San Eulogio, presbítero y mártir, que en Córdoba, de Andalucía, fue decapitado por su preclara confesión de Cristo, el día 11 de marzo. († 859)
En Ancona, en el Piceno, san Marcelino, obispo, que, según escribió el papa san Gregorio Magno, por gracia de Dios libró a la ciudad de un incendio. († s. VI)
En Canterbury, en Inglaterra, san Adriano, abad, el cual, nacido en África, desde Nápoles viajó a Inglaterra, donde, muy preparado en ciencias eclesiásticas y civiles, educó egregiamente a gran número de discípulos. († 710)
En Escocia, san Felano, abad del monasterio de San Andrés, notable por su vida austera y por haber vivido en la soledad. († c. 710)
En el monte Olimpo, en Bitinia, san Eustracio, llamado «Taumaturgo», abad del monasterio de Abgaro. († s. IX)
En Thénézay, en la región de Poitiers, en Aquitania, san Honorato de Buzançais, que, siendo comerciante de ganado, repartía su dinero entre los pobres y fue asesinado por unos ladrones a los que reprendía. († 1250)
En Certaldo, lugar de la Toscana, beata Julia de la Rena, de la Tercera Orden de San Agustín, que permaneció encerrada en una pequeña celda junto a la iglesia, en la que vivió sólo para Dios. († 1367)
En Ancona, en la región del Piceno, beato Antonio Fatati, obispo, que en todas las misiones que le encomendaron los Romanos Pontífices se mostró prudente y ecuánime, austero para sí y generoso para con los pobres. († 1484)
En la ciudad de Nancy, en Francia, beata María Teresa de Jesús (Alexia) Le Clerc, virgen, que junto con san Pedro Fourier fundó la Congregación de Canonesas Regulares de Nuestra Señora, bajo la Regla de san Agustín, para la educación de las jóvenes. († 1622)
En Seúl, en Corea, santas mártires Agata Yi, virgen, cuyos padres murieron también mártires, y Teresa Kim, viuda, que, encerradas en la cárcel, primero fueron azotadas y después degolladas. († 1840)
En Lyon, Francia, beata Paulina María Jaricot, fundadora del Consejo de la Propagación de la Fe (antecedente de las Obras Misionales Pontificias) y del Rosario Viviente. († 1862)
En el campo de concentración de Dachau, cercano a la ciudad de Munich, en Alemania, beatos José Pawlowski y Casimiro Grelewski, presbíteros y mártires, los cuales, al ser invadida Polonia en tiempo de guerra, fueron deportados a este campo de concentración y consumaron su martirio en la horca. († 1942)
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