EN CRISTO SE REVELAN LAS TRES DIMENSIONES DE LOS VERDADEROS GRANDES
VIGÉSIMOQUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
23 de Septiembre de 1979
Sabiduría 2, 17-20Santiago 3, 16-18.4, 1-3
Marcos 9, 29-36
Queridos hermanos:
- Ofrecimiento de la cuarta carta pastoral y edición de Puebla.
Gracias a Dios, está ya en circulación la cuarta carta Pastoral que les recomiendo mucho, porque es un esfuerzo por dar a este momento del país la palabra de nuestra Arquidiócesis. Al mismo tiempo es la presentación oficial del documento de Puebla a nuestra comunidad arquidiocesana para que -según es el deseo del Papa- muy pronto se hagan vida estas sabias directrices pastorales. Nuestra Arquidiócesis quiere ponerse siempre dócil a la voluntad del Papa, iluminada siempre por el magisterio de la Iglesia universal y continental.
Esto nos da mucha fortaleza, por eso quisiera que todos los que se sienten comprometidos con nuestra Arquidiócesis, y aún aquellos que nos critican también, estudien cuál es el pensamiento auténtico, no falseado, de nuestra Arquidiócesis.
- El hombre, primer camino que la Iglesia quiere recorrer en cumplimiento de su misión.
En esta carta pastoral se resalta -según es el pensamiento del Papa actual y de Puebla- la doctrina sobre el hombre. En un afán de querer ser dócil a esta voluntad y a esta doctrina, copiamos: "El hombre por su dignidad e imagen de Dios merece nuestro compromiso en favor de su liberación y total realización en Cristo Jesús. Sólo en Cristo se revela la verdadera grandeza del hombre y sólo en Él es plenamente conocida su realidad más íntima; por eso hablamos del hombre y le anunciamos el gozo de verse asumido y enaltecido por el propio Hijo de Dios, que quiso compartir con él las alegrías, los trabajos y sufrimientos de esta vida y la herencia de una vida eterna".
- Necesitamos conocer el "Misterio del Mesías".
- Cada domingo
Cabalmente a eso venimos a misa todos los domingos: a conocer a Cristo y su gran misterio. Al tratar de conocer el misterio de Cristo nos estamos descubriendo a nosotros mismos. Nadie tiene una idea tan exacta del hombre como aquel que reflexiona en Cristo. "El misterio del hombre -ha dicho el Vaticano II- no se descifra sino en el misterio del Hijo de Dios que se hizo hombre".
Primera parte: San Marcos el misterio del Mesías.
Cabalmente la lectura del evangelio de San Marcos que va marcando domingo a domingo nuestro estudio del Cristo, en este año nos ha presentado el primer aspecto: en la primera parte del año que culminaba el domingo pasado: el misterio del Hijo de Dios, del Mesías, hasta lograr una confesión maravillosa en San Pedro: "¡Tú eres el Mesías!".
Segunda parte: el misterio del Hijo del Hombre.
Pero Cristo comienza la segunda parte de su evangelio a explicarnos que ese Mesías es también el Hijo del Hombre. Así podía titularse la segunda parte del evangelio de San Marcos: el evangelio del Hijo del Hombre. Porque es allí donde Cristo perfila la figura del Mesías, no un falso Mesías triunfalista, de conquistas fáciles, de dominaciones mundiales que afloran casi espontáneas, milagrosas. ¡No! Es un mesianismo que hay que conquistar con la cruz, el sufrimiento y el dolor. Es un Mesías que tiene que encarnar en su grandeza divina el dolor del Siervo de Yahvé. El Siervo que aparece ya en Isaías: escupido, azotado, coronado de espinas, humillado como no ha habido otro hombre. Esto extrañaba a los que esperaban un Mesías triunfal: ¿Cómo puede ser un Mesías doliente? Ese empalme del triunfo y del dolor es lo que está trabajando Cristo en estas páginas que se ponen a consideración en estos domingos desde el domingo pasado.
Por eso, la doctrina sobre el hombre y nuestra reflexión sobre Cristo van paralelas. Y yo creo que hoy, más que nunca, en El Salvador necesitamos conocer a Cristo. Hoy se necesitan cristianos y desde el cristianismo serán los verdaderos liberadores del hombre; si no, se nos darán movimientos políticos violentos, agresivos, de extrema derecha o de extrema izquierda. Pero no nos darán al verdadero hombre. Es del cristianismo -de ustedes queridos hermanos, comunidades que reflexionan la Palabra de Dios como lo estamos haciendo hoy para conocer el misterio de Cristo- de donde saldrán los verdaderos liberadores que la patria necesita.
Seamos cristianos actuales, no nos asustemos de las audacias de la Iglesia actual. Con la luz de Cristo iluminemos al hombre hasta en sus antros más horrorosos: la tortura, la prisión, el despojo, la marginación, la enfermedad crónica. El hombre oprimido hay que salvarlo pero no con una salvación revolucionaria solamente a lo humano, sino con la revolución santa del Hijo del Hombre que muere en la cruz precisamente para limpiar la imagen de Dios que se ha manchado en la humanidad actual tan esclavizada, tan egoísta, tan pecadora.
EN CRISTO SE REVELAN LAS TRES DIMENSIONES DE LOS VERDADEROS GRANDES
Sólo serán grandes los que llenen estas tres dimensiones:
1ª. La justicia que se prueba en la persecución.
2ª. Un servicio animado por el amor.
3ª. Una trascendencia que identifica con Dios hasta a los más pequeños y humildes.
¡Esta es la verdadera liberación! La que se anuncia en las lecturas de hoy, principalmente en el evangelio: en Cristo se revelan las tres dimensiones de los verdaderos grandes. Yo creo, hermanos, que los santos han sido los hombres más ambiciosos. Los que han querido ser grandes de verdad. Y son los únicos verdaderamente grandes. Ni los heroísmos de la tierra pueden llegar a las alturas de un santo. Eso es lo que yo ambiciono para todos ustedes y para mí: que seamos grandes, ¡ambiciosamente grandes! Porque somos imágenes de Dios y no nos podemos contentar con grandezas mediocres.
Quiero para todos la envidiable aspiración de la grandeza, pero según estas dimensiones que Cristo nos ofrece hoy; si no, no hay verdadera grandeza.
1º LA JUSTICIA QUE SE PRUEBA EN LA PERSECUCION
a) Paralelo evangelio - primera lectura.
¡Qué hermoso paralelo nos ofrece la liturgia de hoy! Entre la primera lectura del libro de la Sabiduría hablándonos de la persecución de los impíos contra el justo. Unas palabras que las oímos en el evangelio nos narra la burla de los enemigos de Cristo crucificado ya, muriendo y riéndose de Él: "¡Bah!, decía que era Hijo de Dios. ¡Que venga y nos salve! ¡Creemos en Él si baja de la cruz!" Era la burla de los impíos contra el justo tal como hoy leemos en la primera lectura, del libro de la Sabiduría. - Segundo anuncio de la pasión... difícil tarea.
Ese paralelo con el evangelio de hoy que nos cuenta la segunda vez que Cristo anuncia su pasión. ¡Tres veces en el evangelio de San Marcos! La primera fue el domingo pasado. En la pintoresca región de Cesarea de Filipo, allá en las faldas del monte Hermón, junto al Lago de Genesaret. Hoy desciende de aquellas alturas, y caminando a las orillas del lago llegan hasta lo que Él llamaba "su ciudad", Cafarnaum. Quizá en la casa de Pedro es donde sucede el episodio de hoy.
Al llegar, Cristo les explica nuevamente que el Hijo del Hombre ha de sufrir, ha de ser entregado; ¡lo van a matar, pero al tercer día resucitará! Otra vez la preciosa síntesis del anuncio de Cristo. Esto es Cristo, lo que vamos a decir en el momento de la consagración: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección". Ahí está la esencia del cristianismo: el Cristo tiene que morir humillado pero resucitará al tercer día. Este es el camino de la verdadera salvación.
- No entendían, les daba miedo preguntarle.
Es el Hijo del Hombre cuyo anuncio de sufrimiento los apóstoles no entienden. "No le entendían -dice el evangelio de hoy- y tenían miedo de preguntarle". Tenían miedo de preguntarle porque intuían que les iba a afirmar y les iba a aclarar horrorosamente lo que tenía que sufrir. Y como no queremos saber las cosas que no queremos... Ahí se explica muchas veces por qué no se quiere aceptar una Iglesia perseguida, no se quiere oír de una persecución y parece que todo eso es demagogia.
Tienen miedo de preguntarle a Cristo el por qué del sufrimiento. En vez de rehuir una explicación cruda y sangrienta, hay que enfrentarse, y preguntar, y hacer nuestra esa persecución. Eso es lo que Cristo quiere: ¡No tengan miedo, tienen que seguirme si quieren ser fieles! ¡Niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame! Sólo así tendré verdaderos seguidores. No quiero cristianos miedosos. No tengan miedo. Entérense bien de la persecución. Sepan que este es el único camino auténtico del que quiere salvar al mundo junto a mí.
b) ¿Por qué la persecución?
¿Por qué la persecución hermanos? Porque es la verdadera fuerza de la redención de la voluntad de Dios: "Padre, si es posible, quita de mí este cáliz. ¡Pero no se haga como yo quiero sino como Tú!" Y Cristo tuvo que sorber el cáliz amargo de la pasión.
Cuando Pedro sacó su espada para defenderlo le dice: "Mete tu espada en la vaina, porque el que a hierro mata a hierro muere. Y tú ¿no crees que el Padre podía enviarme doce legiones de ángeles para librarme?" Pero es necesario cargar la cruz y aparecer como un vil condenado a muerte. No importa, así lo quiere el Padre. Es la voluntad del Padre que se lave con sangre de Cristo, Hijo de Dios, el pecado del mundo porque es muy grave. Ojalá pensáramos cuando somos rebeldes que la verdadera rebeldía es ésta; la rebeldía santa de Dios, que no se somete al pecado del hombre sin pedirle purificación. Fue necesario pedirle la sangre de su propio Hijo y no perdonarlo para que sobre sus espaldas cargara todas nuestras iniquidades.
c) Porque la buena conducta es reproche de los malos.
La primera lectura nos da la razón del por qué de la persecución. Ayer, en Guazapa, me preguntaban algunos catequistas: "¿por qué la persecución? Si predicamos el bien, ¿pro qué no nos quieren entender? Si nos reunimos para reflexionar la Palabra de Dios, ¿por qué nos mal informan como reuniones subversivas?" ¿Saben por qué? Ojalá tuviéramos la sabiduría de la lectura primera de hoy. Dicen los impíos: "¡Su actitud reprocha nuestros pecados!" Esta es la primera razón: ¡la actitud de los justos reprocha la actitud de los injustos! Es como cuando amanece el día que las tinieblas tienen que esconderse, huir. No puede compaginarse la justicia santa de Dios con el pecado del mundo. El mundo tiene que perseguir la cruz. Cristo lo dijo: "¡Amaron más las tinieblas que la luz!" Aquí podemos conocer de quién somos nosotros: si de Dios o de las tinieblas.
"Es ahora -les decía yo ayer en Guazapa- cuando se conoce quién es quién". Quienes son los verdaderos seguidores de Cristo a pesar de la persecución, del mal entendido, de la calumnia. Y no flaquean, porque saben que llevan la luz.
d) Porque la persecución prueba el ideal trascendente del verdadero grande.
Otra razón que encuentro en la primera lectura es que la persecución prueba, pone de manifiesto el ideal trascendente que uno lleva por dentro. "¡Se dice que es Hijo de Dios! ¡Probémoslo a ver si nos salva!" Pobrecitos, creen que todo se resuelve en la historia temporal. Creen que humillando a un cristiano entre torturas, entre prisiones, entre cárceles, están triunfando...
Decía San Agustín, hablando de los mártires: "¿Ves al verdugo con su espada triunfante sobre el cadáver del mártir? ¿Quién ha vencido?. ¡No hay duda de que ha vencido la víctima! El que ha vencido por la fuerza bruta de la espada no ha comprendido la grandeza del que ha sabido dar su vida por un ideal altísimo. Esta es la verdadera victoria que vence al mundo.
Pasará esta hora de prueba y quedará refulgente el ideal por el cual murieron tantos cristianos. Es una noche negra la que estamos viviendo, pero el cristianismo vislumbra que tras la noche ya fulgura la aurora, ya se lleva en el corazón la esperanza que no falla. ¡Va Cristo con nosotros! No temamos, somos Hijos de Dios, aunque se rían de ese título como se reían frente a Cristo: "Dice que es Hijo de Dios. ¡Que lo salve!" Y se reían pensando que habían triunfado sobre el Hijo de Dios. Cristo podía bajar de la cruz y aniquilar, hacer polvo a sus enemigos; sin embargo, esconde toda su grandeza por dentro porque tiene que salvar al mundo, precisamente, con esa convicción que los ciegos no pueden comprender.
Por eso, la persecución es necesaria para que los que llevan esa esperanza profunda en su alma la sometan a la prueba y para que, tal vez, así se conviertan los incrédulos y para que sepan que el horizonte de la historia no termina con la vida, sino que se extiende mucho más allá a donde llegan los ideales de los verdaderos hijos de Dios.
- Elogio de Juan Pablo II a Pablo VI: "Apóstol del crucificado".
He leído con cariño los elogios que el Papa Juan Pablo II ha hecho del Papa Pablo VI. Precisamente me viene -como dicen: como anillo al dedo- en esta dominica en que recordamos la razón de la persecución. Llama al Papa Montini un "Apóstol del Crucifijo". "Conocía la dimensión interior de la cruz. No fue ajeno a los insultos y faltas de respeto que sufrió como maestro y servidor de la verdad. No fue ajeno a la pena ni a la angustia".
Yo tuve la dicha de ver muy de cerca al Papa Pablo VI y veía en su mirada triste la serenidad del verdadero perseguido por la justicia. La encíclica Populorum Progressio fue llamada en las grandes revistas del mundo como "un recalentamiento de marxismo". Su maravillosa encíclica Humanae Vitae, en que prohibe todos los atropellos a las fuentes de la vida, verdadero defensor de la civilización, fue calumniada vilmente como "ignorante". El Papa dijo cuando firmaba aquella encíclica: "Nos ha costado todo un Getsemaní -la oración de Cristo en el huerto- porque sabemos que es duro lo que vamos a afirmar, pero es necesario". ¡Verdaderamente fue el Apóstol del Crucificado!
Qué bonito título para que de todo cristiano se pudiera decir lo mismo: "El Apóstol del Crucificado!". El que supo la filosofía y la teología profunda de la cruz y llevó esa teología en la intimidad de su corazón. No es cristiano el que no ha comprendido esta dimensión: del justo probando su justicia en la perque no ha comprendido esta dimensión: del justo probando su justicia en la persecución para nuestra Iglesia y no nos avergüenza. Aunque se quiera calumniar el motivo de la persecución, diciendo que es porque la Iglesia se ha metido en política, se ha hecho comunista, se ha hecho subversiva. Ya sabemos lo que esos términos significan ya que desde Cristo se lo aplicaron a Él para llevarlo al cadalso. Pero sabía Él que no moría por nada de eso, moría por obedecer al Padre que quería probar en la intimidad de su corazón la dimensión inmensa de los verdaderos grandes: la dimensión del sufrimiento, la dimensión del dolor.
Nadie se asuste, hermanos, de ser inocente y tener que sufrir. Cuanto más inocente es el que lleva la cruz más digno es de grandeza ante Dios. Esta semana yo celebré la misa por un niñito que murió víctima del cáncer. Le decía a sus padres afligidos y a los que acudían a la misa: Nadie se escandalice de que Dios tome estas medidas. Parece una injusticia. ¿Por qué este inocente? ¡No! ¿Es que Dios quiere demostrar ante el cielo y ante la historia que en esta tierra todo está perdido? De esta tierra donde hay tanta violencia y odio, tanta maldad y pecado, Dios es capaz de arrancar una florecita tan pura y llevarla a su reino y colocarla cerca de su trono. Los inocentes no se avergüencen de ser inocentes, ni se escandalicen de sufrir. Son las flores puras que en este valle de fango y de pecado Dios está cultivando. Son víctimas santas que Dios necesita para su purificación.
En ese mismo hospital hoy está sufriendo una niñita. Tendrá, quizá, unos diez años, ya víctima de cáncer. Le han operado la cabeza y sin duda va a morir. ¿Por qué esto, Señor? Aquí nos está dando la respuesta el libro de la Sabiduría: "Los impíos quieren echar en cara a Dios estas injusticias. Pero Dios devuelve la sentencia diciendo que la buena conducta de los inocentes es el reproche de los pecadores; y diciendo, también, que es necesario manifestar al mundo la trascendencia de lo humano, que no termina todo en la historia sino que Dios lo está cultivando todo para su vida eterna. Esto no es opio, sino que es darle el verdadero valor a la vida que sufre aquí abajo.
¡Cuánto sufrimiento! ¡cuánta pobreza! ¡cuánta choza! donde hasta el mismo gobierno ha dicho: "En condiciones absolutamente carentes de higiene, de salud y de subsistencia". ¿Por qué esto, Señor? El pecado de los malos. Al mirar esas injusticias, naturalmente que se escandaliza el pecador que disfruta y que no deja margen para una vivienda más decente al pobrecito que está sufriendo. Le está echando en cara la propia injusticia que está cometiendo. Pero Dios está santificando el dolor y nos debemos de convertir. Como decía el Papa también, hablando de la Virgen al pie de la cruz: "No era un sufrimiento de alienación. María no recibía con conformismo estas injusticias del imperio. María sabe -y lo canta en su Magnificat- que Dios es capaz de despachar vacíos a los soberbios y, si es necesario, botar de sus tronos a los poderosos cuando la injusticia ya es demasiada"...
Ojalá que la lección de Cristo que nos quiere dar a través del evangelio de San Marcos sea comprendida y hecha vida en este tiempo en que la necesitamos de verdad. Necesitamos que nuestra pobreza, que nuestra marginación, nuestro sufrimiento, nuestra hambre, nuestro subdesarrollo, no sea sólo inspiración de violencias, inspiración de venganzas o de odio; sea sobre todo, inspiración de verdadera liberación. Ofrecerlo como Cristo aceptó la cruz: voluntad del Padre. Pero no para morir conformista bajo una opresión, sino para convertir su resurrección de la opresión en la verdadera fuerza liberadora de nuestro pueblo.
2º UN SERVICIO ANIMADO POR EL AMOR
Pensamiento que nos dan las lecturas de hoy. Otra dimensión de los verdaderamente grandes. "No he venido a ser servido, sino a servir y a dar mi vida para la salvación de muchos". La palabra es de Cristo, que nos quiso enseñar, precisamente, la lección que tuvieron que aprender, humillados, los apóstoles en el pasaje del evangelio de hoy.
a) Evangelio - discusión de los apóstoles.
Venían discutiendo: "¿Quién es más grande en el reino de los cielos?" Cuando Cristo -que adivina los pensamientos de los hombres- llegando a la casa de Cafarnaum les pregunta: "¿De qué venían discutiendo en el camino?". No se atrevían a decirle. Era un tema tan vergonzoso ante un Cristo tan humilde hablar de estas pretensiones.
Nos hemos olvidado del verdadero espíritu de cristianos y estamos pensando quién es más grande, quién puede más, quién tiene más dinero, quién puede más en política. Estas grandezas de la tierra a Cristo le salen sobrando, como decimos. Porque si un hombre llegara a escalar esos puestos de dirigencia en la política, en lo social, en lo económico, no debe de hacer consistir su grandeza en ese apoyo de cosas materiales que se escapan de las manos cuando menos se cree.
- El más grande es el que mejor sirve.
"La verdadera grandeza -dice Cristo-, El que quiera ser grande entre ustedes, el que quiera ser el primero, hágase el último y sea servidor de todos". Discutan, entonces, a la luz de este principio cristiano ¿quién es más grande? ¿Será más grande el que sirve con más humildad y con más amor? Si un hombre, por la necesidad de la sociedad, es elegido para ministro, para presidente de la república, para arzobispo, para servidor, es servidor del pueblo de Dios. ¡No hay que olvidarlo! La actitud que hay que tomar en esos cargos no es decir: "Yo mando y aquí se hace despóticamente lo que yo quiero". No eres más que un hombre ministro de Dios y tienes que estar pendiente de la mano del Señor para servir al pueblo según la voluntad de Dios y no según tu capricho.
La voluntad de Dios es la que prevalece en el servicio de la autoridad. Cierto, muchos han querido echarnos en cara, como una subversión, que nosotros predicamos contra la autoridad. Nunca hemos predicado contra la autoridad verdadera. ¡Sí hemos predicado contra el abuso de autoridad!... Toda autoridad viene de Dios y hay que respetarla. Y si una autoridad es grande, es precisamente cuando él administre esa autoridad sabiendo que le viene de Dios y que pertenece a un orden moral que no tiene que transgredir. Pero cuando esa autoridad traspasa ese orden moral y manda cosas inconvenientes, atropellos del pueblo, otra clase de abusos de autoridad, es la hora de que el mismo apóstol dice -no lo olvidemos aquellos que no quieren recordar el texto de San Pablo: "Que toda autoridad viene de Dios". Acuérdense también de este otro texto de San Pedro- "¡No podemos obedecer al hombre antes que a Dios...!".
b) Iglesia al servicio de los hombres - diaconía.
Cuando Cristo organizó su Iglesia, les enseñó a sus apóstoles la verdadera característica de la Iglesia. En otro nombre la Iglesia se llama "diaconía". Es una palabra griega que quiere decir "servicio". La palabra nació cuando los apóstoles ya no eran suficientes para atender a los cristianos que iban aumentándose. Entonces llamaron a siete hombres llenos de Espíritu de Dios, los llamaron "diáconos". Diáconos quiere decir: "servidores". Entonces se le dio también a la Iglesia el nombre de "diaconía", servicio; la Iglesia es servicio.
Cuando el Concilio Vaticano II, que ha vuelto a poner las cosas en su puesto, piensa en la jerarquía, nos dice a los obispos que ya no pretendamos ser los príncipes con los que se había prostituido la figura del obispo. No somos príncipes, no somos reyes. No hemos venido a ser servidos sino que tiene que ser, he aquí las palabras del Concilio: "Los ministros que poseen la sacra potestad están al servicio de sus hermanos".
Yo soy el diácono de ustedes, queridos hermanos, soy el servidor y toda la pastoral que deriva de la responsabilidad del pastor tiene que ponerse toda en esta actitud de servicio: sacerdotes, religiosas, comunidades. Me alegra mucho, -yo quiero decirlo con gran alegría-, que nuestra Arquidiócesis va comprendiendo cada día mejor este sentido de servicio. Si acaso van quedando resabios de imperialismos, de potestad terrena, de paternalismo, yo los invito a todos: a los queridos sacerdotes, a las comunidades religiosas, a las superioras, a los superiores, que su papel no es sólo ser el jefe, sino el servidor de la comunidad, el que sabe escuchar los deseos y sabe orientarlos hacia Dios para servir a las necesidades del pueblo...
A ustedes, los laicos, que no son presbíteros, ni obispos, ni religiosos, ni religiosas, ¿qué les dice el Concilio?: "Sirviendo a Cristo, también, en los demás conduzcan en humildad y paciencia a sus hermanos al Rey a quien servir es reinar". Esta es la grandeza del servicio cristiano: "Servir es reinar". Cuando yo digo que soy el diácono, el servidor de ustedes, no quiero ser yo un acomodaticio para ganarme esos aplausos. De ninguna manera los he buscado yo; ustedes me los han dado espontáneamente, ni me envanecen, porque sé que no es más que la expresión de un pueblo que están sintiendo con aquel que les está dirigiendo la palabra y que está tratando de servirlo, precisamente, en sus sentimientos más hondos...
Digo que no es oportunismo, sino que es más todavía, perdonen que les diga: No me interesa tanto la simpatía de ustedes como la simpatía de Dios, no me interesa tanto reinar sobre sus corazones, que gracias a Dios siento un cariño que me constituye casi rey de esta comunidad, sino que me hace sentirme, sobre todo, rey ante Dios. Servirlo a Él es reinar y cuanto más humildemente lo quiera servir en el pueblo, más reinaré...
Lo mismo, hay alguien que ha invertido este dicho precioso del Concilio: "Servir es reinar". Podemos decir, también, al revés: "Reinar es servir". Es decir, el que llega a tener una posición de autoridad tiene que considerarla como servicio y sólo desde el servicio podrá reinar. Por eso hay tanto malestar, porque no se ha comprendido la felicidad de ser humilde, porque no se ha comprendido la dicha de ser servidor, porque vamos discutiendo todavía por el camino como los apóstoles: "¿Quién es más grande aquí en la tierra?", porque estamos haciendo consistir la alegría y el poder sólo en las vanidades de la tierra. Ojalá se convirtieran, nos convirtiéramos todos los que tenemos cargos de autoridad para no creernos que por nuestra linda gracia estamos en el puesto alto, sino que estamos por la voluntad de Dios...
Que este Dios, que nos va a pedir cuenta a todos, hasta al más humilde, pedirá cuenta con más estrechez a aquel a quien le depositó la autoridad en sus manos para que la administrara según su corazón. "¡Ay, de los poderosos -dice la Biblia- porque serán castigados más poderosamente por Dios!" Podíamos seguir hablando de este aspecto, porque es bello. Y sería la lección más grande que aprendiéramos este domingo: ser humildes. A hacer consistir nuestra alegría en servir a Dios en la persona del pobre. A esto viene mi tercer pensamiento, una tercera dimensión, una tercera medida del verdadero hombre grande según Cristo. La primera, no la olvidemos, es ser justo en medio de la persecución; la segunda, la acabo de reflexionar, es un servicio animado por el amor y la humildad.
3º UNA TRASCENDENCIA QUE IDENTIFICA CON DIOS HASTA LOS MÁS PEQUEÑOS Y HUMILDES
Aquí vamos a hacer un honor al Año Internacional de Niño. ¡Qué bella figura la de Cristo tomando un niño de la muchedumbre y poniéndolo en medio para hacerlo el símbolo de su predicación!. Cristo es el intérprete del mensaje del niño. Qué bien haríamos en este Año del Niño, en vez de tantas cosas como sentimentales, románticas, pero que dejan al niño, en la realidad, siempre en la miseria, la pobreza. Anoche, me decía un amigo: "Esta mañana, ¡qué dolor me dio ver una pobre muchachita que ahí en el Boulevard de los Héroes estaba durmiendose con un rollito de periódico que no lo había podido vender, porque sabía que al llegar a la choza le esperaba una buena reprimenda!. No había cumplido su tarea. Eran casi las 11 de la noche". Esta es la triste realidad de nuestro niño.
a) Escena del niño.
Cristo toma uno de esos niños y lo pone en el centro de la asamblea. ¡Qué hermosa parábola viviente de Cristo! Entonces dice la palabra del evangelio de San Marcos hoy: "El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí. Y el que me acoge a mí, no me acoge a mí sino al que me envió". Miren qué relación más bella entre el niño y Dios a través de Cristo. Hasta el más chiquito, el niño, es grande cuando Cristo lo asume como su propia causa. Esta es la lucha de la Iglesia cuando en Puebla dice: "opción preferencial por los pobres", porque el niño es la figura más elocuente de la pobreza.
- Invitación a la trascendencia... desde la pequeñez.
Yo leí en el comentario de texto de San Marcos una nota histórica que dice: "El niño, en el derecho antiguo no era persona en el pleno sentido legal... Además de tener que vivir bajo la autoridad de sus padres... se consideraba propiedad de sus padres; no tenía capacidad de autoafirmación, ni independencia para actuar. Era verdaderamente la negación de sí mismo. Cristo dice: "El que quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo", es decir, hágase niño. El ser humano que no tiene derecho a nada, el que no se puede mover si no es de la mano de su papá o de su mamá. Por eso, de la debilidad del niño se abusa tanto y no se respeta. Porque cuando esa debilidad, esa fragilidad cobija Cristo con ese abrazo del evangelio de hoy, reta al mundo entero: "El que reciba uno de estos pequeñitos en nombre mío, a mí me recibe. No sólo a mí, sino a mi Padre que me ha enviado".
El que respeta a los niños es querido por Cristo y es querido por Dios, pero no con un sentido así romántico, como acabamos de decir. Son simpáticos los niños y es peligroso que nos quedemos solamente en la simpatía humana.
Son tan sencillos, son tan ingenuos, cualquier broma les cae bien, parecen cosa de nadie porque cualquiera que llega ante una mamá que está chineando a su niño le dice: "¡Préstemelo!" y se lo coge como cosa propia y todos sentimos que es de nosotros el niño. Una sonrisa de niño equivale a millones. ¡Cuánto vale más para mí que un niño me tenga la confianza de sonreírme, de abrazarme y hasta de darme un beso a la salida de la Iglesia, que si tuviera millones y fuera espantable a los niños!
¡Vale mucho un niño!, pero no sólo en ese aspecto humano, sino, sobre todo, de la perspectiva que hoy nos da Cristo: desde la perspectiva de la fe acogerlo en su nombre. Esto es lo divino del cristianismo, acoger al niño en nombre de Cristo, es decir, como si de veras sintieras al niño Jesús, como si de veras sintieras al Hijo del Hombre con toda su grandeza divina encarnada en ese niño. Por eso dice Puebla, cuando habla de la opción preferencial por los pobres: no es una demagogia, no es una visión que queremos hacer, una lucha de clases, al contrario, hacemos una invitación a todas las clases sociales sin excepción para que tomemos como propia la causa del pobre; más aún, como causa de Cristo que es, que nos dirá al fin de los tiempos casi parecido al dicho que nos ha dicho hoy: "Todo lo que hagas a uno de ellos a mí me lo haces".
Es transcendencia. Digo en mi carta pastoral... "la trascendencia que la Iglesia predica no es una alienación, no es irse al cielo para pensar en la vida eterna y olvidarse de los problemas de la tierra, es una trascendencia desde el corazón del hombre". Es meterse en el niño, meterse en el pobre, meterse en el andrajoso, en el enfermo, en la cabaña, en la choza, es ir a compartir con él. Y desde la entraña misma de su miseria, de su situación, trascenderlo, elevarlo, promoverlo y decirle: "Tú no eres una basura, tú no eres un marginado... Es decirle cabalmente lo contrario: Tú vales mucho, tú vales tanto como el Señor que vive en las grandes moradas que tú ves y no podrás poseer. Tú eres igual, tú eres hombre como todos, imagen de Dios, estás llamado también al cielo". Esta es la trascendencia que da la verdadera dimensión de los grandes, de los hombres grandes.
Cuando un hombre se deja trascender, cuando un hombre no se cierra a los límites de las liberaciones temporales, cuando un hombre se cree no sólo líder para conducir a los otros a una masacre, si no cuando un hombre encarna un liderazgo pero para dar a todos esos que van con él una dimensión de verdadera grandeza, de trascendencia divina, ésa es la verdadera liberación que la Iglesia predica. Si predicara otra cosa, la Iglesia misma se estuviera mutilando y estuviera perdiendo su originalidad, la fuerza de su liberación. La liberación que la Iglesia predica es ésta que parte del corazón del hombre: librándolo del pecado para elevarlo hasta Dios y hacerlo hijo de Dios.
Entre esas medidas de dimensión trascendente, el Papa Pablo VI, que analizó tan profundamente la humanidad actual decía: "Hay que cultivar también el espíritu de pobreza. El espíritu de pobreza que está lejos de toda codicia que hace consistir la grandeza del hombre en tener más; en cambio la grandeza es ser más. Es allí donde el Papa decía: "Cultivemos ese espíritu de pobreza que hace verdaderamente grande y trascendente al hombre porque lo quita de estar de rodillas ante el dinero para ponerle de rodillas ante Dios...".
b) La trascendencia divide a los hombres en justos e injustos.
Es, cabalmente, en esta dimensión de la trascendencia donde encontramos la línea divisoria entre los verdaderamente grandes, santos, y los impíos, los malos, los materialistas. Esto no lo digo yo, lo dicen las lecturas de hoy.
- Los impíos... visión terrenal del justo (no ser destino eterno).
La primera lectura nos presenta a los impíos con una visión terrenal: "¡Atormentemos al justo, burlémonos de él, veamos si le vale todo eso que anda diciendo que es Hijo de Dios; su conducta nos reprocha, nos estorba; matémoslo, quitémoslo!" ¡Qué lenguaje el de la Biblia, que podía decirse en lenguaje de muchos criminales hoy!.
¿Por qué se mata? Se mata porque estorba. Para mí que son verdaderos mártires en el sentido popular. Naturalmente, yo no me estoy metiendo en el sentido canónico, donde ser mártir supone un proceso de la suprema autoridad de la Iglesia, que lo proclame mártir ante la Iglesia Universal. Yo respeto esa ley y jamás diré que nuestros sacerdotes asesinados han sido mártires todavía canonizados. Pero, sí son mártires en el sentido popular, son hombres que han predicado, precisamente, esta incardinación con la pobreza, son verdaderos hombres que han ido a los límites peligrosos donde la UGB amenaza, donde se puede señalar a alguien y se termina matándolo como mataron a Cristo.
Estos son los que yo llamo verdaderamente justos. Y si tuvieron sus manchas, ¿quién no las tiene, hermanos? ¿Qué hombre no tiene algo de qué arrepentirse? Los sacerdotes que han sido matados también fueron hombres y tuvieron sus manchas. Pero el hecho de haber dejado que les quitaran la vida y no haberse huido, no haber sido cobardes y haberlos situado en esa situación de tortura, de sufrimiento, de asesinato, para mí es tan valioso como un bautismo de sangre y se han purificado. ¡Tenemos que respetar su memoria!...
- "La sabiduría que viene de arriba" produce justicia como fruto de la paz.
En la segunda lectura de hoy, más claramente vemos la línea fronteriza entre los impíos y los justos perseguidos. Pone Santiago claramente -el hombre práctico: "La sabiduría que viene de arriba es la que produce la justicia, la paz y todos los bienes.
- La palabra sabiduría.
En cambio dice, la falsa sabiduría -él la llama "los deseos del placer que combate en vuestro cuerpo". ¡Qué fuente podrida la que nosotros somos! Es de allí, de estos deseos de placer que combaten en el cuerpo del hombre donde surge esa larga lista de la segunda lectura de hoy: "envidias, peleas, desórdenes, toda clase de males, luchas, conflictos, codicia, asesinato, ambición, derroches en el placer". Dos fuentes, naturalmente, diametralmente opuestas.
La sabiduría que viene de arriba, la que Cristo nos está enseñando: la de saber darle a la vida la dimensión de servicio, de amor, de sufrimiento, de ofrecimiento por los demás; y la sabiduría que nace del deseo del placer del hombre. ¿Qué combate en el cuerpo? Todos sentimos este deseo de placer que lo dice tan gráficamente el apóstol Santiago. Casi está describiendo la situación de El Salvador cuando dice: ¿De dónde salen las luchas y los conflictos entre vosotros? ¿No es acaso de los deseos de placer que combaten en vuestro cuerpo? Codiciáis lo que no podéis tener: y acabáis asesinando. Ambicionáis algo y no lo podéis alcanzar; entonces lucháis y peleáis. Pedís y no sabéis pedir, porque pedís con ambición y porque pedís mal para derrocharlo en placeres". Para eso no hay que pedirle a Dios. Dios no va a ser cómplice de nuestras sinvergüenzadas, pero Dios sí va a ser colaborador de nuestro sufrimiento...
HECHOS DE LA SEMANA
EN NUESTRA ARQUIDIÓCESIS
Iluminados por esta palabra, yo quisiera revisar nuestra Arquidiócesis. Las diversas actividades, las vivencias de esta semana, deben de significar para la diócesis un ponernos al hilo con la sabiduría que viene de Dios. Yo, como pastor de la Arquidiócesis, no ambiciono otra cosa que construir la Iglesia. En mi carta pastoral yo digo: "La primera colaboración que la Iglesia está ofreciendo al país en esta hora de crisis es ser ella misma".
Cuando yo llamo a mis queridos hermanos sacerdotes, comunidades religiosas y agentes de pastoral, al trabajo pastoral, es construir nuestra Iglesia. Me pregunta alguno: "Y cuando mañana se arreglen las cosas, ¿qué va a hacer la Iglesia?". Le digo: "Seguirá siendo lo mismo". La Iglesia no está haciéndose para oportunismos, sino que está queriendo ser actual, en cada momento, siendo siempre la Iglesia. Dichosa se sentirá si mañana en un orden más justo ella no tiene que denunciar tantas injusticias, pero siempre tendrá su trabajo de construir sobre la base del evangelio. Este trabajo lo tendremos haya paz o haya persecución.
En la curia, o sea en la cabeza de la Arquidiócesis, la oficina central, diríamos, hemos tenido reuniones muy importantes; por ejemplo: la del Senado Presbiterial. Es la representación de todos los sacerdotes para mantenerse en diálogo con el obispo. A través del Senado el obispo tiene relación con todos los sacerdotes que vienen representados en ése.
Hemos tenido asamblea plenaria de la Sociedad Anónima Difusión Salvadoreña que es la propietaria de YSAX. Quiero decirles que la YSAX se rige por el sistema de una sociedad anónima y que tiene toda la legalidad. No es un contrabando ni mucho menos, sino que está legalmente constituida.
Tuve una reunión muy importante de la que ustedes deben de tener conocimiento: la reunión de la Comisión de Sacerdotes Pro Seminario junto con los sacerdotes que se llaman el equipo de formadores; precisamente, para un diálogo de mayor perfeccionamiento en la formación de nuestros sacerdotes. Aquí sí les pido siempre mucha oración, para que nuestros seminaristas se formen sacerdotes según las necesidades del momento de nuestra Iglesia.
Otra comisión que me interesaba informarles es la de la administración de bienes, que ayuda al Arzobispo para llevar siempre una administración según la justicia de los bienes que la Iglesia necesita para su misión pastoral. Se trató especialmente de la situación de nuestra Catedral, que con las ocupaciones ha sufrido trastornos muy serios no sólo en su culto, sino también en su construcción. Yo quisiera que se tuviera en cuenta estas cosas inconvenientes para que las ocupaciones, si siempre luchan por justas reivindicaciones del pueblo, no estorben otras obras del pueblo. Lo cierto es que la Catedral está en un impasse muy serio; hasta quería el rector despedir a los trabajadores indemnizándolos, pero hemos dicho: "Sería echar a perder todo". Mejor hacemos un esfuerzo. Vamos a ver como conseguimos el dinero que hace falta para terminar la cúpula, que es lo que urge y después, aunque sea en forma pobre, vamos a cubrir los ventanales y aunque sea sobre tierra ya podemos habilitar la Catedral, una Catedral de un pueblo pobre. Así, aunque sea sin repello, con ventanales no definitivos, pero estará clamando testimonio de un pueblo que quiere ofrecerle al Divino Salvador algo grandioso, pero que termina allí donde alcanzan sus limitaciones. Les suplico que no nos abandonen en esta hora de prueba en la construcción de nuestra Catedral.
El clero está en ejercicios espirituales esta semana que viene, en la vicaría de la Asunción. Cada vicaría organizará sus grupos de reflexión. Los ejercicios espirituales, que son la semana en que los sacerdotes nos apartamos del trajín ordinario para ir a reflexionar y evaluar nuestra conducta y nuestra situación.
En el orden de las religiosas, regresó de Guatemala Sor Judith Chávez, a quien habían expulsado. Esta retractación nos da la esperanza de que en Migración se puedan tener en cuenta no sólo las malas informaciones que llegan de ORDEN, sino, sobre todo, la justicia que la Iglesia expresa al defenderse. Lo que sí me duele es que violaron una conversación telefónica entre la hermana y el pastor, que creo que tiene derecho a que no se le juzguen sus conversaciones telefónicas.
Las religiosas guadalupanas que trabajan en Arcatao están defendiéndose de falsas acusaciones ante Migración. Allí fueron sorprendidos los servidores de Migración en algunas inexactitudes y se faltó el respeto a nuestro vicario general. Yo quiero decir: que el obispo está representado en su vicario general y que en situaciones como éstas, tiene el derecho de acompañar a sus agentes de pastoral en la defensa de la verdad y de la justicia.
Me alegro de la comunidad de padres y seminaristas claretianos en Santa Tecla a quienes tuve la dicha de visitar; así como, también a los seminaristas pasionistas que se están instalando en el convento de la iglesia de San Francisco de Mejicanos.
Una religiosa, la hermana Cristina Rivas, dominica, que trabaja en Chiltiupán, ha recibido la amenaza de la Unión Guerrera Blanca. La carta en que la madre me cuenta esta situación me parece aquella palabra de Cristo cuando lo apedreaban y dijo: "He hecho muchas obras buenas, ¿por cuál me quieren apedrear?" La hermana dice que la han amenazado: que se vaya de ahí porque si no la van a matar, porque está haciendo obra mala. Y dice ella: "Lo que estoy haciendo es atendiendo la enfermería de la casa comunal, doy clases de religión, trabajo en el cantón Las Termópilas, doy cursos de primeros auxilios en la escuela y en el mismo Cantón atiendo a mucha gente con medicina. ¿Por cuál de todas estas obras me quieren apedrear?" ¡Esta es la Iglesia siempre perseguida y siempre haciendo el bien!
EN LAS COMUNIDADES
Hubo ceremonias de confirmación muy bonitas en la parroquia de San Juan, Cojutepeque. Lamento no haber podido estar personalmente en la otra parroquia de Cojutepeque, pero fue por situaciones especiales. Pero sé que estuvo muy hermosa también.
En Guazapa y Aguilares tuvimos la ceremonia de confirmación a jóvenes que van comprendiendo lo que significa este compromiso de recibir la fuerza del Espíritu Santo.
En la comunidad de Comasagua se celebró la fiesta de San Mateo el 21 de septiembre. Yo quiero excusarme porque dicen que me estuvieron esperando; pero francamente yo no tenía idea de haber confirmado un compromiso y por eso siempre que tengo compromisos los cumplo, gracias a Dios. Les suplico que si hubo un malentendido, que me dispensen. ¡Y los felicito por su fiesta patronal!
Un sentido de solidaridad que he recibido de diversas partes para nuestro trabajo pastoral. Pero quiero destacar, por el significado y la actualidad, la solidaridad que me manifiesta la Comisión de Derechos Humanos a nuestro periódico Orientación. Y dice: "...Es el único que dice la verdad, informa y orienta al pueblo". Asegura que quienes tienen el deseo de que no llegue a los campesinos, ni al pueblo, ese deseo no se les concederá, pues, Orientación como David... -sigue diciendo la Comisión de Derechos Humanos- puede vencer todas las campañas gigantescas de desprestigio e intento de desinformación que levanta la fracción Goliat ultraderecha". Muchas gracias por ese apoyo y por lo que también dice la comisión cuando dice que se solidariza con obispos y clero, que está tratando de llevar una pastoral liberadora en pro de la construcción del reino de Dios en la tierra y la consecuente vigencia real y permanente de los derechos humanos en El Salvador...
Siguen sufriendo hostigamiento psicológico el director de la oficina de Socorro Jurídico, el Dr. Roberto Cuéllar. Quiero pedir de nuevo de que se sea consciente que nuestro Socorro Jurídico es un servicio auténticamente popular y tratar de estorbarlo es francamente una persecución más a nuestro pueblo.
También se hostiga al gerente de nuestra YSAX. Yo quiero expresarle mi apoyo y mi felicitación por el progreso que va logrando esta emisora. A este propósito tengan en cuenta los nuevos programas de mensaje católico que nuestra emisora está tratando de realizar. Ya los mencionaré en otro día o lo pueden leer en Orientación.
Quiero protestar por una broma de mal gusto de la promoción de bachilleres del Liceo Salvadoreño: que fueron a asustar a los colegios de señoritas y niñas Guadalupano y La Asunción. Las circunstancias y la psicosis de nuestro pueblo no está para esas bromas. Yo veo aquí una poca sensibilidad en esos muchachos, del momento que vivimos. Ojalá usaran esa alegría y esa audacia juvenil para de veras emprender un trabajo de verdadera liberación a nuestro pueblo... El colmo fue que el periódico que dio la mala información sobre esa broma de mal gusto tuvo que desmentirse porque no era como la había dicho. ¡La mentira y la falsedad por sí sola se destruye!
EN LA IGLESIA UNIVERSAL
Ahora digamos del orden universal de la Iglesia. Oremos mucho por el viaje del Papa a Estados Unidos. Ya ustedes habrán leído en los periódicos las malas interpretaciones que al mismo Papa se le hacen. Ya se dice que es un viaje político para apoyar a Kennedy. ¡El Papa está muy lejos de estas cosas! Pero yo digo con consuelo: si eso lo dicen del leño verde ¿qué dirán del leño seco?
En un periódico, a primera página, dice que el Papa censuró a los jesuitas. Alguno dirá que voy a callar yo esta noticia porque no me conviene. ¡No! Ya digo en mi carta pastoral que la Iglesia tiene en su seno a pecadores y que su trabajo es de purificación y de penitencia siempre. No me extrañaría que el Papa reconviniera a los jesuitas. Pero si me ofende que la prensa manipule una noticia que, por otra parte, cuando se lee allá al fondo es una mala información. Dice que los censuró por deficiencias pero que no explicó qué deficiencias. Ya aclara, ya diluye bastante la noticia. Nosotros, como queremos ser siempre objetivos, vamos a esperar una información que ya hemos pedido y ciertamente tendremos la franqueza de decirlo. Pero, por mi parte, quiero decir que aquí en la Arquidiócesis la Compañía de Jesús está desempeñando un trabajo de mucha utilidad para la Iglesia y para la liberación del pueblo. Yo creo que merecen plenamente nuestro apoyo aquí en la Arquidiócesis.
EN EL ORDEN CIVIL
Quizá podíamos calificar esta semana como la semana de los pronunciamientos. Ha habido pronunciamientos y por cierto muy valiosos.
ANEP reconoció que sólo creando un clima de libertad y de paz se logrará la credibilidad en el proceso democrático y la participación en el mismo de la ciudadanía.
AGEUS señala que durante los últimos meses, en lugar de irse creando este clima, se ha agudizado la crisis económica, política y social en el país. Enumera algunos de los principales hechos represivos, sucedidos recientemente.
A este propósito yo quiero subrayar lo que ya mencioné la semana pasada pero que después, dándome cuenta de la gravedad, creo que debe de hacer reflexionar mucho a los protagonistas de aquella masacre en la manifestación del 1 de septiembre y de aquella otra de los escolares que iban a un paseo a El Cuco. Si no hay libertad de manifestación, si se reprime con tanta violencia y sangre ¿qué se puede esperar, qué confianza puede haber en una apertura democrática que tanto se manifiesta?...
La Cámara de Comercio e Industria, también recuerda importantes artículos de nuestra carta magna. Urge el cumplimiento de la misma. Yo creo que aquí está una gran clave de solución: simplemente un retorno a la constitucionalidad. Nuestra Constitución, gracias a Dios, es buena aunque siempre es vida y puede mejorar. Pero creo que si se le pisotea como se le está pisoteando actualmente pues no somos un pueblo con ley. Un retorno a la Constitución será un paso a la civilización. Estamos de acuerdo con este reclamo. Propone la Cámara de Comercio e Industria una propuesta muy audaz: un cambio del régimen tradicional de tenencia del poder por valores civiles que representen la posibilidad real de dar nuestra vida pública una más definida y provechosa orientación democrática...
La Asociación Textil de Industriales en pequeño apoyó el pronunciamiento de FENAPES y recalcó, como de extrema izquierda. Maravilloso, toda vez que esa tregua no sea de un cese pasivo, sino que se aproveche para dar siquiera el principio, la señal de un cambio de estructuras que tanto urge. Que si se aprovecha una tregua para iniciar de veras los cambios que están pidiendo todas las voces del pueblo creo que cesarían muchas violaciones que son reacción precisamente de la indolencia con que se está viendo la necesidad urgente de los cambios del país. Yo sería partidario: hagamos un paréntesis de derecha y de izquierda pero que sirva para poner las bases ya o poner los principios de los verdaderos cambios.
Por eso, yo diría que todos estos manifiestos que se han publicado y que indican caminos racionales muy buenos no se contenten con sólo proponer teoría sino que yo pediría a todas estas organizaciones que se han pronunciado que comiencen a ofrecer concretamente qué pueden dar. No solamente indiquen que se debe hacer, sino qué se puede dar ya, porque la cosa es urgente. Cada hora es más tarde y es necesario; todavía estamos a tiempo de unas soluciones racionales.
Por eso me alegra haber recibido y quiero agradecer la atención con que se me llevó la plataforma común que se ha elaborado en el dialogo popular, donde han participado partidos políticos, organizaciones populares, sindicatos, etc. Una plataforma de puntos de coincidencia con respecto a buscar una salida democrática y popular a la actual crisis política del país. Yo creo que es una "primera piedra", como me dijeron al entregármela. De veras, nuestro pueblo salvadoreño -aunque como dijo Medellín de los cristianos- sabe combatir también pero prefiere los caminos pacíficos. Si pudiera ir formando en torno de esta plataforma las realizaciones, no solamente las teorías sino las realizaciones concretas que todos los que se han pronunciado en esta semana pueden aportar también, creo, hermanos, que podemos tener todavía una salida a la paz y a la justicia sin tener que pagarla con tanta sangre como sería una insurrección que vendría cuando ya se han agotado todos los medios pacíficos. Todavía no se han agotado. Yo creo que estas manifestaciones de organizaciones y este ofrecimiento de una plataforma común nos están invitando a colaborar con un espíritu generoso, magnánimo, a reconstruir nuestra patria: no amasada con sangre la reconstrucción sino amasada con razón, con fe, con esperanza cristiana, como la puede hacer un pueblo auténticamente salvadoreño.
Por eso, quiero criticar un poco el fruto del llamado Diálogo Nacional. ¡Qué conclusiones más pobres! Cómo se ve que de veras no hay ánimo de los cambios que el país necesita. Es necesario no solamente oír a los que piensan como uno, sino abrir los oídos, también, a las voces que claman la angustia del pueblo y que se puede percibir perfectamente en tantas manifestaciones que por no encontrar eco en quienes lo deben de oír, se van a la violencia. Por eso, repito, que es urgente este entendimiento racional antes de tener soluciones de sangre y de dolor.
Me alegro que varios problemas se han resuelto. Por ejemplo el problema de los buses después de seis días de paro. Aquí me viene una felicitación muy cordial a nuestro querido pueblo por su sentido de laboriosidad y de superación de las dificultades. Creo que todos nos hemos reído y hemos tenido impresiones. Sí, gratas dentro de los trágico, del servicio que prestaron los pick-ups y los camiones que fueron verdaderos servicios de transporte. Alguien me ha dicho: "Creo que hemos compartido más nuestra alegría y aflicciones montados sobre un pick-up que cuando vamos sobre una camioneta".
Por otra parte quiero solidarizarme con aquellos que sufrieron pérdidas de buses en las violencias pasadas. Yo recibí el caso doloroso de un dueño de bus en el cual pone toda su esperanza, don José Parada Alas, de la Rura 30. Le queman un bus de ¢118.000 de costo, que debía todavía en gran parte y está viendo como salva algo para poder seguir trabajando. Estas situaciones no las podemos desconocer. Yo creo que aquellos que llevan la violencia hasta estos extremos debían de recapacitar que así no se reivindica un pueblo hundiéndolo más, sino que deben de tomar los lenguajes apropiados para que se escuche por el pueblo y sea simpática al pueblo una promoción liberadora.
De mi parte, he hecho lo posible por complacer a familias que se han acercado en favor de rehenes de Cartotécnica y de Arco Ingenieros. Nuestro Socorro Jurídico tiene buenas noticias al respecto. Yo quisiera únicamente -lo mismo que dije antes-, llamar la atención en esta nueva modalidad de las huelgas cuando se capturan rehenes, proceder con verdadero sentido humano. Hay que humanizar el movimiento reivindicativo del país. Que no vaya a ser un movimiento salvaje, que sea un movimiento que de veras busca y ama al pueblo y que tiene en cuenta al hombre humillado en una prisión que ha perdido su libertad. Respetémoslo como nos ha dicho Cristo del niño que es la imagen de una impotencia humana.
Las asociaciones de empresarios agrícolas confirmaron que el 60% de las 481.000 viviendas de campesinos que investigaron no ofrecen ni comodidad higiénica, ni seguridad. Proponen construir 200.000 casas. Quiera Dios que sea una mejora de veras para nuestro campesino y que no vaya a ser un nuevo modo de lucrar y de explotar al pobre campesino.
Se han multiplicado los ataques políticos-militares en contra de comandancias y agentes de seguridad. El saldo de esta semana deja seis guerrilleros muertos, cuatro agentes muertos, cuatro heridos y dos transeúntes heridos.
Han sido secuestrados y sentimos la suerte de ellos y el sufrimiento de sus familias: el Sr. Jaime Battle, desde el 13 de septiembre; el Señor Dennis MacDonald, desde el 21 de septiembre; el Señor Mardoqueo Arnoldo Castillo, tenedor de libros de la Alcaldía de Apaneca; el Señor José Obdulio Borja, cuarto regidor de la Municipalidad de Apaneca, desde el 20 de Septiembre y el joven Roberto Renderos, hijo del mandador de una finca del mismo lugar, desde el 20 de septiembre.
Por último, ya es de todos conocido que Ligas Populares 28 de Febrero se ha tomado el Ministerio de Trabajo, reclamando solución de conflictos laborales, libertad de varios compañeros trabajadores y respuesta satisfactoria en el caso de Andrés de Jesús Aguirre, capturado en Armenia. Quiera el Señor que no vaya a ser aquí otra fuente de violencias, ya que se ven ahí, también, cerca, las fuerzas de seguridad y han lanzado gases lacrimógenos. ¡Ya basta de sufrimientos para el pueblo! Pero creo que a la raíz de todo está la urgencia de emprender los cambios que están a la raíz de todo nuestro malestar.
REFLEXIÓN SOBRE LA VIOLENCIA
Yo no me cansaré de señalar que si queremos de veras un cese eficaz de la violencia hay que quitar la violencia que está a la base de todas las violencias; la violencia estructural, la injusticia social, el no participar los ciudadanos en la gestión pública del país, la represión; todo eso es lo que constituye la causa primordial. De ahí, naturalmente, brota lo demás. Es un dialogo de razón. Los manifiestos, las indicaciones que esta semana se hacen, para mí son un presagio de esperanza.
Yo quisiera estimular ese refuerzo de reflexión pero llevándolo también a un esfuerzo de generosidad. Les podría decir como aquel Obispo en Italia, poco antes de la guerra, el cardenal... -no recuerdo el nombre actualmente- decía a los italianos de su diócesis: "Spoglíatevi; se non, vi spoglieranno". Quiere decir: "Despojaos a tiempo; si no os despojarán". Esto es lo que la Iglesia está diciendo también: "¡Sean generosos! ¿qué pueden aportar? No es posible que sigan disfrutando egoístamente lo que es de todos. Participemos todos, compartamos como hermanos, todavía es tiempo de resolver con caridad y amor, con justicia y racionalidad, si no después nos despojarán a la fuerza y entonces sí será basándose en sangre. ¡Son victorias muy caras! Ojalá que no tengamos que llegar a eso.
PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR
Por eso Cristo nos está señalando hoy y termino ya diciendo la síntesis del pensamiento de la homilía: Cristo señala la verdadera grandeza de lo humano. Perseguidos, pero justos. Sirviendo a otros en el amor. Y, sobre todo, abiertos a la gran dimensión de lo Absoluto: sólo de Dios nos puede venir la sabiduría que hace sabios a los hombres en la tierra. Así sea.
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