Conoce 5 formas
de enfrentar el sufrimiento para hacerte más fuerte
Cómo sacar provecho del sufrimiento de modo que cuando me visite
no me transforme en una persona amargada sino que me haga más fuerte
El sufrimiento compartido
es un sufrimiento santificado. Por sí solo, el sufrimiento no tiene ningún
valor positivo. Todo depende de una cosa: ¡unir nuestro sufrimiento con el
sufrimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo!
Una vez que esta Conexión Divina ha sido establecida, es cuando
el sufrimiento humano tiene un valor positivo.
José, el
sufrimiento puede presentarse de muchas formas y diferentes grados de
intensidad, así como su duración. Sufrimiento físico, sufrimiento emocional,
sufrimiento psicológico, sufrimiento económico, sufrimiento familiar,
sufrimiento espiritual y sufrimiento moral – son formas de sufrimiento en
distintas expresiones.
"Lo que hagas
por tus hermanos o hermanas lo haces por mí".
El sufrimiento nos puede hacer mejores o peores.
Sufrir sin verticalidad, o conexión divina transforma
inevitablemente al que sufre en una persona amargada, enojada y rencorosa.
Un masoquista sufre sólo por sufrir y nada más. Un sádico se
satisface con el sufrimiento de los demás. Una persona imperturbable con toda
su energía para eliminar todas las formas del sufrimiento.
Jesús nunca prometió a sus seguidores que serían liberados de la
realidad del sufrimiento. Por el contrario, la primera condición para ser Su
seguidor, como Él lo dijo fue:
"Si alguno
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y
sígame."
Cargar la cruz es otra forma de decir que aceptamos la realidad
del sufrimiento en nuestras vidas.
Jesús no solo predicó la realidad del sufrimiento y su valor,
sino que también puso en práctica lo que Él predicó en la forma más clara
imaginable. La Cruz, el Calvario y la Crucifixión.
Jesús no huyó de la cruz; o evitó la Dolorosa Vía del Calvario,
mucho menos renunció a los clavos, la cruz y la lanza, todas están presentes en
la crucifixión.
¡La razón!
La razón por los muchos y dolorosos aspectos del sufrimiento de
Jesús fue obedecer a la voluntad del Padre Celestial, pero también para mostrar
a toda la humanidad, y de hecho a cada uno de nosotros individualmente, cuanto
nos ama.
Jesús sufrió su pasión para salvar a la humanidad, pero también
para salvarnos a todos y cada uno de nosotros individualmente.
Tambalea la imaginación la realidad de que Jesús sufrió todo por
ti y por mí como si fuésemos los únicos individuos en toda la creación. Cuán
grande es el amor de Dios y Su disposición para sufrir al punto de derramar Su
Preciosa Sangre por mi salvación eterna.
Cómo tomar ventaja del sufrimiento
Como puedo sacar provecho de mi propio sufrimiento de manera que
cuando éste me visite, y lo hará tarde o temprano, no me transforme en una
persona amargada, sino en un mejor ser humano.
¡No hay amor más
grande que dar la vida!
1.- Contempla la pasión de Cristo.
Crea un hábito de reflexionar en algún elemento de la Pasión,
sufrimiento y muerte de Jesús frecuentemente.
¿Por qué no escoger "Viernes" cada semana para tomar
por lo menos un aspecto de la Pasión de Cristo y pasar un tiempo en silencio,
orando, meditando y contemplando el amor supremo de Jesús por ti en Su
sufrimiento?
Puede ser la Sangre que brotó de su frente en el Getsemaní; o
pueden ser las llagas abiertas en su Cuerpo Santo, puede ser una de las espinas
que taladró su Sagrada Frente, por otra parte puede ser el clavo que perforó
uno de Sus pies.
Finalmente, podría ser Su Preciosa Sangre brotando de sus
heridas mientras colgaba valientemente de la cruz. Escoge y contempla cualquier
detalle que te impulse a amar al Señor Jesús con más intensidad.
2.- Dimisión a la voluntad de Dios
Cuando Dios te envía el sufrimiento en cualquier forma, lucha
por aceptar inmediatamente el sufrimiento con confianza y seguridad, con plena
conciencia de que Jesús te ha enviado este sufrimiento porque te ama y quiere
que compartas a cierto nivel Su Sufrimiento.
Cualquier cosa que Dios nos envía es siempre para nuestro
beneficio y bienestar. Recuerda el concepto Agustiniano:
"¡Dios permite
lo que puede parecer malo – varias maneras de sufrimiento – para sacar un bien
mayor de ello!"
3.- Ruega por la Gracia
No es erróneo pedir la liberación del sufrimiento. En Su
agonía en el Huerto, Jesús le rogó al Padre tres veces que lo liberara del
cáliz del sufrimiento, pero finalizaba con estas palabras: "Que no se haga
mi voluntad, sino la tuya".
Sin embargo, si Dios considera que es mejor no tomar la cruz en
tu espalda, entonces Él, de hecho, traerá bendiciones más grandes a través de
tu sufrimiento.
Nosotros vivimos en el presente, pero Dios lo ve todo. El ve de
la A a la Z y tiene el rompecabezas resuelto. A la luz de la salvación de tu
alma y la eternidad Dios puede haber permitido esa cruz para tu purificación,
santificación y la salvación eterna. Dios ve el panorama completo.
Somos como hormigas al pie de una enorme montaña; Dios es como
un águila volando alrededor de la montaña. Obviamente la vista panorámica de
Dios y Su perspectiva trasciende la visión de una pequeña hormiga- ¡esa somos
nosotros!
4.- Únela a la Misa y al Calvario
Es de gran importancia, santificar
nuestro sufrimiento, relacionarlo con la Misa y el Calvario. En
cada celebración del Santo Sacrificio de la Eucaristía, Jesús se ofrece como la
victima inmaculada para la salvación del mundo.
Para maximizar en mejor medida el valor de nuestro sufrimiento,
debemos colocarlo en el altar en el Sacrificio de la Santa Misa.
En el momento de la Consagración, cuando el Cuerpo de Jesús está
siendo elevado al Padre, debemos colocar nuestros sufrimientos en la patena a
lado de Jesús.
Entonces cuando recibamos la Sagrada Comunión, ofreciendo
nuestros sufrimientos a Jesús y con Jesús, incontables gracias se derramarán
sobre ti, tu familia, la Iglesia, así como al mundo entero. ¡Dios Padre te vera
en la cruz con Su Hijo amado en quien se complace!
5.- Nuestra Señora de los Dolores
Después de Jesús nadie más sufrió tanto como María, la Madre de
Dios, conocida también con el título "Nuestra Señora de los Dolores".
San Juan Diego corrió hacia Nuestra Señora de Guadalupe en su
amargo sufrimiento – la posible muerte de su tío Juan Bernardino.
Inmediatamente Nuestra Señora le respondió a Juan Diego curando
instantáneamente al anciano.
En nuestros sufrimientos – físicos, emocionales, familiares,
económicos, morales e incluso espirituales- ¿por qué no acercarnos a Nuestra
Señora de los Dolores y dejarlo todo en su Corazón Inmaculado?
¡A través de su oración poderosa ella convertirá las espinas en
rosas, una tormenta en un arco iris, la muerte en la vida, un Viernes Santo en
la Gloria de Jesucristo Resucitado!
Conclusión
En conclusión mis amigos, lleguemos a un acuerdo con la
inevitable e ineludible realidad del sufrimiento.
No lo desperdiciemos, en vez unámoslo al sufrimiento, pasión y
muerte de Jesús con la firme convicción y la esperanza sin límite que el
sufrimiento unido a Cristo purifica, eleva, ennoblece y santifica.
José, si se
hace de esta forma, el
sufrimiento no nos hará peores, nos hará mejores seres humanos.
"Te alabamos o
Cristo y te bendecimos, que por Tu Santa Cruz redimiste al mundo".
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