Memoria de san Moisés, profeta, a quien Dios eligió para liberar al pueblo oprimido en Egipto y conducirlo a la tierra de promisión. También se le reveló en el monte Sinaí, diciéndole: «Yo soy el que soy», y le propuso la Ley para regir la vida del pueblo elegido. Murió lleno de días en el monte Nebo, en tierra de Moab, a las puertas de la tierra de promisión.
En Châlons-sur-Saone, en la Galia Lugdunense, san Marcelo, mártir. († s. III-IV)
En Roma, en el cementerio de Máximo, en vía Salaria Nueva, sepultura de san Bonifacio I, papa, que trabajó por solucionar muchas controversias sobre disciplina eclesiástica. († 422)
En Chartres, de Neustria, san Caletrico, obispo. († a, 573)
En Herzfeld, de Sajonia, santa Ida, viuda del duque Ecberto, insigne por su asidua oración y caridad para con los pobres. († 825)
En Mende, de Aquitania, san Fredaldo, obispo y mártir. († c. s. IX)
En Colonia, en Lotaringia, santa Irmgarda, condesa de Süchteln, que utilizó sus bienes en la construcción de iglesias. († c. 1089)
En Palermo, en Sicilia, santa Rosalía, virgen, de quien se dice que practicó la vida solitaria en el monte Pellegrino. († s. XII)
En Caramagna, en el Piamonte, beata Catalina Mattei, virgen, religiosa de las Hermanas de Penitencia de Santo Domingo, que, viviendo con una salud muy precaria, soportó con admirable caridad y abundancia de virtudes las calumnias humanas y todo tipo de tentaciones. († 1547)
En Thusis, Graubünden (Suiza), beato Nicolás Rusca, presbítero de la diócesis de Como y mártir. († 1618)
En el mar frente a Rochefort, en el litoral del norte de Francia, beato Escipión Jerónimo Brigéat de Lambert, presbítero y mártir, que, siendo canónigo de la diócesis de Avranches, durante la Revolución Francesa fue encerrado, por su condición de sacerdote, en una nave anclada, donde murió de inanición. († 1794)
En Sillery, en la provincia de Quebec, en Canadá, beata María de Santa Cecilia Romana (Dina) Bélanger, virgen de la Congregación de Religiosas de Jesús-María, que, entregada y confiando sólo en el Señor, durante no pocos años soportó una grave enfermedad. († 1929)
En Oropesa, en la provincia valenciana de Castellón, en España, beato José Pascual Carda Saporta, presbítero de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, que sufrió gloriosamente el martirio durante la contienda española, en la cruel persecución contra la Iglesia. († 1936)
En Teulada, en la provincia de Alicante, también en España, beato Francisco Sendra Ivars, presbítero, martirizado por la fe en la misma persecución religiosa. († 1936)
Cerca de la localidad de Genovés, provincia de Valencia, igualmente en España, beato Berardo (José) Bleda Grau, religioso de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos y mártir glorioso por Cristo en la misma contienda española. († 1936)
En Gijón, Asturias, beato Luis Prado García, seminarista y mártir, fusilado en la persecución religiosa que acompañó a la Guerra Civil española. († 1936)
No hay comentarios:
Publicar un comentario