Memoria de san Vicente de Paúl, presbítero, que, lleno de espíritu sacerdotal, vivió entregado en París, en Francia, al servicio de los pobres, viendo el rostro del Señor en cada persona doliente. Fundó la Congregación de la Misión (Paúles), al modo de la primitiva Iglesia, para formar santamente al clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación de santa Luisa de Marillac fundó también la Congregación de Hijas de la Caridad. († 1660)
En Milán, en la Galia Traspadana, san Cayo, obispo. († s. III)
En la fortaleza de Brémur, entre los eduos, en la Galia, san Florentino, que, según la tradición, fue degollado por los vándalos juntamente con san Hilario. († s. V)
En el cenobio de Liesse, en Hainault, territorio de Austrasia, santa Hiltrudis, virgen, que vivió piadosamente retirada con su hermano Guntando, abad. († d. 800)
En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santos mártires Adolfo y Juan, hermanos, que por Cristo fueron coronados con el martirio durante la persecución musulmana, en tiempo de Abd ar-Rahman II. († c. 825)
En Fara, cerca de Cingoli, en el Piceno, san Bonfilio, que, siendo obispo de Foligno, estuvo diez años en Tierra Santa, y al regresar a Italia se retiró al monasterio de Storaco, del que había sido abad, y en el cual murió finalmente en soledad. († c. 1115)
En París, en Francia, san Elzearo de Sabran, conde de Arian, que vivió la virginidad y todas las virtudes con su esposa, la beata Delfina, y murió en la flor de la edad. († 1323)
En Pistoia, en la Toscana, beato Lorenzo de Ripafratta, presbítero de la Orden de Predicadores, que vivió fielmente durante sesenta años la vida regular, y fue asiduo en la escucha de los pecadores. († 1456)
En una vieja nave anclada frente a Rochefort, en el litoral norte de Francia, beato Juan Bautista Laborier du Vivier, diácono, mártir en tiempo de persecución contra la Iglesia, que a causa de su estado clerical fue condenado a cruel cautiverio, donde murió consumido por una grave enfermedad. († 1794)
En Sagunto, en España, beatos mártires José Fenollosa Alcayna, presbítero, y Fidel (Mariano) Climent Sanchís, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que derramaron su sangre por Cristo durante la violenta persecución religiosa. († 1936)
En Gilet, en la provincia de Valencia, también en España, beatas mártires Francisca Javiera (María) Fenollosa Alcayna, religiosa de la Tercera Orden de Capuchinas de la Sagrada Familia, y Herminia Martínez Amigó, madre de familia, que confirmaron con su sangre su fidelidad al Señor durante la misma persecución religiosa. († 1936)
En La Florida, en Chanchamayo, Perú, beata María Agustina Rivas López, Aguchita, mártir, religiosa de la congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, quien, a pesar del peligro constante, decidió mantenerse cerca de la población local, hasta que fue asesinada por un grupo armado de Sendero Luminoso. († 1990)
No hay comentarios:
Publicar un comentario