domingo, 27 de julio de 2014

Abandona tu nada y El maestro Zen y el cristiano(El canto del pájaro (Anthony de Mello))

 
ABANDONA TU NADA
Pensaba que era de vital importancia ser pobre y austero. Jamás había caído en la cuenta de que lo vitalmente importante era renunciar a su «ego»; que el «ego» engorda tanto con lo santo como con lo mundano, con la pobreza como con la riqueza, con la austeridad como con el lujo. No hay nada de lo que no se sirva el «ego» para hincharse.
El discípulo: Vengo a ti con nada en las manos.

El maestro: Entonces suéltalo en seguida.

El discípulo: Pero ¿Cómo voy a soltarlo si es nada?

El maestro: Entonces llévatelo contigo.

De tu nada puedes hacer una auténtica posesión. Y llevar contigo tu renuncia como un trofeo.


No abandones tus posesiones. Abandona tu «ego».
EL MAESTRO ZEN Y EL CRISTIANO
Una vez visitó un cristiano a un maestro Zen y le dijo: «Permíteme que te lea algunas frases del Sermón de la Montaña». «Las escucharé con sumo gusto», replicó el maestro.

El cristiano leyó unas cuantas frases y se le quedó mirando. El maestro sonrió y dijo: «Quienquiera que fuese el que dijo esas palabras, ciertamente fue un hombre iluminado».

Esto agradó al cristiano, que siguió leyendo. El maestro le interrumpió y le dijo: «Al hombre que pronunció esas palabras podría realmente llamársele Salvador de la humanidad».

El cristiano estaba entusiasmado y siguió leyendo hasta el final. Entonces dijo el maestro: «Ese sermón fue pronunciado por un hombre que irradiaba divinidad».

La alegría del cristiano no tenía límites. Se marchó decidido a regresar otra vez y convencer al maestro Zen de que debería hacerse cristiano.
De regreso a su casa, se encontró con Cristo, que estaba sentado junto al camino. «¡Señor», le dijo entusiasmado, «he conseguido que aquel hombre confiese que eres divino!».

Jesús se sonrió y dijo: «¿Y qué has conseguido sino hacer que se hinche tu 'ego' cristiano?».

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