lunes, 9 de enero de 2023

Santos del día 10 de enero

 

Santos del día 10 de enero
Quarto Idus ianuarii
En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, san Melquíades, papa, oriundo de África. Conoció la paz concedida por el emperador Constantino a la Iglesia, pero víctima de los ataques de los donatistas, se distinguió por sus esfuerzos encaminados a obtener la concordia. († 314)
En la Tebaida, san Pablo, eremita, uno de los primeros en abrazar la vida monástica. († c. 341)
En la ciudad de Nisa, en la región de Capadocia, san Gregorio, obispo, hermano de san Basilio Magno, admirable por su vida y doctrina, que por haber confesado la recta fe fue expulsado de su sede por el emperador arriano Valente. († a. 400)
En Jerusalén, san Juan, obispo, que en el tiempo de la controversia acerca de la doctrina ortodoxa, trabajó denodadamente en favor de la fe católica y de la paz en la Iglesia. († 417)
En la ciudad de Die, en la Galia Vienense, san Petronio, obispo, que antes había abrazado la vida monástica en la isla de Lérins. († d. 463)
En Constantinopla, san Marciano, presbítero, que se distinguió por la ornamentación realizada en las iglesias y por la ayuda prestada a los pobres. († 471)
En la ciudad de Limoges, en Aquitania, san Valerio, que llevó vida solitaria. († s. VI)
En Melitene, en la antigua Armenia, san Domiciano, obispo, que trabajó con ahínco en la conversión de los persas. († c. 602)
   San Agatón, papa (1 coms.)   
En Roma, en la basílica de San Pedro, san Agatón, papa, que mantuvo íntegra la fe ante los errores de los monotelitas y promovió la unidad de la Iglesia con la convocatoria de diversos sínodos. († 681)
En la región de Viviers, cerca del Ródano, san Arconte, obispo. († c. 745)
En el monasterio de Cuixá, en los Pirineos, san Pedro Urseolo, que, siendo dux de Venecia, se hizo monje. Se distinguió por su piedad y austeridad, y vivió en un eremitorio cercano al monasterio. († c. 987)
En el monasterio de Cava dei Tirreni, en la Campania, beato Benincasa, abad, que envió cien monjes a Sicilia para restaurar la vida regular en el abandonado cenobio de Monreale. († 1194)
En la ciudad de Bourges, en Aquitania, san Guillermo, obispo, que, deseoso de soledad y meditación, se hizo monje en el monasterio cisterciense de Pontigny. Más tarde fue abad de Chaalis y, posteriormente, elegido obispo de Bourges. Mantuvo siempre la austeridad de la vida monástica y se distinguió por su amor a los clérigos, a los cautivos y a los desgraciados. († 1209)
En Amarante, lugar de Portugal, beato Gonzalo, presbítero de Braga, quien, después de una larga peregrinación por Tierra Santa, ingresó en la Orden de Predicadores, retirándose a una ermita, ayudó a construir un puente y trabajó en bien de los habitantes del lugar con su oración y predicación. († c. 1259)
En la ciudad de Arezzo, en la Toscana, beato Gregorio X, papa, que, siendo arcediano de Lieja, fue elevado a la sede de Pedro, desde donde favoreció enérgicamente la comunión con los griegos; para aplacar las divergencias entre los cristianos y recuperar Tierra Santa, convocó el Concilio II de Lyon. († 1276)
En Laurenzana, en la Lucania, beato Egidio (Bernardino) Di Bello, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que vivió retirado en una cueva. († 1518)
En Arequipa, en Perú, beata Ana de los Ángeles Monteagudo, virgen de la Orden de Predicadores, que con sus dones de consejo y profecía se dedicó a promover el bien de toda la ciudad. († 1686)
En Agen, Francia, beata Adèle de Batz de Trenquelléon, en religión María de la Concepción, cofundadora de las Hijas de María Inmaculada (Religiosas Marianistas), junto al beato Chaminade. († 1828)
En El Suncho, provincia de Córdoba, Argentina, beato Mamerto Esquiú, religioso franciscano y obispo, que contribuyó grandemente a la cnvivencia y a la concordia social, como celoso anunciador de la Palabra de Dios. († 1883)
En Perugia, en Italia, santa Francisca de Sales (Leonia) Aviat, virgen, que se dedicó, con maternal amor y solicitud, a la educación de las jóvenes e instituyó las Oblatas de San Francisco de Sales. († 1914)
En Madrid, capital de España, beata María Dolores Rodríguez Sopeña, virgen, la cual dio muestras de su gran caridad cristiana al dedicarse a los más abandonados de la sociedad de su tiempo, acercándose especialmente a los suburbios de las mayores ciudades, y para anunciar el Evangelio y atender a los pobres y a los obreros en cuestiones sociales, fundó el Instituto de la Damas Catequistas y la Obra de la Doctrina. († 1918)
En el Campamento de Viator, Provincia de Almería, España, beato Pascual Roda Díaz, mártir, seglar de la Adoración Nocturna que selló con su martirio la perfecta unión con Cristo, en la persecución religiosa que acompañó a la Guerra Civil española. († 1937)

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