¿Quién fue él?
Hace nada estábamos en el
final de las celebraciones del Tiempo de Navidad y de Año Nuevo. Casi sin darse
uno cuenta nos encontramos en pleno mes de enero. Es invierno por el norte de
la casa del mundo y verano por el sur. Y en las regiones del intermedio la
temperatura es... intermedia. Cosas del clima, que se están poniendo de
actualidad constantemente por el asunto del maltrato de las realidades de esta
casa.
En tan solo una semana, aquel
Jesús de Nazaret, el judío laico de Galilea, ha dejado de ser un niño para
llegar a ser un adulto y, para los parámetros de entonces, entrado en años.
Nadie nos ha contado nada sobre de 'la vida y milagros' de aquel hombre desde
sus doce años hasta los treinta cumplidos.
¿Quién fue él? Es la pregunta
Y de una o de otra manera
toda persona de este mundo que oye hablar de él se plantea este interrogante y
lo responde. Una sola pregunta e infinidad de respuestas. Probablemente,
todas válidas. Y, como nos lo enseña la historia, más de uno pensó siempre que
su respuesta era la verdadera y no acertaba a soportar que se afirmará de él
algo distinto. Personas así, tan entendidas ellas, si disponían de poder y
disponían con qué ejercerlo, se atrevieron a desencadenar la persecución de los
disidentes, la captura de los mismos, la acusación manifiesta,la condena y
hasta el final del proceso con la ejecución y a ser posible hasta el
acabamiento de la disidencia.
En nombre de una verdad tan
secuestrada y fanática no se puede justificar ninguna inhumanidad.
¿Quién fue él, Jesús
de Nazaret? Ante todo, como tú y como
yo y como todos, una persona, un ser humano.
El relato del Evangelio de
Juan que la Iglesia proclama en este domingo de enero pone en boca
de aquel judío galileo esta misma respuesta: soy un ser humano, un hombre,
una persona.
Desde el comienzo, esta es la
buena noticia. Y de ella seguimos hablando en este nuevo milenio de
la historia reciente.
-Vive Jesús en nuestros
corazones
-Siempre.
A continuación se encuentra
el comentario del evangelio del domingo 15 de enero.
Y puede leerse además la
página seleccionada para seguir respirando los aires del Evangelio
Ambas páginas pueden
encontrarse también en el archivo adjunto.
Carmelo Bueno Heras.
Domingo 2º del Tiempo
Ordinario A (15.01.2023): Juan 1,29-34. Así lo comento y comparto CONTIGO:
¿Quién eres tú? ¿Quién soy
yo? ¿Quién es él?
En
este nuevo domingo de enero se nos propone la escucha y lectura del Evangelio
de Juan en 1,29-34. Esta es la opción oficial del dicasterio vaticano
responsable de la organización de la liturgia católica. Junto a esta opción,
respetable y respetada, me gustaría proponer una alternativa, al menos, para mí
propia lectura y escucha de la Palabra. En este domingo me volveré a pasear por
todos y cada uno de los surcos del sembrado de Juan el Evangelista en 1,19-51.
Jamás me lo va a proponer la oficialidad eclesiástica en alguna de sus
innumerables intervenciones litúrgico-sacramentales.
El
relato de Juan 1,19-51 tiene cuatro apartados perfectamente explicitados
por la mano de su escritor. El primer apartado comienza así: “Este fue el
testimonio de Juan, cuando las autoridades judías de Jerusalén enviaron
sacerdotes y clérigos a preguntarle: ¿Quién eres tú?” (Jn 1,19-28).
El
segundo apartado comienza con estas palabras: “Al día siguiente…” (Juan
1,29-34).
El
tercer apartado comienza con estas palabras: “Al día siguiente…” (Juan
1,35-42.
El
cuarto apartado comienza con estas palabras: “Al día siguiente…” (Juan
1,43-51.
Así,
pues, el segundo apartado es lo único que escuchará la asamblea del pueblo cristiano
a lo largo de su vida. Por eso creo que jamás comprenderá quién fue y qué hizo
este Jesús de Juan.
En
el primer apartado, como queda escrito desde el mismo comienzo del relato, se
nos presenta el interrogante que se le formula a aquel hombre que ya conocemos
y que se llamaba Juan, el Bautizador o Bautista o Perdonador de pecados. El
Evangelista pone en boca de su personaje un par de afirmaciones que son las
propias confesiones de su identidad: Yo no soy… Yo soy. Y una tercera confesión
más: ‘entre vosotros está uno que no conocéis y tal vez sea el que andáis
buscando”.
Y
para que no existan más dudas de quién es ese tal a quien buscan las
autoridades judías de Jerusalén el narrador de la Buena Noticia nos presenta a
los actores de la historia hablando de quién es y a qué se dedica ese tal
protagonista a quien se busca para saber de él y, sobre todo, para decidir qué
hacer con él. La autoridad religiosa judía (sacerdotes y clérigos) está ocupada
y preocupada por la presencia de… ¿un laico judío de la Galilea de los
gentiles? ¿Un Mesías bajado de lo alto del cielo del Yavé Dios o surgido de las
entrañas de la Obra de su Creador? En cada uno de los tres apartados siguientes
el Evangelista nos va presentando a los lectores a ‘su Jesús de Nazaret’. Y
esto nos lo está escribiendo en los últimos años del siglo primero de la
historia común de nuestro mundo…, por ahora.
En
mi llamado segundo apartado del relato (Juan 1,29-34), el propio perdonador de
pecados se atreve a llamar a Jesús de Nazaret con esta expresión: ‘El
Cordero de Dios’. Esto no fue un título poético-bucólico-pastoril. Esto
fue un sambenito herético y blasfemo. En el ámbito judío de siempre, el cordero
es sólo uno, el que se mata y come para celebrar la liberación de la opresión
del pueblo en Egipto. En el tercer apartado (Juan 1,35-42) el primer seguidor,
llamado Andrés y en compañía de otra persona, nos presenta a Jesús de Nazaret
con un nuevo nombre.
En
el cuarto y último de estos apartados (Juan 1,43-51), dos nuevos seguidores de
Jesús, Felipe y Natan-el, como aquel profeta del rey David, nos presentan a su
Jesús. Y, por fin, el propio Jesús dice de sí mismo que es ‘aquel hombre’
o ‘una especie de hombre’, como había escrito el profeta Daniel
en su libro (Dn 7-9). Y… Y... Y, ahora y aquí, nos toca a ti y a mí, lectores,
presentar, real y verdaderamente, quién es para cada uno aquel Jesús de
Nazaret. Carmelo Bueno Heras
CINCO MINUTOS de AIRES
BÍBLICOS
. Si se puede decir en un artículo de revista, ¿para qué
escribir un libro de 200 páginas?
. Si se puede decir en una página, ¿para qué escribir un artículo de revista?
. Si se puede decir en un puñado de versos, ¿para qué escribir una página?
. Este ‘Cinco minutos de aires bíblicos’ es una semilla que confío a la
sabiduría de tu saber leer, que es despertar; de tu saber interpretar, que es
cuidar; de tu saber compartir, que es saborear. Siempre pretenderé que esta
‘semilla de los cinco minutos’ tenga la ‘denominación de origen’ de su autor.
Semana 8ª (15.01.2023)
NO TE RINDAS
No te rindas, aún estás a
tiempo / de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, /
enterrar tus miedos,
liberar el lastre, / retomar
el vuelo.
No te rindas que la vida es
eso, / continuar el viaje,
perseguir tus sueños, /
destrabar el tiempo,
correr los escombros, / y
destapar el cielo.
No te rindas, por favor, no
cedas,
aunque el frío queme, /
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda, /
y se calle el viento:
aún hay fuego en tu alma, /
aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya, y
tuyo también el deseo,
porque lo has querido y
porque te quiero,
porque existe el vino y el
amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no
cure el tiempo.
Abrir las puertas, / quitar
los cerrojos, / abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el
reto, / recuperar la risa, / ensayar un canto,
bajar la guardia y extender
las manos,
desplegar las alas / e
intentar de nuevo /celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor, no
cedas: / aunque el frío queme, /aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se
calle el viento,
aún hay fuego en tu alma, /
aún hay vida en tus sueños.
Porque cada día es un
comienzo nuevo, / porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque
yo te quiero.
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