Opción por la verdad
¿Tomó Jesús opción
de clase? No te va a ser fácil saber dónde está el pobre. Jesús tomó opción
por la verdad. La pobreza no es un estado de felicidad, sino de injusticia.
Hay pobres que necesitan que se sea duro con ellos para que despierten. Hay que
tratar a cada persona según lo que ella necesita. Sensibilízate con la
injusticia siendo tú justo y así comenzarás a comprender la injusticia.
El místico es el
revolucionario por excelencia. Él no hace nada, porque todo se hace por medio
de él. Se deja llevar por una fuerza que ni siquiera puede resistir: la fuerza
de la verdad. Ha habido místicos violentos, pero allí no se metía su ego. Cada
uno sabrá lo que debe hacer si está despierto y abierto y sensibilizado a la
verdad, como Jesús. No hace falta saber de dónde vino el mal, sino saber el
porqué del mal que tienes ahora, de dónde procede.
Una vez que yo esté
sensibilizado con las cosas, con las personas y conmigo mismo, no hará falta
que me digan lo que es bueno y lo que es malo, porque me será imposible cerrar
los ojos a la realidad, y por ello no podré optar por el mal. Yo, entonces, no
podré aprobar lo que haces tú, si es un mal objetivo, pero tampoco podré
obligarte a hacer lo contrario, ni dirigirte o reformarte. Trataré de
ayudarte a que ese mal no exista, y esperar a que despiertes.
Gandhi decía:
"El que quiera venir a luchar conmigo para liberar a la patria, tendrá
antes que purificarse, pues, de lo contrario, acabaríamos liberándonos de una
opresión para caer en otra peor." Hay que lanzarse a la batalla sin ningún
rastro de odio para que esa batalla sirva para algo. Liberarte del odio es lo
mismo que liberarte de tu miedo, pues el miedo es lo que produce el odio. Y si
el miedo es por ti mismo, es que te estás odiando, y si anida el odio en ti,
odiarás a todo el mundo.
Para ser místico no
necesito estar en un monasterio. Se puede muy bien ser pobre e ignorante de
teorías y de leyes y ser místico. Lo que hace falta es estar despierto a la
vida. Lo importante es liberarte tú mismo, y eso lo puede hacer tanto un seglar
como un monje. Quizá un monje, con la dificultad de una comunidad cerrada,
donde se originan tantos roces, te da pie para descubrir más claramente tus
enfermedades, y sobre todo sufrir. Es el sufrimiento lo que ayuda a
despertar. El encuentro con la realidad.
El estar despierto
y mirar sin engaños no quiere decir que desaparezca tu programación, sino que
allí estará, pero la verás claramente, y al apego lo llamarás apego, y a lo
que creías amor lo llamarás egoísmo. El apego habrá perdido la batalla cuando
lo descubras, y ya no tendrá el poder que la inconciencia le daba. Tú mandarás
sobre él.
Liberarte
del odio es lo mismo que liberarte de tu miedo, pues el miedo es lo que produce
el odio.
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