lunes, 23 de junio de 2014

San José Cafasso y San Thomas Garnet (23062014)

lunes 23 Junio 2014

San José Cafasso



San José Cafasso

Nació el 15 de enero del año 1811 en Castelnuovo Don Bosco, que entonces se llamaba Castelnuovo d'Asti. Cristalizó su deseo de consagrarse a Dios en los principios del verano de 1827. Hizo los estudios filosóficos y teológicos preparatorios al sacerdocio que se le confirió el 21 de septiembre de 1833.   Las corrientes que mandaban la moda en aquellos momentos estaban inficionadas de jansenismo y regalismo con vientos que dificultaban fuertemente la marcha de la Iglesia.

La piedad, como expresión de la fe, estaba sofocada por un excesivo rigorismo que señalaba tanto la distancia entre el Creador y la criatura que dificultaba la expresión genuina de la relación con Dios visto como Padre bueno; por ello, la relación amorosa y confiada a la que debe llevar la verdadera piedad permanecía oculta por la rigidez estéril y el temor nocivo a Dios observado como justiciero, lejano y extraño.   Enmarcado en estas formas de pensamiento y de actitudes prácticas comienza el ejercicio del ministerio sacerdotal José Cafasso.

Renuncia a la «carrera» de los eclesiásticos, desperdiciando voluntariamente las posibilidades de subir que tuvo desde el principio por su buen cartel. Se instala, con la intención de mejorar su formación sacerdotal, en el "Convitto" de San Francisco de Asís, en Turín, que habían fundado en el 1817 Pío Brunone y Luis María Fortunato.   Frente a la práctica religiosa antipática y a la pastoral sacramental rigorista imperante en su época, allí se entresacan los filones de la vida espiritual católica de todos los tiempos.

Con trazos seguros y vivos se enseña, recuerda y habla del fin de esta vida, del valor del tiempo, de la salvación del alma y de la lucha contra el pecado; con naturalidad se tratan las verdades eternas, la frecuencia de los sacramentos, el despego del mundo...    Todo ello en clima de cordialidad, de sano optimismo y de confianza en la bondad de Dios manifestado en Cristo; por eso, se adivina que la religión ha de ser el continuo ejercicio de amor para acercarse al Dios lleno de infinita bondad y misericordia de quien debe esperarse siempre todo el perdón. Con formas nuevas, la piedad resulta agradable y fuente de permanente alegría cristiana.    Así se da sentido al cuidado de las cosas pequeñas y en la misma mortificación corporal se descubre el verdadero sentido interior que encierra en cuanto que la renuncia al gusto no es más que liberación del amor y unión más perfecta con Dios.

Hay que resaltar la influencia que José Cafasso ejerció en san Juan Bosco, algo más pequeño que él, cuando José era un joven y Juan un niño y cuando, más tarde, le facilita fondos económicos para ayudarle en la obra evangelizadora que comenzaba para el bien profesional y cristiano de la juventud.   No se puede dejar de mencionar ni por olvido que en la tierra tuvo tres amores: Jesús Sacramentado, María Santísima y el Papa.   Falleció un sábado 23 de junio de 1860, a la edad de sólo 49 años.
Su oración fúnebre la hizo su discípulo preferido: San Juan Bosco. Antes de morir escribió esta estrofa: "No será muerte sino un dulce sueño para ti, alma mía, si al morir te asiste Jesús, y te recibe la Virgen María". Fue canonizado por el Papa Pío XII en 1947.    Encontró a Dios y le sirvió en el cumplimiento ordinario del ministerio sacerdotal, viviendo fielmente a diario -y esto es lo heroico- su entrega.


San Thomas Garnet



En Londres, Inglaterra, santo Tomás Garnet, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, el cual, ordenado en el Colegio de los Ingleses de Valladolid, en España, al regresar a Inglaterra fue encarcelado dos veces y, finalmente, en tiempo del rey Jacobo I, ajusticiado en Tyburn. ( 1608)
Tomás Garnet fue sobrino del famoso sacerdote jesuita, P. Enrique Garnet, e hijo del señor Ricardo Garnet, católico fiel y alumno distinguidísimo de Balliol Collage, de Oxford. Tomás recibió su primera educación en la Escuela Primaria de Horsham, pero a la edad de dieciséis o diecisiete años, fue enviado a Francia para que completase su educación en el recién inaugurado colegio de Saint Omer. En enero de 1595, Tomás y varios de sus compañeros se embarcaron con destino a España, pero no fue sino hasta catorce meses después, tras una serie de calamidades, incluida una temporada de cárcel en Inglaterra, cuando arribó a su destino: el colegio de los jesuitas ingleses en Valladolid. Ahí terminó su curso de teología y fue ordenado sacerdote. Inmediatamente se le asignó a la misión de Inglaterra, junto con el beato Marcos Barkworth. Tal como él mismo declaró durante su proceso, su existencia en los seis años siguientes queda cabalmente descrita con sus propias palabras: "Anduve errante de un lugar a otro para rescatar almas que se habían desviado y se hallaban perdidas en el error en cuanto a la doctrina de la verdadera Iglesia católica".

Fue detenido cerca de Warwick, poco después del descubrimiento del «Complot de la Pólvora» (Gunpowder Plot), un famosa tentativa fracasada de derribar a Jacobo I, a partir de la cual se recrudecieron las medidas contra los católicos, aunque no hayan tenido, como en este caso, participación en el complot. Primero, se le encerró en la prisión de Gatehouse, y después, se le trasladó a Newgate. Como se había hospedado en la casa del señor Ambrose Rookwood, quien se hallaba complicado en la conspiración y, en vista de su parentesco con el padre Enrique Garnet, se pensó que podría suministrar importantes informaciones sobre el caso; pero ni las amenazas del tormento, ni el riguroso interrogatorio a que fue sometido, pudieron arrancarle alguna afirmación comprometedora. Al cabo de ocho o nueve meses, los que Tomás pasó en una celda húmeda, sin otro lecho que el duro suelo, fue deportado a Flandes con otros cuarenta y seis sacerdotes. Mientras se hallaba en Inglaterra, Tomás fue admitido en la Compañía de Jesús por su tío y, durante su destierro, se refugió en Lovaina para hacer su noviciado. Al año siguiente, en septiembre, regresó a Inglaterra. Seis semanas más tarde, fue entregado a sus perseguidores por un sacerdote apóstata.

Aquella vez, inmediatamente después de su detención, fue procesado en el tribunal de Old Bailey, donde se le declaró culpable de alta traición, por haber recibido la ordenación de manos de una autoridad que dependía de Roma y por haber desafiado la ley al regresar a Inglaterra. En el curso del interrogatorio, no llegó a confirmar ni a desmentir que fuese sacerdote, pero se negó resueltamente a hacer el juramento de fidelidad a la supremacía real. Por la declaración de tres testigos en el sentido de que, mientras estuvo preso en la Torre, le habían visto firmar como "Padre" Tomás Garnet, fue declarado culpable y condenado a muerte. Desde el cadalso, proclamó que era sacerdote y jesuita, y explicó que, si no lo había admitido durante el juicio, fue en razón de no aparecer como su propio acusador y obligar a los jueces a condenarle contra su conciencia. El conde de Essex y otros personajes hicieron un último intento para convencerlo de que salvara su vida, pero él persistió en su negativa de tomar el juramento. Al retirarse la carreta para dejar al mártir colgado de la cuerda, aquellos personajes no permitieron que el verdugo comenzara a cortarle el cuerpo, hasta comprobar que estaba muerto.

VIDAS DE LOS SANTOS Edición 1965
Autor: Alban Butler (†)
Traductor: Wilfredo Guinea, S.J.
Editorial: COLLIER´S INTERNATIONAL - JOHN W. CLUTE, S. A.

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