Santos del día 11 de mayo
En Bizacena, san Mayulo, mártir en Adrumeto, que fue condenado a ser devorado por las fieras.
En Roma, en el vigésimo segundo miliario de la vía Salaria, san Antimo, mártir.
En Bizancio, san Mocio, presbítero y mártir.
En Vienne, en la Galia Lugdunense, san Mamerto, obispo, que, ante una inminente desgracia, instituyó en esta ciudad unas solemnes letanías para el triduo preparatorio de la fiesta de la Ascensión del Señor.
En Varennes, de la región de Langres, también en la Galia, san Gangulfo.
Cerca de Souvigny, en Borgoña, san Mayolo, abad de Cluny, quien, firme en la fe, seguro en la esperanza y repleto de una doble caridad, reformó numerosos monasterios de Francia e Italia.
En el monasterio de Esterp, cerca de Limoges, en la Galia, san Gualterio, presbítero, que fue superior de los canónigos, y educado desde su infancia en el servicio a Dios, resplandeció por su mansedumbre para con sus hermanos y por su caridad hacia los pobres.
En Verucchio, cerca de Forlí, en la Romaña, beato Gregorio Celli, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín, de quien se dice que, rechazado por sus hermanos de religión, se retiró al monte Carnerio con los Hermanos Menores, en donde murió.
En York, en Inglaterra, beatos Juan Rochester y Jacobo Walworth, presbíteros y monjes de la Cartuja de Londres, quienes, durante el reinado de Enrique VIII, por haberse mantenido fieles a la Iglesia católica, fueron colgados con cadenas en las almenas de la muralla de la ciudad hasta que murieron.
En Nápoles, ciudad de Campania, san Francisco De Gerónimo, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, que se dedicó a predicar misiones populares y al servicio pastoral de los marginados.
En Cagliari, en Cerdeña, san Ignacio de Laconi, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, quien por plazas y tabernas del puerto pedía incansablemente limosnas para socorrer las necesidades de los pobres.
En Saigón, en Cochinchina, san Mateo Lê Van Gâm, mártir, que, detenido por haber introducido con su barca en la región a los misioneros provenientes de Europa, al cabo de un año de estar en la cárcel fue decapitado por orden del emperador Thiêu Tri.
En la isla Tiberina, Italia, beato Ceferino Namuncurá, laico.
En Lezhë, Albania, beato Gjon Koda (Serafin), presbítero profeso de los Franciscanos Minoritas y mártir.
En Ban Ban, Xieng Khouang, Laos, beato Vincent L’Hénoret, sacerdote profeso de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, y mártir.
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