MISIONEROS PARA LA FRONTERA
Compartiendo con mis
hermanos "misioneros claretianos" en Centroamérica.
Centroamérica: lugar
"oportuno, urgente y eficaz"
He llegado a la
conclusión de que Centroamérica es hoy el lugar más importante de América
Latina, e incluso creo que del tercer mundo. Me explico, (y hablo en términos
cristianos, y en términos globales de liberación), Vean.
América Latina, frente
al capitalismo internacional, y frente al socialismo... no hay duda de que es
una encrucijada. ¿Qué va a continuar haciendo el capitalismo internacional, el
imperio, los imperios, Estados Unidos, hoy, en todo el tercer mundo, en América
Latina... ? Y el socialismo, en segundo lugar, ¿qué puede hacer en el tercer
mundo, y en América Latina? ¿Cómo puede implantarse? ¿Qué pretende en América
Latina? ¿Cómo puede ser vivido en este continente? Es un desafío.
Cuando hablamos de
todo esto no podemos caer en la tentación en que muchos caen de hablar sólo de
este y oeste. Nosotros hablamos siempre en cruz; norte y sur, este y oeste.
Para el cristiano, la única palabra completa es la cruz, también cuando se
habla de política y de economía. El mundo está crucificado por el este y por el
oeste, pero sobre todo por el norte y por el sur. Cuando no había este y oeste
ya había norte y sur. (Serían los imperios babilónicos, el romano... ).
El problema sobre todo
es norte y sur: imperio, dominación, dependencia, colonización... Jesús mismo
experimentó en su vida no el problema este-oeste, sino el problema norte-sur:
el imperio, la dominación, la explotación.
Yo he dicho muchas
veces que Palestina era como una Centroamérica, como un paisito de éstos de
Centroamérica. Precisamente Palestina es también un corredor. La importancia de
pasillo, de canal, que ha tenido Palestina a lo largo de los siglos, que tiene
hoy todavía. La importancia de corredor geopolítico que Centroamérica tuvo ya
en los tiempos indígenas anteriores al "descubrimiento" y que tiene
todavía, secularmente, esta Centroamérica canalizada, cintura de América Latina
y puente entre los dos océanos...
Creo que
Centroamérica, políticamente, geopolíticamente es ahora el lugar más importante
del mundo, el más crucial. Y vean: también eclesiásticamente. Eclesiásticamente
América Latina es el continente cristiano. Lo que la Iglesia tenga el coraje de
ser aquí, en América Latina, y concretamente en Centroamérica, eso es lo que la
Iglesia puede exportar de cara a su futuro, y ya ahora. ("Exportar"
en el mejor sentido de la palabra, claro, sin querer colonizar).
¡Cuántos africanos y
asiáticos me han dicho o escrito: "dependemos de ustedes", o
"estamos pendientes de ustedes"! y también nos lo dicen mucho desde
Europa: "continuamos en la fe y en la Iglesia porque ustedes están
ahí". (Esto no me alegra, de ningún modo; lo lamento; puede ser falta de
eclesialidad por parte de ellos; pero puede ser falta de sensibilidad quizá de
Iglesias, jerarquías, pastorales de Europa que no saben responder a las
necesidades, a la urgencia, a sectores como la juventud, o a sectores más
militantes... y por eso, estos sectores miran al otro lado del océano buscando
otras Iglesias que les ayuden con su actitud a mantener la fe y a
comprometerse...)
Por todo ello, por
todo lo que geopolítico-eclesiásticamente aquí se juega es Centroamérica un
lugar tan crucial. Y por eso es un lugar "oportuno, urgente y
eficaz", es decir, misionero.
Ser pobre en Centroamérica:
optar por el pueblo pobre
Hay muchas maneras de
optar por los pobres. Podemos optar por rezar todos los días por los pobres:
Podemos optar por dar limosna a los pobres. O por hacernos pobres como los
pobres.
La Madre Teresa de
Calcuta, por ejemplo, optó, ella y sus monjitas, por vivir como pobres y por
ayudar a los pobres. Ahora bien, ella no optó por ayudar a los pobres a
transformar las estructuras socio-político-económicas.
Cuando le preguntaron
una vez a la Madre Teresa de Calcuta: "¿qué opina usted, viéndose al lado
de Dom Hélder Cámara, tan metido él en la política... mientras ustedes parece
que la rehuyen...?" Ella contestó: "él tiene su carisma: tiene su
misión, que será necesaria...; nosotros tenemos otro carisma, otra opción...".
Son opciones distintas. Hay muchas maneras de optar por los pobres.
Sinceramente, a la vez
que la respeto, creo que la opción de la Madre Teresa de Calcuta, aún siendo
ella muy santa, es incompleta. Creo que es poco crítica. Creo que algunos
aspectos y para ciertos sectores de nuestra sociedad -pensemos por ejemplo en
nuestra propia América Latina- es incluso poco testimoniante, poco misionera.
Porque los pobres no
son simplemente pobres. Son empobrecidos, prohibidos, despojados...
"Empobrecidos": sometidos a un proceso de empobrecimiento. Sojuzgados
por unas estructuras que los despellejan, que los empobrecen. No son unos
mendigos. Ni son pobres "sueltos", Son una "clase" social.
O varias clases, en el campo, en la ciudad...
Aquí estaría el
secreto de la verdadera pobreza de los religiosos y de los misioneros: el
pueblo pobre y la pobreza popular. Para mí esa es la palabra clave:
"popular". ¿Qué tipo de pobreza hemos de vivir los religiosos?: una
pobreza popular. ¿Qué se entiende por pobre?: la inmensa mayoría. ¿Qué opción?:
la opción por el pueblo pobre. Sólo con esa opción, -la misma de Jesús-
podremos ser "misioneros" enviados como El a llevar a los pobres la
Buena Noticia de la Liberación. Tanto la pobreza religiosa, como la opción por
los pobres, para nosotros los misioneros debe ser "popular",
"popular", "popular"..,
Y pienso: ante esta
opción por los pobres, esta pobreza popular, nosotros, los claretianos, hoy, en
Centroamérica... ¿qué hacemos concretamente por esas mayorías oprimidas, por
esos negros centroamericanos, por los refugiados, por los que están en la
montaña, por tantos mártires vivientes...?
Si nosotros los
misioneros no vivimos la opción por los pobres, por esas mayorías, por los
pobres empobrecidos (que Puebla nos dirá que tienen nombre y que tienen
rostro), si no procuramos vivir popularmente, y si no procuramos hacer una
pastoral popular, yo creo que estaríamos negando el evangelio, negando nuestra
condición de cristianos, nuestro bautismo, nuestra condición de religiosos,
nuestra condición de misioneros.
Centroamérica: misión
de frontera
Los misioneros, por
ser misioneros, deberíamos ser siempre unos "salidos de madre",
salidos de esquema, de estructura, arrancados de..
Con toda aquella
ilusión de las misiones, y un poco por el temperamento radical y extremoso que
yo tengo, poco a poco me fui haciendo a la idea de que si uno no buscaba algún
lugar lejano, distante, "abrahámico" ("deja tu tierra y tu
parentela, la casa de tu padre..."), y si uno no se ponía en una coyuntura
más o menos heroica, uno acabaría no haciendo nada en la vida. (Eso puede ser
estúpido también: puede ser sueño, o exaltación poética, porque podría
significar que no se puede vivir en la normalidad... ; pero cada uno tiene su
propia historia y la gracia de Dios atiende la naturaleza y los genes de cada
uno, porque naturaleza y gracia se casan muy bien... ). Pienso que si nosotros,
misioneros, no vivimos ese "salirnos de", ese ir a la frontera, no
seremos verdaderamente misioneros.
Si alguien ha de vivir
la pastoral de la frontera, ése es el misionero. La "pastoral de la
frontera" podría ser una buena traducción de "lo más oportuno,
urgente y eficaz". Toda "evangelización" se encuentra con la
frontera. La Iglesia siempre debería ser frontera, del evangelio con el mundo.
Prácticamente, la Iglesia, por definición, debería ser: la frontera de la
evangelización, o si ustedes quieren, la frontera del Reino en el mundo. Toda
la Iglesia debería ser fronteriza, en los lugares y en el tiempo. Pero si
alguien en la Iglesia está llamado a ser frontera, proa, punta, vértice... ése
es -por definición, por vocación- el misionero. Está llamado a la vanguardia de
la evangelización, a la frontera de la construcción del Reino. Pienso en estos
procesos, en estos pueblos de Centroamérica... la pastoral de la frontera, la
pastoral de lo más oportuno, urgente y eficaz...: ¡el campo propio del
misionero!
Hay un estudio sobre
san Antonio María Claret, de Lebroc, que aunque yo no lo he podido leer, creo
que en resumen viene a decir: san Antonio María Claret, en cuanto a los
"fenómenos" místicos (subrayando lo de "fenómenos" y
estudiándolos desde la sicología de hoy) fue un tanto iluso; en cuanto a la
santidad, sin embargo, Claret fue realmente un santo, un gran santo. En lo
político fue un reaccionario, como toda la Iglesia de su tiempo; pero en lo
social fue un genio, sin duda, un precursor, un grandísimo avanzado.
Ser en aquella época
un genio en lo social, trasladado a nuestro tiempo, significaría ser hoy un
genio en lo político. En aquella época era imposible que la Iglesia fuera
genial en lo político.
En Cuba me decían
algunos: no negamos que Claret fuera un santo... pero es que Cuba era colonia,
y él vino de España, y fue un arzobispo de la metrópoli, en una colonia, y a
favor de la metrópoli, a pesar de su santidad, que nadie niega, y a pesar de
aquellos gestos tan atrevidos que tuvo en lo social (su enfrentamiento a los
negreros, el establecimiento de las cajas de ahorro y de la granja...).
Ahora bien, lo que él
tuvo de genial en lo social, siendo consecuente, siendo él mismo, si viviera
hoy, lo tendría ahora en lo político. Hoy, superadas ya muchas dicotomías, y
entendiendo que no se puede hablar ya de lo social si no se habla de lo
político (en el siglo XIX sí que se podía hacer esa dicotomía), hoy hubiera
sido sin duda un gran "santo político", un denodado misionero pionero
en los caminos de la santidad política...
Yo digo siempre que el
mandamiento nuevo, originalmente fue Jesús quien lo vivió sin dicotomías, a
pesar de que es evidente que él, por ser el Verbo "encarnado en su tiempo
y en su hora", no podía expresar muy lúcidamente lo político de la época,
ni el análisis de la realidad... Vivía en su tiempo y en su época, no en el
siglo XX. Pero lo vivió sin dicotomías.
Hoy, nosotros, a la
altura de nuestro tiempo, también estamos ya en capacidad de superar muchas
dicotomías. Hoy ya tenemos claro -ojalá- que "todo es político, aunque lo
político no lo es todo". También para el misionero. También para el
claretiano. Quien dice que sí, quien dice que no, quien se abstiene, quien
quiere ser neutral... todos están tomando opciones y actitudes políticas.
También el misionero.
Nosotros,
necesariamente, por ser misioneros y por opción por los pobres, para estar a la
altura de los tiempos (en nuestro siglo XX) y del lugar (encarnados en nuestros
pueblos empobrecidos, en proceso, y aquí en esta Centroamérica tan
geopolíticamente concreta) debemos optar por los procesos de los pobres.
Debemos optar por los procesos populares mayoritarios. Debemos optar por
aquellos procesos populares mayoritarios que reivindiquen los derechos básicos
fundamentales de los pueblos. Y los derechos básicos fundamentales de los
pobres son: el derecho a la vida (alimento, salud, educación, tierra, trabajo,
techo), el derecho a una vida digna. Con mucha razón dicen en Nicaragua:
"paz con dignidad". Debemos optar por los procesos que respondan a
los derechos, a las exigencias básicas del pueblo.
Piensen en los
procesos históricos de los pueblos de Centroamérica. Pregunto: un misionero,
¿puede dejar de lado las guerrillas de El Salvador? No digo que canonicemos las
guerrillas; digo: ¿podemos dejarlas de lado? Un misionero, ¿puede dejar de lado
los territorios "liberados" de El Salvador? Un misionero, ¿puede
dejar de lado la revolución sandinista?...
Yo estoy plenamente de
acuerdo con que los obispos de Nicaragua no sean sandinistas. Ni hace falta que
lo sean. Pero si quisieran ignorar o contestar abiertamente la revolución
sandinista, a mí me parecería por lo menos sin sentido. Por una razón muy sencilla:
porque la revolución sandinista está ahí. Es historia que está ahí. Es realidad
que está ahí. Y la revolución sandinista tiene mucho de mayoritario en
Nicaragua. ¿Dónde van a hacer pastoral? ¿A qué pueblo van a evangelizar? ¿En
qué época están evangelizando? ¿Qué tipo de Iglesia quieren hacer?... Pues que
se descuiden, y entre unos y otros van a conseguir que Nicaragua sea o marxista
atea o de las sectas.
En Guatemala creo que
los misioneros deberían estar en las comunidades de repoblación, en las montañas
de refugiados, o acompañando a los refugiados en México.... lo misionero, lo
profético, lo más oportuno, urgente y eficaz... Misioneros desinstalados...
En las "áreas
liberadas" de El Salvador, donde hay muchísima gente, todos prácticamente
cristianos, y católicos... hay prácticamente tres sacerdotes solamente.
En Guatemala, en esas
áreas del pueblo que vive en esas montañas, sólo hay un sacerdote. (No estoy
hablando de los guerrilleros, que también son cristianos, y que también
necesitan los sacramentos la inmensa mayoría de ellos; y no me digan que los
guerrilleros no necesitan los sacramentos y si los necesita la
"contra", y un obispo celebra misa para la contra en Miami, y ahí
nadie se escandaliza; estoy seguro de que si yo celebrase misa para los
comandantes reunidos en Managua, se rasgaban los vestidos hasta las estatuas de
piedra del Vaticano). Pues como digo, en toda esa Guatemala de la montaña sólo
hay un sacerdote heroico que acaba de salir con el estómago estropeado;
hubieron de sacarlo urgentísimamente. Afortunadamente hay otro de una gran
orden que está ahí, solito.
Ante todo esto me
pregunto: ¿podríamos estar los misioneros cómodamente instalados, en buenas
casas, en barrios ricos, en parroquias tradicionales y sacramentalistas, en
colegios "de prestigio"... lejos del pueblo y de los pobres, lejos de
las mayorías oprimidas, de los desplazados, refugiados, perseguidos... lejos de
los que sueñan con una Centroamérica nueva, de los que luchan arriesgadamente
por el acercamiento del Reino a esta Centroamérica nuestra?
Yo me digo a mí mismo: el futuro de
Guatemala, el futuro de El Salvador, el futuro de Centroamérica, no se define
en las parroquias tradicionales, en los colegios burgueses... Con eso no quiero
decir que debamos abandonar sin más las parroquias tradicionales... (o quizá
sí). El futuro se juega en otra parte, en la frontera, en la vanguardia. Por
eso, los misioneros debemos estar en la frontera del futuro, en la frontera de
la misión, en lo más oportuno, urgente y eficaz.
En EEUU
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hay un sacerdote por
cada
|
1000
|
católicos
|
En Europa
|
" " "
|
1200
|
"
|
En Asia
|
" " "
|
2500
|
"
|
En Africa
|
" " "
|
3800
|
"
|
En Sudamérica
|
" " "
|
6800
|
"
|
En Centroamérica
|
" " "
|
7500
|
"
|
Fuente: "Sem
Fronteiras" 157(marzo 88)35.
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Muchos otros, públicamente disponibles, en
http://servicioskoinonia.org/biblioteca
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