Las diez cosas que han cambiado en el culto dominical
de protestantes y católicos en apenas 15 años
by ismaelojeda
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Cada vez hay menos
coros, y se canta con pantallas, no cantorales, y el clero es más viejo...
Pablo J. Ginés/ReL
En los últimos 10 ó 15 años, el culto dominical de los católicos
no ha cambiado mucho en Occidente. Sin embargo, el de los protestantes sí, como
analiza en su blog Thom S. Rainer, un especialista baptista-evangélico en
evangelización, y presidente de LifeWay Christian Resources (www.lifeway.com).
Parte de la información la obtiene de un detallado estudio, que
abarca hasta 2007, de la Duke University de EEUU (está en http://www.soc.duke.edu/natcong/),
un estudio que incluía entrevistas de una hora con el ministro (o en el caso
católico, el sacerdote) encargado de una comunidad. Se estudiaron más de mil
congregaciones de EEUU.
Otra parte de la información procede de la experiencia de Thom
S. Rainer, algunas de sus investigaciones "de mercado" y consultas de
iglesias. Rainer no valora estos cambios, sólo los expone "desde la
perspectiva de un investigador".
1) Los coros están desapareciendo
De 1998 a 2007, el porcentaje de iglesias con coro disminuyeron
del 54% al 44%. Si la tendencia hubiera seguido hasta 2014, habría sólo un 37%
de iglesias con coro (entre católicas y protestantes, ya que usa los datos de
la Duke University).
Un coro es distinto a un ministerio de alabanza o un animador de
cantos. El coro tiende a implicar más personas y más ensayos que un ministerio
de alabanza y así aumenta el número de feligreses "activos",
implicados en la comunidad.
2) Se viste más informal en la iglesia
En regiones cálidas o frías, urbanas o rurales, en iglesias de
cualquier raza o etnia, blancas, negras o vietnamitas, cada vez son menos los
hombres que se ponen la corbata para ir a la iglesia. De hecho, en casi todas
partes son ya minoría. De nuevo, esto se da tanto entre católicos como entre
protestantes.
En España y países hispanos, el cambio a la ropa informal o
semi-formal (y más con calor) se ha dado hace décadas entre los católicos, pero
en EEUU aún se mantenía en ciertos sitios.
Otro tema distinto que habría que estudiar es si los
protestantes en España e Hispanoamérica tienden a vestir más elegante y formal
que sus correligionarios en EEUU para distinguirse de la mayoría católica.
En cualquier caso, los Adventistas del Séptimo Día (una rama
protestante muy conservadora pero que no cree en el infierno) son un paradigma
de "vestir formal" en sus servicios aún hoy.
3) Las pantallas han ocupado las iglesias
Al principio, lo de proyectar power points, letras de las
canciones o ilustraciones en una pantalla en pleno servicio dominical era visto
por muchos como poco menos que una profanación. Hoy está generalizado.
Por supuesto, el uso e incluso la colocación de las pantallas en
las iglesias católicas norteamericanas (en las españolas aún no es frecuente)
es distinto al de las protestantes.
Las parroquias católicas las colocan en laterales, bien lejos
del altar, y las usan casi exclusivamente para proyectar las letras de las
canciones (y quizá algunas oraciones largas como el Credo o el Gloria). Apenas
hay curas que usen pantallas para apoyar sus homilías.
En cambio, en ambientes protestantes tienen una colocación
prominente, central, y más larga, y apoyan con imágenes ilustrativas o simbólicas,
o con esquemas las predicaciones o los temas tratados.
En el culto católico, todo busca dirigir la mirada hacia el
altar. En el protestante, hoy, la mirada va más hacia la pantalla que hacia el
predicador.
Hay gente que se queja de que desde que es tan fácil proyectar
las letras, cada semana los responsables de cantos ponen canciones nuevas; así
no hay forma de aprenderlas, interiorizarlas ni tomarles cariño. Como son
nuevas y no se aprenden nunca, la gente tiende a dejar de cantar.
Además, quedan olvidadas las clásicas en los cantorales. Las
pantallas tienen, pues, sus riesgos junto con sus ventajas.
4) La predicación es más larga
Esto es algo que Rainer admite que aún no ha demostrado
matemáticamente pero que nace de su experiencia: sermones más y más largos en
el mundo protestante. Y tiene sentido, ya que con las pantallas se pueden
apoyar con imágenes.
Por el contrario, en el mundo católico Benedicto XVI se
pronunció varias veces a favor de que los párrocos hagan sermones cortos y bien
estructurados, y el Papa Francisco parece proponer lo mismo desde el ejemplo de
sus homilías de Santa Marta. Su homilía de la solemnísima beatificación de Juan
Pablo II y Juan XXIII fue muy breve también.
La Iglesia Católica recomienda al cura no dedicar más de 7
minutos a su homilía dominical (frente a los sermones de entre 30 y 60 minutos
de muchos pastores protestantes).
5) Junto con el servicio... hay otras ofertas
Las congregaciones protestantes han multiplicado la
"oferta". Antes del servicio dominical, puede haber un grupo de
adultos, o de formación bíblica, o de técnicas de familia, o de apoyo ante una
adicción; después puede haber una sesión de "cine y debate", o de
deportes, o de teatro... Los niños y adolescentes tienen sus propias ofertas
comunitarias.
"Ir a la iglesia" no es sólo participar en el culto,
sino muchas más cosas. Y eso, que era minoritario hace 15 años, es hoy la norma
entre los protestantes, y de hecho empieza a darse en algunas iglesias
católicas grandes de EEUU.
6) La feligresía es étnica y culturalmente más diversa
Cada vez hay menos iglesias donde todos son
blancos-anglosajones-protestantes. Los hispanos y otros inmigrantes ya abundan
en todo el país, en congregaciones católicas o evangélicas.
7) Los conflictos internos, estadísticamente, no crecen
Aunque Rainer no lo comenta, desde ReL localizamos tres fuentes
de conflicto: los originados en gustos litúrgicos, musicales, etc...; los
morales y doctrinales; y la gente "tóxica", que envenena la vida
parroquial.
El primero y el tercer tipo de conflictos se mantiene más o
menos estable en unos porcentajes fijos.
En cuanto a las guerras morales (por ejemplo, episcopalianos
pro-vida y pro-familia hartos de obispos progresistas gays o lesbianas o
abortistas) se han ido acabando por la vía de salir de las denominaciones
"progres" y crear nuevas congregaciones e iglesias conservadoras.
8) Cada vez más feligreses pertenecen a iglesias
"grandes"
Para los protestantes, una comunidad de más de 400 feligreses es
"grande"... y el 90% acuden a ellas. La típica iglesia diminuta de
pueblecito con decenas de fieles es hoy la excepción, no la norma. Sólo un 10%
acude a iglesia menores de 400 feligreses.
9) Los servicios del domingo por la tarde tienden a desaparecer
En el mundo católico, siempre está la opción del sábado noche
para cumplir con la obligación dominical. En el protestante, donde no se vive
igualmente el concepto de "cumplir la obligación", la gente prefiere
un evento más grande y elaborado por la mañana, que deje libre para el deporte
y el ocio las tardes de los domingos.
Las causas pueden ser variadas y Rainer anuncia más datos sobre
este tema.
10) Como media, los pastores son más viejos que hace 15 años
Este no lo comenta Rainer, pero sí el estudio de Duke
University. Lo que sucede es que este envejecimiento de los pastores se da
sobre todo entre el clero católico y aún más en las iglesias liberales
(progres) "mainstream" (unitaristas, episcopaliamos, luteranos,
presbiterianos, metodistas liberales...).
Las congregaciones evangélicas y baptistas conservadoras aún
mantienen una renovación de edad de sus líderes.
Por supuesto, todos estos
puntos describen el caso de EEUU, pero las tendencias de EEUU suelen acabar
influyendo en el resto de Occidente. ¿Cuántas de estas se podrían constatar en
las parroquias católicas de España o Hispanoamérica?
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