Conmemoración de san Teófilo, obispo de Antioquía de Siria, varón muy erudito, que ocupó esta sede como sexto sucesor de san Pedro y compuso un libro para defender la fe ortodoxa contra el hereje Marción. († s. II)
En Córdoba, en la provincia hispánica de Bética, santos Fausto, Jenaro y Marcial, mártires, que adornan la ciudad como tres coronas. († s. III/IV)
En Tesalónica, ciudad de Macedonia, san Florencio, mártir, que, según la tradición, después de varios tormentos murió quemado vivo. († c. s. III)
En Kobern, junto al Mosela, en el territorio de Tréveris, san Lubencio, presbítero. († s. IV)
En Matuta, en la costa de la Liguria, san Rómulo, obispo de Génova, que, lleno de ardor apostólico, murió durante una visita pastoral. († s. V)
En Tours, en la Galia Lugdunense, hoy Francia, san Venancio, abad, el cual, habiéndose casado en su juventud, al visitar la basílica de San Martín se conmovió ante la vida de los monjes y, con el permiso de su esposa, se unió a ellos para vivir para Cristo. († s. V)
En Salagnac, en el territorio de Limoges, en Aquitania, san Leobono, eremita. († s. inc.)
En la isla de lona, en Escocia, sepultura de san Comgano, abad, que llegó a esta región procedente de Hibernia, junto con su hermana santa Kentigerna, los hijos de ésta y algunos misioneros. († s. VIII)
En Augsburgo, de Baviera, en Germania, san Simberto, obispo, que antes fue abad de Mürbach. († c. 807)
En Saint-Cierges, en la región de Auvernia, en la Galia, san Geraldo, que, siendo conde de Aurillac, fue un ejemplo para los demás príncipes por haber vivido como monje con hábito secular, procurando el bien de las regiones que tenía encomendadas. († 909)
Cerca de Subiaco, en el Lacio, santa Quelidona o Celidona, virgen, que, como dice la tradición, durante cincuenta y dos años llevó vida solitaria y austera, dedicada únicamente a Dios. († 1152)
En la localidad de Trino, en el Monferrato, beata Magdalena Panatieri, virgen, hermana de la Penitencia de Santo Domingo. († 1503)
En Coutances, en la región francesa de Manche, beato Pedro Adrián Toulorge, sacerdote premonstratense y mártir, que en los días de la Revolución Francesa dio muestra de su entrega incondicional a Cristo. († 1793)
En San Martino di Caprara, Bolonia, Italia, beato Giovanni Fornasini, presbítero, que selló con el martirio a manos de soldados del régimen nazi, una vida de entrega en la fe y en la caridad. († 1944)
En el lugar de Balasar, cerca de Braga, en Portugal, beata Alejandrina María da Costa, que, al intentar huir de quien la perseguía con mala intención, quedó imposibilitada en todos sus miembros, y en la contemplación de la Eucaristía encontró el modo de ofrecer al Señor todos sus dolores por amor a Dios y a los hermanos más necesitados. († 1955)
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