajes, se
afirmaron las virtudes inculcadas en el espíritu del joven y, cuando tuvo la
edad suficiente para asistir al colegio de Budech, «hablaba, leía y escribía el
latín como cualquier obispo y leía el eslavo con facilidad». Era todavía muy
joven cuando su padre murió en una de las batallas contra los magiares, y su
madre, Drahomira, asumió el gobierno e impuso una política anticristiana o
«secularista». Es casi seguro que, al hacer esto, la reina actuaba bajo la
presión de los elementos semipaganos de la nobleza, pero de todas maneras, el
cambio de política dio como resultado que Drahomira experimentase terribles
celos ante la influencia que ejercía santa Ludimila sobre su hijo mayor y que
denunciase a la santa como a una usurpadora que había formado a Wenceslao para
el convento y no para el trono. Ludimila, afligidísima por aquellas acusaciones
y muy preocupada por los desórdenes públicos y la lucha contra una religión que
ella y su esposo habían establecido a costa de innumerables dificultades, optó
por cortar por lo sano y, mediante largas y graves conversaciones con
Wenceslao, trató de convencerle de la necesidad urgente que había de que tomase
las riendas del poder en sus manos para salvaguardia del cristianismo. Los
nobles se enteraron de aquellos manejos, y dos de ellos fueron enviados al
castillo de santa Ludimila, en Tetin, donde la estrangularon a fin de que,
privado de su apoyo, Wenceslao no pudiese emprender el gobierno de su pueblo.
Sin embargo, los acontecimientos tomaron un curso diferente al previsto: la
reina Drahomira, por intereses ajenos a la cuestión, fue expulsada del trono y,
por voluntad del pueblo, Wenceslao fue proclamado rey. Como primera medida, el
joven monarca anunció que apoyaría decididamente a la Ley y a la Iglesia de
Dios, que impondría castigos muy severos a los culpables de asesinato o de
ejercer la esclavitud y que se comprometía a reinar con justicia y
misericordia. Mandó traer a su madre que se hallaba desterrada en Budech y
desde entonces, la ex reina vivió en la corte sin intervenir para nada en el
gobierno de Wenceslao.
En ocasión de una
asamblea de regentes, convocada y presidida por Enrique I el Cazador, rey de
Alemania, el joven Wenceslao llegó con mucho retraso e hizo esperar a todos los
demás cuando se abrieron las sesiones. Algunos de los príncipes le enviaron un
mensaje para hacerle saber que se consideraban ofendidos por su tardanza y
Wenceslao mandó decir a la asamblea que le apenaba muchísimo su impuntualidad,
que se le había ido el tiempo en la práctica de sus devociones y que pedía,
como merecido castigo a su descortesía, que ninguno de los gobernantes ahí
reunidos le presentara sus saludos cuando arribase. No obstante aquella
petición, el propio rey Enrique, quien verdaderamente admiraba y respetaba la
devoción del joven, le recibió con todos los honores. En el curso de aquella
reunión, Wenceslao solicitó la gracia especial de que le fuera concedida a su
país la conservación de una parte de las reliquias de san Vito. La petición fue
otorgada: un brazo del santo fue cedido a Bohemia y, para guardar la reliquia,
el joven monarca comenzó a construir, en Praga, una gran iglesia, precisamente
en el sitio donde ahora se encuentra la catedral. En el terreno político,
Wenceslao cultivó las relaciones amistosas con Alemania y protegió la unidad de
su país, gracias a la medida diplomática de reconocer el rey Enrique I como el
señor de todas aquellas tierras y como al legítimo sucesor de Carlomagno. Aquella
política, adoptada alrededor del año 926, unida a la energía con que combatió
la opresión y otros excesos practicados por los nobles, hicieron prosperar a
Bohemia, pero al mismo tiempo, provocaron la creación de un partido de
oposición, formado principalmente por los que se hallaban contrariados a causa
de la influencia que ejercía el clero sobre Wenceslao. Fue por entonces cuando
éste se casó y, al nacer su hijo primogénito, el hermano menor del rey,
Boleslao, resentido al ver que se perdía la ocasión para ascender al trono, se
unió al partido de los descontentos.
En el mes de septiembre
del año 929, Wenceslao recibió una invitación de su hermano Boleslao para que
se trasladara a la localidad de Stara Boleslav a fin de tomar parte en los
festejos en honor de los patronos del lugar, santos Cosme y Damián. En la noche
del día de la celebración, terminados los festejos, Wenceslao recibió la
advertencia de que su vida corría peligro, pero hizo caso omiso de ella. Se
unió a los otros convidados, se sentó a la mesa con ellos, hizo un brindis
especial «en honor de san Miguel, a quien rogamos que nos lleve por el camino
de la paz hacia la felicidad eterna» y, luego de retirarse a orar, se acostó a
dormir. Aún no despuntaba el alba del día siguiente cuando Wenceslao, que salió
de la casa donde moraba para asistir a la misa, se encontró con Boleslao y se
detuvo para darle las gracias por su invitación y su hospitalidad. «Ayer
-repuso Boleslao con tono frío- hice cuanto pude por servirte como corresponde,
pero hoy es otro día y todo el servicio que puedo darte es éste...» Y, con la
rapidez del rayo, sacó el puñal y se lo clavó a su hermano en mitad del pecho.
Ambos cayeron al suelo trenzados en lucha e inmediatamente acudieron los amigos
de Boleslao que acribillaron a puñaladas al rey. Antes de lanzar el último
aliento, sobre los escalones de la entrada a la capilla bañados con su sangre,
Wenceslao tuvo tiempo de exclamar: «¡Dios te perdone, hermano!» Inmediatamente,
el propio pueblo del joven monarca le aclamó como a un mártir de la fe (a pesar
de que parece ser que su asesinato tuvo muy poco que ver con el asunto de la
religión) y, por lo menos hacia el año de 984, ya se celebraba su fiesta en
toda Bohemia. Boleslao, perseguido por los remordimientos y el terror, sobre
todo cuando comenzaron a circular las noticias de los milagros que se
realizaban en la tumba de Wenceslao, mandó que los restos fuesen trasladados a
la iglesia de San Vito, en Praga, tres años después del asesinato. El santuario
se convirtió en seguida en un centro de peregrinaciones y, a principios del
siglo once, ya se veneraba a san Wenceslao, Svaty Vaclav, como al santo patrón
del pueblo de Bohemia.
En su contribución a la
Analecta Bollandiana, vol. XLVIII (1930), pp. 218-221, Fr. Paul Peeters pasa
revista a las más destacadas muestras literarias procedentes de Chequia, la
mayoría escritas en checo, en la ocasión de celebrarse el milenario de san Wenceslao,
en el año 1929. Por desgracia, como indica el propio Fr. Peeters, la mayor
parte de esa literatura se halla influenciada por los sentimientos políticos y
raciales. Una biografía un tanto superficial, pero hecha con buen juicio, es la
que escribió F. Dvornik (1929) y que al mismo tiempo apareció en francés, en
inglés y en checo. La biografía que escribió en alemán A. Naegle, Der h.
Wenzel, der Landespatron Bohemens (1928), es representativa de un punto de
vista que, a veces, resulta adverso al de Dvornik. Este tiene por auténtica la
Vida de San Wenceslao, escrita por el monje Christian, pero hay muchos
investigadores y estudiosos que no están de acuerdo con él. Los bolandistas
adjudican amplio espacio a su comentario sobre San Wenceslao en sus notas sobre
el Martirologio Romano (1940), pp. 421-422. Véase también el Acta Sanctorum,
sept. vol. VII. Por comisión de Benedicto XIV, se recomendó la eliminación de
la festividad de este santo del calendario general (sin embargo debe notarse
que subsiste como memoria facultativa incluso en la última revisión -2001- del
Martirologio Romano).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler»,
Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando
figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio
no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por
favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo
Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3523
Santos Lorenzo Ruiz y quince compañeros, mártires
fecha: 28 de septiembre
†: 1633-1637 - país: Japón
canonización: B: Juan Pablo II 18 feb 1981 - C: Juan Pablo II 18 oct 1987
hagiografía: Vaticano
†: 1633-1637 - país: Japón
canonización: B: Juan Pablo II 18 feb 1981 - C: Juan Pablo II 18 oct 1987
hagiografía: Vaticano
Elogio: Santos Lorenzo de Manila Ruiz y quince compañeros, mártires, tanto
presbíteros como religiosos y seglares, sembradores de la fe cristiana en
Filipinas, Formosa y otras islas japonesas, a causa de lo cual, por decreto del
supremo gobernador de Japón, Tokugawa Yemitsu, en distintos días, pero
celebrados en una única conmemoración, consumaron en Nagasaki su martirio por
amor a Cristo. Sus nombres son: santos Domingo Ibáñez de Erquicia, Jacobo
Kyuhei Gorobioye Tomonaga, Antonio González, Miguel de Aozaraza, Guillermo
Courtet, Vicente Shiwozuka, Lucas Alonso Gordo, Jordán (Jacinto) Ansalone y
Tomás Hioji Rokuzayemon Nishi, presbíteros de la Orden dominicana; Francisco
Shoyemon, Miguel Kurobioye y Mateo Kohioye, religiosos de la misma Orden;
Magdalena de Nagasaki, virgen de la Tercera Orden de San Agustín; Marina de
Omura, virgen de la Tercera Orden dominicana; Lázaro de Kyoto, seglar.
Oración: Concédenos, Señor y Dios nuestro, la
constancia de ánimo de tus santos mártires Lorenzo Ruiz y compañeros para
servirte a ti y al prójimo, ya que son felices en tu reino los que han sufrido
persecución por causa de la justicia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Fueron canonizados el 18 de octubre de
1987, en Plaza de San Pedro, por SS Juan Pablo II. Estos son algunos datos de
cada uno, ordenados según el año en que dieron su martirio:
-1633, agosto y octubre:
Domingo Ibáñez De Erquicia, español,
sacerdote dominico. Nace en Régil (San Sebastián), hijo de la Provincia de
España hasta su afiliación a la Provincia del Rosario. En Manila enseña en el
Colegio de Santo Tomás y predica el Evangelio en diferentes lugares de
Filipinas. Pasa a Japón en 1623, donde trabaja clandestinamente. Denunciado por
un cristiano apóstata, es encarcelado y ajusticiado. Desempeñó un importante
papel, como Vicario provincial de la misión. Se conserva una parte de su
epistolario. Edad, 44 años.
Francisco Shoyemon, japonés, cooperador
dominico. Compañero de apostolado del P. Ibáñez de Erquicia. Arrestado en 1633,
toma el hábito dominicano en la cárcel. Es ajusticiado junto a su padre
espiritual.
Santiago Kyushei Tomonaga De Santa María,
japonés, sacerdote dominico. De familia noble cristiana de Kyudetsu, estudia
con los jesuitas en Nagasaki. Es expulsado del Japón en 1614 cuando era
catequista. En Manila se ordena sacerdote, misionero en Taiwan, regresa a su
patria en 1632, con la finalidad de ayudar a sus hermanos cristianos. Es
arrestado y torturado, muriendo por «ser religioso y haber propagado la fe
evangélica». Es el de mayor edad del grupo: 51 años.
Miguel Kurobioye, japonés, catequista
laico. Compañero de apostolado del P. de Santa María, OP, es encarcelado y
torturado, revelando el escondite del P. de Santa María. Arrepentido, va con él
al martirio, confesando su fe.
Lucas Alonso Del Espíritu Santo, español,
sacerdote dominico. Nace en Carracedo (Astorga), dominico de la Provincia de
España, se pasa a la Provincia del Rosario en 1617. Profesor en el Colegio de
Santo Tomás de Manila, misionero en Cagayan, en 1623 va al Japón donde trabaja
con gran coraje y riesgo de su vida durante diez años. Arrestado en Osaka en
1633, fue torturado y martirizado en Nagasaki. Edad, 39 años.
Mateo Kohioye Del Rosario, japonés,
natural de Arima. Catequista y ayudante del P. Lucas Alonso, se hace novicio de
la Orden. Arrestado en Osaka en 1633, rechaza toda propuesta de dinero y
soporta horribles torturas, permaneciendo fiel a Cristo, hasta la muerte. Tenía
18 años.
-1634, octubre-noviembre:
Magdalena De Nagasaki, japonesa, terciaria
agustina y dominica. Hija de cristianos martirizados, se consagra a Dios y es
guiada espiritualmente por los agustinos recoletos y después por el dominico
Ansalone. Después del arresto del P. Ansalone, Magdalena se presenta a la
guardia proclamándose cristiana. Torturada en forma cruel, inamovible en su fe,
es colgada del patíbulo donde permaneció viva durante trece días.
Marina De Omura, japonesa. En 1626 ingresa
en la Tercera Orden Dominicana, siendo de gran ayuda para los misioneros.
Arrestada en 1634, es sometida a vergonzosas humillaciones y finalmente
conducida a la hoguera, dando un sublime ejemplo de «mujer fuerte».
Jacinto Jordán Ansalone, italiano,
sacerdote dominico. Nativo de S. Stefano Quisquina (Agrigento), habiendo
profesado en la Provincia de Sicilia, pasa a la Provincia del Rosario. En
Filipinas desarrolla su apostolado entre los pobres y enfermos. En el año 1632
va al Japón, donde trabaja por dos años. Arrestado en el 1634, soporta con
firmeza las torturas, y es colgado del patíbulo, a los 36 años.
Tomás Hioji Nishi De San Jacinto, japonés,
sacerdote dominico. Hijo de cristianos martirizados de Hirado, y discípulo de
los jesuitas de Nagasaki. Expulsado de su país por la persecución, emigra a
Manila en el año 1614. Estudiante en el Colegio de Santo Tomás, se traslada a
las misiones de Taiwan, regresando posteriormente a su patria en plena
persecución religiosa. Entre grandes peligros trabaja durante cinco años.
Arrestado, es torturado y condenado a muerte. Tenía 44 años.
-1637, septiembre: En el año 1636 los
dominicos de Manila organizaron una expedición de voluntarios a fin de ayudar a
los cristianos del Japón. Cuando llegaron a la isla de Okinawa fueron
arrestados y permanecieron en la cárcel más de un año antes de ser trasladados
y condenados a muerte por el tribunal de Nagasaki. Ellos son:
Antonio González, español, sacerdote
dominico. Natural de León, se hace dominico en la Provincia de España y después
se pasa a la Provincia del Rosario, trasladándose a Manila en 1631, en donde
será profesor y rector del Colegio de Santo Tomás, siendo un hombre de mucha
oración y penitencia. En 1636 guía un grupo de misioneros al Japón, donde es
rápidamente arrestado y muere en la cárcel después de un año, extenuado por los
tormentos. Tenía 45 años.
Guillermo Courtet o Tomas De S. Domingo,
francés, sacerdote dominico. Nacido en Sérignan (Montpellier), de familia
noble, ingresa como dominico en la Congregación reformada de San Luis, pasa a
la Provincia del Rosario y se traslada a Filipinas, en 1634, en donde es
profesor del Colegio de Santo Tomás. En Japón murió entre torturas elevando
alabanzas a la Virgen del Rosario y recitando salmos, a los 47 años.
Miguel De Aozaraza, español, sacerdote
dominico. Natural de Oñate (Guipúzcoa), ingresa como dominico en la provincia
de España y posteriormente se pasa a la Provincia del Rosario. En Filipinas
trabaja en la Misión de Bataan (Luzón). Rehusó apostatar de su fe y aceptó con
alegría tremendos suplicios. Edad, 39 años.
Vicente Schiwozuka De La Cruz, japonés,
sacerdote dominico. De familia cristiana, discípulo de los jesuitas de
Nagasaki, catequista. En 1614 es expulsado del Japón por ser cristiano. En
Manila se ordena de sacerdote y desarrolla su apostolado entre los exilados
japoneses. Antes de regresar a su patria con el P. González, toma el hábito dominicano
en 1636. Después de un año de cárcel y torturado cede a la apostasía, pero
rápidamente se arrepiente y sale con los demás compañeros camino del patíbulo,
profesando su fe.
Lázaro De Kyoto, japonés, laico. Atacado
por la lepra, es deportado con otros leprosos cristianos en Filipinas. En 1636
se une como guía e intérprete del grupo del P. González; no resistiendo las
torturas, reniega por pocas horas de la fe, pero arrepentido muere por Cristo
junto a los demás.
Lorenzo Ruiz, filipino, laico. Nacido en Binondo
(Manila) de padre chino y madre filipina. Educado por los dominicos y ayudante
de ellos, se hace miembro de la Confraternidad del Rosario. Se casa y es padre
de tres hijos. Implicado en un oscuro hecho de sangre, se unió al grupo del P.
González para salvarse. En Japón fue arrestado y se declaró dispuesto a dar mil
veces la vida por Cristo. Es el Protomártir de Filipinas.
fuente: Vaticano
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
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