Santos del día 12 de mayo
San Nereo y san Aquileo, mártires, los cuales, según refiere el papa san Dámaso, eran dos jóvenes que se habían enrolado como soldados y que, coaccionados por el miedo, estaban dispuestos a obedecer las órdenes impías del magistrado. Sin embargo, después de convertirse al Dios verdadero, abandonaron el sevicio y, arrojando sus escudos, armas y uniformes, aceptaron el sacrificio contentos de su triunfo como confesores de Cristo. Sus cuerpos fueron sepultados en este día en el cementerio de Domitila, situado en la vía Ardeatina de Roma.
San Pancracio, mártir, que, según la tradición, murió también en Roma en plena adolescencia por su fe en Cristo, y fue sepultado en la vía Aurelia, a dos miliarios de la Urbe. El papa san Símaco levantó una célebre basílica sobre su sepulcro y el papa san Gregorio Magno convocó a menudo al pueblo en torno al mismo sepulcro, para que allí recibiera el testimonio del verdadero amor cristiano. En este día se conmemora la sepultura de este mártir romano.
En Galatz, en Mesia, san Cirilo, mártir, que fue martirizado junto con seis compañeros.
En Salamina, en Chipre, san Epifanio, obispo, que sobresalió por su vasta erudición y conocimiento de las ciencias sagradas, y fue admirable también por su santidad de vida, por su celosa defensa de la fe católica, por su generosidad para con los pobres y por su poder taumatúrgico.
En Agira, lugar de Sicilia, san Felipe, presbítero, el cual, oriundo de Tracia, se estableció en esta ciudad.
En Tréveris, en el territorio de Renania, en Austrasia, san Modoaldo, obispo, que fundó y ornamentó varias iglesias y monasterios, y constituyó también diversas agrupaciones de vírgenes. Fue sepultado junto a su hermana Severa.
En el monasterio de Marchiennes, en la región de Cambray, en Austrasia, santa Rictrudis, abadesa, que, después de la violenta muerte de su esposo Adalbaldo, tomó el velo religioso por consejo de san Amando y gobernó con gran acierto a sus monjas en el citado monasterio.
En Constantinopla, san Germán, obispo, el cual, insigne por su doctrina y virtudes, refutó con gran persuasión el edicto contra las imágenes sagradas promulgado por el emperador León Isáurico.
En la región de Castilla, en España, en la localidad posteriormente designada con su nombre, santo Domingo de la Calzada, presbítero, que construyó puentes y caminos para uso de los peregrinos jacobeos y, movido por su inmensa piedad, edificó también un hospital de peregrinos, provisto de salas destinadas a socorrerlos.
En Bolonia, de la Emilia, beata Imelda Lambertini, virgen, aceptada desde muy pequeña como monja en la Orden de Predicadores, donde, siendo aún joven, después de haber recibido de modo admirable la Eucaristía, entregó de inmediato su espíritu.
En Aveiro, en Portugal, beata Juana, virgen, hija del rey Alfonso V, que renunció a contraer matrimonio en varias ocasiones y prefirió servir en la Orden de Predicadores e ingresar en el monasterio de Aveiro. Se convirtió, así, en refugio de pobres, huérfanos y viudas.
En Shkodrë, Albania, beato Ejëll Deda, presbítero de la arquidiócesis de Shkodrë-Pult y mártir.
En Shkodrë, Albania, beato Dedë Malaj, presbítero de la arquidiócesis de Shkodrë-Pult y mártir.
En Houey Makchan, Paksong, Champasak, Laos, beatos Lucien Galan, sacerdote de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París, y Thomas Khampheuane Inthirath, joven laico del vicariato apostólico de Pakse, y mártires.
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