domingo, 8 de enero de 2023

Domingo del Bautismo de Jesús A (08.01.2023): Mateo 3,13-17 (¿Por qué se bautizó Jesús de Nazaret?) y CINCO MINUTOS de AIRES BÍBLICOS - Semana 7ª (08.01.2023) (Galilea de los gentiles)

 

Viviente humano y lector de esta página:

Puestos ya en sintonía con el nuevo año 2023 nos invitamos a contemplar los nuevos comentarios para el domingo día 8 de enero. El segundo domingo ya de este mes. Vamos, la segunda semana. El tiempo tiene esa  rara habilidad de no inmutarse ante nada ni nadie. Él está, siempre está, no descansa, ni duerme ni deja de dormir. Inasequible al desaliento. El tiempo.

A veces pienso que esto de 'el tiempo' es parecido a eso otro que llamamos 'el evangelio'. En un abrir y cerrar  de ojos el que ayer mismo, como quien dice, era un niño que espera la llegada de sus majestades los magos y sin darnos casi ni cuenta acaba ese niño de cumplir sus treinta años. Por esta razón, me digo o me justifico, nos vamos a leer un relato evangélico que hemos llamado siempre 'el bautismo de Jesús'. Por si acaso, vengo a decir desde ahora, que este hecho del bautismo de Jesús no sucedió a los siete días de su nacimiento, ni a las siete semanas, ni a los siete meses, ni a los siete años, sino más o menos hacia los treinta años (por aquel entonces casi en la edad de la jubilación). ¿Curioso? Tan curioso como el tiempo. Visto y no visto, se nos ha pasado un centón de horas, días, semanas, meses y años. A mí, por ejemplo, setenta. Como quien se bebe un vaso de agua. 

Pues así es este primer asunto de los comentarios del segundo domingo de enero: Jesús se bautiza de adulto. Seguramente que, ya fallecido el muy emérito papa Benedicto, el todavía titular del papado después de diez años en el ejercicio podría proclamar a partir de este domingo, o del siguiente, que sería oportuno y conveniente, justo y necesario, tomar nota de los Evangelistas que nos hablan de un Jesús de Nazaret que se bautizó ya de mayor, y por estas poderosas razones proclamara el inicio de la práctica religiosa católica vaticana de bautizar, desde ya mismo, sólo a personas adultas, sólo a partir de los veinte años, por ejemplo, o incluso de más mayor. Un hecho así no espero que suceda mientras respire. No lo espero, aunque las neuronas me digan que lo deseo. Me conformo con dejarlo escrito, como otros ya lo hicieron y con más peso específico humano, intelectual y creyente antes que yo.

Y tengo otra razón entre manos para motivar esta presentación de los comentarios. Debo ser muy breve, porque esto se me alarga innecesariamente. Parece ser que ahora ya caminamos con cierta seguridad por la vía de la IA (Inteligencia Artificial) e imagino que será conveniente colocarme y colocarnos a la altura de la tecnología dominante. En la religión católica comienza uno a ser adulto con el bautismo de adultos, como así se nos anuncia desde el siglo primero cuando la escritura y proclamación de los Evangelios de Jesús de Nazaret. ¿Cuándo se empieza a ser adulto en el uso de la IA? Viendo lo que veo a mi alrededor, desde la cuna. Y ya va siendo más que complicado volverme a los setenta a la cuna para aprender a caminar. Tal vez, ante esta utopía tecnológica me consuela pensar, por ahora, que esta herramienta llamada IA no sabe de emociones ni de sentimientos y puede ser todo lo que se quiera, pero, ¡por ahora!, sigo dudando de que sea inteligente. Ese tal instrumento artificial solo sabe hacer aquello para lo que se le ha programado. Obediencia pura y dura. Me digo yo, probablemente para seguir caminando sin desesperanza.

A continuación se encuentran los dos comentarios para este domingo 8 de enero.

Carmelo Bueno Heras.

 

Domingo del Bautismo de Jesús A (08.01.2023): Mateo 3,13-17

Una vez más escribo CONTIGO

¿Por qué se bautizó Jesús de Nazaret?

En estos domingos saltamos de Evangelista en Evangelista, casi como si se tratara de un juego litúrgico. Para este segundo domingo del mes de enero se nos invita a recordar el hecho del bautismo de Jesús. Jesús se bautizó siendo un adulto muy adulto. Ni Marcos, ni Mateo ni Juan dicen nada sobre la edad de su Jesús cuando decidió bautizarse. Tan sólo el Evangelista Lucas recuerda que su Jesús fue a bautizarse con Juan, el hijo de Isabel y de Zacarías, con treinta años cumplidos. Desde los doce ya era Jesús un adulto. Es decir, Jesús decidió bautizarse.

Esto de que ‘Jesús decidió bautizarse’ puede sonar bien, mal o regular. Pero es un hecho que me parece destacable y muy relevante. ¿Por qué hoy todavía seguimos manteniendo el bautismo de los niños en la iglesia de los seguidores de Jesús de Nazaret? ¿Tenemos miedo a quedarnos sin relevos generacionales? A veces se me despiertan ideas peregrinas en la tierra de mis neuronas: Ojalá abandonemos la práctica pastoral del bautismo de los niños porque se nos va haciendo habitual la práctica del bautismo de hombres y mujeres ‘mayores de edad’; hombres y mujeres con sus dieciocho años bien cumplidos.

Es muy probable que, si en nuestra iglesia seguimos bautizando niños, sigamos siendo y teniendo una iglesia de niños. Es decir, una iglesia de seguidores de Jesús en la que importa poco pensar y mucho obedecer. Creo que ésta es la mejor pedagogía para que permanezca bien arraigado el llamado ‘pensamiento único’.

Leo en el texto del Evangelista Mateo estas palabras con las que se inicia la lectura del domingo día 9 de enero: “Entonces, aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán, donde Juan, para ser bautizado por él” (Mateo 3,13). Este Jesús del Evangelista Mateo lleva viviendo en la tierra de Galilea, en el norte de Israel, desde los primeros años de su infancia, como se puede leer en el segundo capítulo de este Evangelio de Mateo. ¿Qué hizo en todos estos años en esa región de la Galilea que se denominaba ‘de los gentiles’?

En la página segunda de este comentario titulada ‘Cinco minutos de aires bíblicos’ transcribo un texto precioso de Jaime Vázquez Allegue, director de la revista Reseña Bíblica. Copio ahora y aquí sus primeras palabras: “Alguien dijo que Jesús fue un hombre de pueblo. Un aldeano que se había criado lejos de la ciudad. Tal vez si hubiese nacido y vivido en Jerusalén o en otra capital del mundo, todo hubiera sido diferente.

¿Por qué, cómo o cuándo decidió aquel Jesús de Nazaret acudir al Jordán para que el predicador y profeta llamado Juan lo bautizara? Nadie podrá responder con certeza esta pregunta, porque nadie tuvo nunca la posibilidad de adentrarse en la interioridad de aquel laico de Galilea llamado Jesús. Tan sólo se podrán expresar opiniones o atreverse a guardar silencio ante lo imposible. El interrogante permanece. En cambio, sí sabemos que aquel Juan Bautizador perdonaba pecados de las gentes que acudían a él y no al Templo de Jerusalén con las ofrendas para los sacrificios que exigía el Dios de la Ley de Moisés. Juan bautizaba gratis. Carmelo Bueno Heras  

 

CINCO MINUTOS de AIRES BÍBLICOS

. Si se puede decir en un artículo de revista, ¿para qué escribir un libro de 200 páginas?

. Si se puede decir en una página, ¿para qué escribir un artículo de revista?

. Si se puede decir en un puñado de versos, ¿para qué escribir una página?

Este ‘Cinco minutos de aires bíblicos’ es una semilla que confío a la sabiduría de tu saber leer, que es despertar; de tu saber interpretar, que es cuidar; de tu saber compartir, que es saborear. Siempre pretenderé que esta ‘semilla de los cinco minutos’ tenga la ‘denominación de origen’ de su autor. 

Semana 7ª (08.01.2023)

 Galilea de los gentiles

Alguien dijo que Jesús fue un hombre de pueblo. Un aldeano que se había criado lejos de la ciudad. Tal vez si hubiera nacido y vivido en Jerusalén o en otra capital del mundo, todo hubiera sido diferente. Pero no lo hizo y, por tanto, no lo sabemos. Lo que sabemos es que su mensaje, el anuncio de salvación, tiene en Galilea su lugar de origen y una buena parte de su razón de ser.

 

Galilea está al norte. Alejada de la gran urbe que era Jerusalén. Separada de las sedes de poder, de las injerencias del gobierno y de las influencias de una visión ortopédica de la religión. Isaías la había identificado como la Galilea de los gentiles (Isaías 8,23). Y es que Galilea fue siempre tierra de paso, zona fronteriza, periferia del país, alejada de la capital, tierra descentrada, despreciada por los más observantes de la tradición. Galilea era una región de tránsito por la que pasaban gentes de otros países, de otras culturas, de otras religiones.

 

El caso es que, como Jesús, sus discípulos también fueron aldeanos de Galilea, gente humilde de clase trabajadora. Jesús los eligió porque estaban en la periferia.  Quería demostrar que, para poder llegar a todos, tenía que empezar por los últimos. Así es como Galilea se convirtió en un símbolo, el lugar elegido para el comienzo de la misión y el escenario para “salir de la propia comodidad para atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio (Evangelii gaudium 20).

 

Resulta curioso descubrir que, mientras los sabios de Israel discutían si Galilea formaba parte de la tierra prometida que Dios había dado a su pueblo, Jesús había decidido que aquel era el mejor escenario para comenzar a anunciar la buena noticia del Evangelio. Tal vez porque aquella noticia era tan buena que tenía que ser escuchada primero por los últimos, por los gentiles, por los extranjeros, por los despreciados, por los marginados. Aquellos aldeanos galileos fueron los primeros nominados para vivir una aventura fascinante.

 

Jaime Vázquez Allegue, Galilea de los gentiles, en Reseña Bíblica 116/4-2022, Editorial Verbo Divino, Navarra, página 5.

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