jueves, 31 de julio de 2014

Se cierra una puerta y se abre una gran ventana 31072014


Se cierra una puerta y se abre una gran ventana

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BlogACIPrensa
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Por María Denisse Fanianos de Capriles
En Venezuela estamos viviendo momentos de una gran crisis política, económica y social. Pero sobre todo estamos viviendo una gran crisis de valores.
El estado que nos gobierna, siguiendo el modelo comunista cubano y chino, está controlando cada vez más todos los medios de comunicación que existen en el país con la finalidad de silenciar las denuncias contra la corrupción que está destrozando a Venezuela.
Esta semana viví en carne propia lo que es cercenar la libertad de expresión. Desde hace casi 4 años escribía semanalmente en uno de los diarios independientes más importantes de Venezuela: El Universal.
El diario fue vendido y se rumorea que lo compró gente afín al gobierno. Esta semana se me comunicó que el Consejo Consultivo de ese diario no podía aceptar más mis artículos.
La solidaridad que recibí por mi twitter @VzlaEntrelineas fue inmediata. La gente se mostraba indignada. Algunos me preguntaban que por qué me sacaban de ese diario si mis artículos no tocaban temas políticos.
Y yo les respondía que mis artículos, al hablar de moral, del Cielo, del infierno, al citar frases de Nuestro Señor Jesucristo y las palabras que el Papa Francisco ha dicho sobre los corruptos, les podían resultar sumamente incómodos a la conciencia de algunos.
Entonces se cerró una etapa de mi trabajo en ese diario, donde pude escribir y defender la Fe “sin pelos en la lengua”; donde pude defender con orgullo a mi santa Iglesia católica a quien este gobierno ha insultado y atacado.
Defendí a mis obispos, a mis sacerdotes, a todos quienes conformamos la Santa Iglesia de Dios. Escribí artículos donde transmitía siempre alegría y esperanza para que, a pesar de los problemas, siguiéramos adelante construyendo el reino de Dios.
Escribí sobre la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte, de la familia, del cuidado a los ancianos, etc. Escribí sobre mis predilectos, los enfermos.
Pienso que puede haber molestado a los corruptos de este país (que gracias a Dios son pocos) aquella serie sobre corrupción que construí con frases durísimas del Papa Francisco como las siguientes.
“Les llevan pan sucio a sus hijos”, “están hambrientos de dignidad”, “los peores corruptos son los que ayudan a la Iglesia con una mano y roban con la otra”, “Jesucristo nunca habló de perdonar a los corruptos”, “hacen fiesta con el dinero de los pobres”, “llamo a los cristianos a rezar por los corruptos para que se conviertan porque si no los perros del infierno beberán su sangre”, etc.
Impresiona cómo este maravilloso Papa que Dios nos ha regalado en estos momentos de nuestra historia (donde el desenfrenado consumismo, el derroche y la corrupción están en su máximo apogeo) describe perfectamente cómo es la vida de esta gente y cómo dan mal ejemplo a sus hijos.
Desde que el Papa Francisco llegó a la sede de Pedro no ha dejado de denunciarlos de forma clara, directa y muy valiente.
También ha hecho un llamado a los católicos para que denunciemos la corrupción y las injusticias.
Una persona que se llama cristiana no puede ser cómplice de un régimen corrupto que ha dilapidado las riquezas de una nación y que ha hecho que millones de venezolanos vivan verdaderas tragedias ya sea por la altísima inseguridad, por las interminables colas que deben hacer para conseguir alimentos, por no tener acceso a medicamentos y servicios en hospitales, etc.
Hoy quiero agradecer inmensamente a este reconocido portal Aciprensa por haberme ofrecido (apenas se enteraron de mi expulsión en El Universal) un espacio en su maravillosa web.
Desde aquí seguiré escribiendo y defendiendo la Verdad que nuestro Señor Jesucristo vino a traer a la Tierra y que nuestra Santa Iglesia Católica custodia con tanto celo.
Hoy se me abre una ventana inmensa, por donde seguiré evangelizando (tal y como me lo pidió San Juan Pablo II en una carta en el año 2003), y llevando la luz de Cristo a todos los rincones de la Tierra.
Mil gracias a Alejandro y a todo el equipo de Aciprensa. Mil gracias a todos quienes me han mostrado su apoyo en estos días.
Y mil gracias a Dios por haberme permitido vivir en un país como Venezuela donde se están cometiendo inmensas injusticias que ahora nos toca, como cristianos íntegros que somos, denunciarlas y ocuparnos de que se resuelvan. Eso es lo que se nos enseña en la Doctrina Social de la Iglesia.
Algún día brillará la Libertad, la Justicia y la Paz en nuestra amada Patria. Dios y la Santísima Virgen de Coromoto están con nosotros y nos ayudarán.
Aprovecho para pedir a los lectores de otros países sus oraciones por Venezuela y por tantos hermanos venezolanos que están sufriendo las terribles consecuencias de la descarada corrupción de este régimen totalitario.
Aquí me tendrán todas las semanas anunciando el evangelio, difundiendo la verdad y denunciando las injusticias.
 
 
    
 
  

 

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